La Asociación de Periodistas de El Salvador denuncia que el Gobierno de Nayib Bukele está acosando a periodistas que denuncian la corrupción y las violaciones a derechos humanos. Señala que los casos que ha registrado, analizado y acompañado comparten un patrón de irregularidades y procedimientos que no cumplen con lo establecido en el Código Procesal Penal. Entre los casos más recientes de acoso hay allanamientos irregulares en casas de reporteros, confiscación ilegal de herramientas de trabajo, intimidaciones para que revelen la identidad de sus fuentes, acoso a familiares de periodistas, capturas arbitrarias y espionaje en teléfonos celulares.
Diciembre 9, 2024
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La periodista Mónica Rodríguez de Radio Bálsamo, y su pareja Steve Magaña, estaban descansando en su casa de habitación, la noche del pasado 4 de diciembre, cuando personal de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Fiscalía General de la República (FGR) llegaron con una orden de allanamiento. No les explicaron las razones y se limitaron a decirles que el caso en su contra tiene reserva. Bajo ese secretismo, ingresaron en la vivienda y registraron por todos los rincones. Tras el procedimiento, confiscaron las computadoras que ambos ocupaban para trabajar, les quitaron discos duros, teléfonos celulares y hasta tarjetas de crédito.
De acuerdo con la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), el registro en la casa de la periodista estuvo plagado de irregularidades y no cumplió con lo que establece el Código Procesal Penal. Este caso, a criterio de la misma organización, se suma al creciente acoso e intimidaciones a periodistas y sus familiares que ejecuta el Estado salvadoreño en contra de quienes denuncian la corrupción y arbitrariedades del Gobierno de Nayib Bukele; como la periodista Rodríguez, quien coordina el área de prensa de la Radio Bálsamo, un medio comunitario que se ha destacado por denunciar la corrupción ambiental en la Cordillera del Bálsamo y la violación a derechos humanos en el régimen de excepción.
#ALERTA| La periodista @MonikR84 habla sobre el registro efectuado la noche del miércoles 5 por agentes de la @PNCSV, en el que incautaron dispositivos tecnológicos que contenían información personal e institucional de Bálsamo Radio TV y @ACUAelsalvador. pic.twitter.com/PV4tkFTqTs
— Red Informativa de Arpas (@arpassv) December 5, 2024
Para el abogado Oswaldo Feusier, de la Clínica de Primeros Auxilios Jurídicos de la APES, hay vicios de que este proceso no se hizo conforme a lo que establece el Código Procesal Penal, “por lo que el allanamiento tiene elementos que lo vuelven sospechoso”. Además, insistió en que en un procedimiento como este se le debe notificar adecuadamente a quien vive en la casa, los motivos y qué buscan, así como cuál es el Tribunal que lo autoriza.
“Mientras se desarrolló el allanamiento, se aisló a los moradores del lugar allanado, entre ellos la colega periodista que ya conocen. Se les tuvo aislados y se les mostró una supuesta notificación de la resolución que permitía el allanamiento; pero, en los términos que nos han expresado, ello fue una notificación que medio se les mostró de lado, pudieron observar algunos detalles y otros no. No se les proporcionó copia de la resolución ni se les proporcionó ningún documento que explicara cuál era el objeto de la misma, qué Tribunal lo ordena, en qué lugar se ordenó, qué objetos estaban buscando, que es lo mínimo que exige el Código Procesal Penal, que al momento del allanamiento el morador de dicha vivienda sea debidamente notificado de la diligencia y de la decisión, debiendo esa decisión incorporar cuál es el objeto buscado, qué se está buscando y qué es lo que se pretende con el allanamiento”, dijo el abogado Feusier.
El abogado agregó que tras hacer algunas indagaciones han logrado conocer que el caso se trataba de un delito patrimonial de naturaleza común, pero teme que esto solo haya sido una excusa para otros fines.
“Lo que a nosotros nos preocupa, como equipo jurídico, son los precedentes que se generan, o que se dejan las puertas abiertas. Cada una de estas actuaciones es una puerta abierta y en una puerta abierta, si bien los que ingresan primero acceden, después pueden venir una serie de personas, otros casos y otros precedentes que pueden continuar. Se ha incautado instrumentos de trabajo de una periodista, se ha incautado computadoras, equipos portátiles, teléfonos, USB, dispositivos de memoria”, agregó Feusier.
Suchit Chávez, de la junta directiva de la APES, añadió que es tanta la opacidad que hay sobre el allanamiento que se desconoce si el procedimiento al final iba dirigido hacia la periodista y su pareja o para los dueños de la casa, ya que es alquilada.
Estos casos contrastan con la narrativa de Nayib Bukele, quien en su discurso de este año ante la Organización de la Naciones Unidas (ONU) aseguró que en El Salvador no se hacen allanamientos a periodistas ni se les confisca sus herramientas de trabajo. Estas irregularidades que cometen las autoridades también contrarían las afirmaciones del comisionado presidencial para los Derechos Humanos y Libertad de Expresión, Andrés Caballero, quien ha dicho ante organismos internacionales que en el país se respeta los derechos humanos y se garantiza la libertad de expresión y de prensa.
Este tipo de acciones protagonizadas por las autoridades también van en contra de lo que establece la Declaración de Principios de la Libertad de Expresión del Sistema Interamericano , específicamente lo que dice el principio número 8: “Todo comunicador social tiene derecho a la reserva de sus fuentes de información, apuntes y archivos personales y profesionales”. La Constitución de la República, en su artículo 6, inciso segundo, dice que: “En ningún caso podrá secuestrarse, como instrumentos de delito, la imprenta, sus accesorios o cualquier otro medio destinado a la difusión del pensamiento”.
Para el presidente de la APES, Sergio Arauz, las denuncias que se hacen por el caso de la periodista Mónica Rodríguez no deben interpretarse por la opinión pública como que los periodistas deben tener un trato especial o que están exentos de cumplir la ley, como cualquier otro ciudadano, sino que se expone la poca transparencia que hay en el proceso.
“Nos preocupa por una razón, porque se llevaron los discos duros, su computadora y su equipo de trabajo, y en ese sentido, como organización que defiende los derechos de los periodistas, la libertad de prensa y la libertad de expresión, creemos que policías que no dan mayores detalles de las razones por las que se está requiriendo este equipo, tengan acceso a fuentes o información que nuestra colega maneja. Eso sí nos atañe y lo queremos denunciar como algo muy preocupante”, señaló Arauz.
Los directivos de la APES expresaron que seguirán los canales oficiales para exponer las irregularidades en el caso de la periodista Rodríguez y que acudirán a instancias como la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y el Comisionado Presidencial para los Derechos Humanos y la Libertad de Expresión en El Salvador, Andrés Guzmán.
En otro caso, la APES informó que este lunes 9 de diciembre presentó una denuncia ante la Relatoría Especial sobre la Situación de Defensores de Derechos Humanos de la ONU por la detención arbitraria del periodista Víctor Barahona, en medio de los operativos del régimen de excepción. La APES explicó que el caso de Barahona refleja un patrón preocupante de criminalización y hostigamiento hacia los periodistas en El Salvador.
Claudia Palacios, vocal de la APES, dijo que el régimen de excepción no sólo está dirigido a la desarticulación de las pandillas, sino que también es utilizado como instrumento para silenciar las denuncias sobre corrupción del Gobierno de Bukele y la situación económica del país.
“Si no denunciamos estas arbitrariedades ahora, podríamos llegar a un punto como en Nicaragua o Venezuela, donde la labor periodística es perseguida sistemáticamente”, dijo Palacios.
Con la denuncia ante la ONU, la APES explicó que busca medidas de protección para Barahona y otros periodistas que enfrentan un clima de creciente hostilidad.
El periodista Barahona fue arrestado el 7 de junio de 2022 en su domicilio y pasó 11 meses en prisión. Aunque fue liberado el 19 de mayo de 2023, su caso todavía puede ser reabierto, si la Fiscalía lo solicita. Independientemente de si el caso se reabre, su vida profesional y personal ya fueron afectadas irreparablemente.
“Me cambió todo el panorama, porque nunca creí que llegaríamos a estos extremos, que me metieran preso por ejercer periodismo”, lamentó Barahona, quien también relató que durante su reclusión fue trasladado entre los centros penales de la Esperanza e Izalco, donde sufrió torturas físicas y psicológicas que le dejaron graves secuelas de salud.
Entre los casos de acoso más recientes en contra de periodistas se cuenta el de un reportero que fue citado, el 8 de noviembre de este año, por la Fiscalía para ser interrogado sobre una investigación en la que se denuncia una red de tráfico de personas. Durante el interrogatorio, la Fiscalía pidió que el periodista revelara quiénes son sus fuentes.
“También hemos informado de hechos que nos parecen muy graves, como la de un periodista que está siendo presionado por la Fiscalía General de la República para que revele la identidad de sus fuentes, y en ese sentido es que nosotros queremos dejar por sentada nuestra preocupación”, agregó el presidente de la APES, Sergio Arauz.
El acoso de las autoridades no se ha detenido en los periodistas que denuncian la corrupción y las graves violaciones a los derechos humanos que comete el Gobierno de Bukele. También han sido acosados familiares de periodistas. Uno de esos casos es el que sufrió la familia de uno de los editores de GatoEncerrado, Ricardo Vaquerano.
🚨 ALERTA 🚨
— Revista GatoEncerrado (@GatoEncerradoSV) October 31, 2024
Denunciamos públicamente un procedimiento policial irregular en la casa de la madre de uno de nuestros editores. pic.twitter.com/7Vpn72WfBq
El acoso a sus familiares ocurrió una semana después de que esta revista publicara una investigación editada por Vaquerano sobre grupos de exterminio en los que participan miembros activos de la Policía.
Este caso no es el único de acoso a periodistas de GatoEncerrado. El exasesor jurídico de la Presidencia, Javier Argueta, también amenazó con demandar a reporteras de este medio si no revelaban quién fue la fuente que dio detalles sobre una reunión secreta de los (ahora) exmagistrados del Tribunal Supremo Electoral en Casa Presidencial. En esa reunión, los funcionarios dejaron claro que no iban a obstaculizar la candidatura ilegal de Nayib Bukele para buscar la reelección de manera inmediata, a pesar de que la Constitución de la República lo prohibe. Asimismo, Citizen Lab comprobó que los teléfonos celulares de tres periodistas de esta revista fueron espiados ilegalmente con el software espía Pegasus.