El régimen de excepción no solo afecta a las más de 4,000 personas inocentes que han sido capturadas arbitrariamente por los cuerpos de seguridad, según datos de Cristosal. Cada una de esas personas tiene algún familiar —como madre, padre, esposa, hijos, hermanas— que también son afectadas indirectamente por el régimen. Algunos defensores de derechos humanos y especialistas en salud mental advierten que la incertidumbre por la falta de información que enfrentan los familiares es una forma de tortura, además del golpe en la economía familiar que significa la detención de algún miembro que aportaba para los alimentos y los gastos del hogar.
Margot, Iris e Irma son parte de esas madres que viven en constante preocupación por no saber nada de sus hijos capturados arbitrariamente y que guardan prisión junto a las más de 60,000 personas que han sido capturadas desde que el régimen fue aprobado por la Asamblea Legislativa el 27 de marzo de 2022 y prorrogado, hasta la fecha, por ocho veces a petición del Gobierno de Nayib Bukele.