La población ha comenzado a percibir un descenso en el número de homicidios en el país más violento del mundo. La caída se reporta desde el 26 de marzo, día en que grupos de pandillas llamaron a “su gente” a un cese de los homicidios, y solo seis días después de que el Gobierno creara un decreto transitorio que le permitiría retomar el control del sistema penitenciario. El 28 y 29 de marzo “solo” se reportaron cuatro homicidios por día.
Por Redacción Gato Encerrado
El Salvador es un país acostumbrado desde hace unos cinco años a cenar con noticias de homicidios del día a día, o como bien lo describe la ya tan normalizada palabra en el caló salvadoreño “el muertómetro”. Abril de 2016 no puede pasar desapercibido en materia de violencia para un país que vivió el año más violento de su historia: 2015 con 6,675 asesinatos, y con un promedio diario de 23.5 homicidios; abril de 2016 el promedio de homicidios ronda los 10 al día.
Según datos oficiales de la Policía Nacional Civil (PNC) los primeros siete días de abril son días atípicos en materia de homicidios.
El extraño descenso en el promedio de muertes de los últimos días puede responder a dos causas. El pasado sábado 26 de marzo apareció un video en redes sociales en donde presuntos miembros de pandillas hacían un llamado a “su gente” a cesar los homicidios en el país por un lapso de 72 horas a partir de esa fecha, y así fue. Ese mismo 26 de marzo la PNC reportó 17 homicidios; el domingo 27 hubo nueve mientras que lunes 28 y martes 29 de marzo la PNC solo reportó cuatro homicidios por día.
Video cortesía Diario La Página
Las 72 horas caducaban el martes 29 de marzo. Ese mismo día nuevamente presuntos miembros de pandillas volvieron a llamar a sus compinches a través de un nuevo video a mantener el cese de los homicidios de manera indefinida. Desde esa día al 7 de abril han pasado nueve días en donde la percepción de violencia a cambiado.
Paralelo a esos llamados que hicieron grupos de pandillas, el Gobierno salvadoreño iniciaba una cruzada nacional en contra de la violencia. No fue con marchas ni spots televisivos. El Gobierno decretó estado de emergencia en siete de los 22 centros penitenciarios del país pues según información de inteligencia, era desde esos centros penales que se ordenaban crímenes como los homicidios y las extorsiones.
Dentro del estado de emergencia de 15 días se contempla la restricción de visitas familiares e íntimas, combatir el tráfico de telecomunicaciones al interior de las cárceles y el traslado de los cabecillas de mayor peligrosidad diseminados en varios centros penales a uno solo: Quezaltepeque. En total, el Gobierno trasladó a 342 cabecillas a dicho centro penal y luego, el 8 de abril inició el traslado de Quezaltepeque hacia el Centro Penal de Máxima Seguridad de Zacatecoluca, en donde se les garantizaría un régimen de encierro total sin visitas.
Aunado a este plan, el Gobierno aprobó un decreto transitorio con validez de un año que le permite extender estas y otras medidas en el sistema penitenciario, y en la calles, como el llamado de mil reservistas de la Fuerza Armada que acompañarán a la PNC en tareas de seguridad. Además el plan “Casa Segura” en las viviendas aledañas a centros penitenciarios y la prohibición “por las buenas o por las malas” de toda señal de telefonía en un perímetro de 500 metros al rededor de los centros penales del país.
En los primeros siete días de abril de 2016 la PNC reporta 70 homicidios, en contraste con los 116 reportados el año pasado en el mismo periodo, haciendo una diferencia de menos 46 homicidios con respecto al 2015.
