La niñez es víctima colateral de la violencia en El Salvador

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Ilustración de Revolución 3.0


El Salvador fue el país más violento del mundo para la niñez y adolescencia con 27 homicidios de niños y niñas por cada cien mil habitantes durante el 2014. Este año se perfila a ser peor, ya que entre enero y agosto van más de 411 niños y niñas asesinados, en 2014 fueron en total 414. Según la PDDHH hay al menos una investigación contra un militar involucrado entre los hechos violentos sufridos por la niñez en este año


Por GatoEncerrado/El Salvador3.0

Prólogo: la niñez víctima de la Fuerza Armada

La noche del 6 de agosto en que el niño Josué E., de 5 años de edad, fue baleado en la cabeza no hubo un enfrentamiento entre militares y pandilleros, como dice la versión oficial. Lo que sucedió esa noche fue un acto “arbitrario de parte de un efectivo militar en contra del niño”, como lo calificó la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDHH).

La reconstrucción de los hechos concluyó que esa noche una patrulla militar realizaba un operativo en la Comunidad La Isla I de San Salvador, en las cercanías de la Brigada Especial de Seguridad Militar, cuando un niño de entre 11 y 12 años de edad, quien tiene una discapacidad intelectual, corrió al ver la presencia de los soldados, tras lo cual uno de ellos disparó una bala que impactó en Josué. Para efectuar el disparo no hubo provocación, no hubo una amenaza que hiciera reaccionar al soldado en legítima defensa y tampoco hubo pandilleros en la zona.

El militar que disparó fue identificado como José Eleazar Santos, aparentemente destacado en la Brigada Especial de Seguridad Militar, y quien fue detenido en vías de investigación.

Josué aún se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Nacional de Niños Benjamín Bloom, donde fue sometido a una cirugía y, de acuerdo a información proporcionada por personal médico, se encuentra en estado crítico de salud.

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2015 es un año violento para la niñez

El Salvador atraviesa actualmente una ola de violencia que deja en promedio, al menos en la primera quincena de agosto, 25 homicidios diarios, según confirmó Medicina Legal.

La escalada de violencia ha dejado más de 3,700 personas asesinadas en lo que va del año. De esas, 619 fueron niños y niñas hasta el 31 de julio, cantidad que ya superó los 414 menores de edad que fueron asesinados en todo el año 2014. Año en que UNICEF calificó a El Salvador como “el país más con la mayor tasa de homicidios por cada 100mil habitantes en todo el mundo”.

En lo que va del año, el Hospital Bloom ha atendido a 23 niños que han sido heridos con arma de fuego. En 2014 fueron atendidos 14 niños heridos, muchos de ellos fallecieron.

La niñez se ha convertido, con más frecuencia, en víctima de la violencia criminal o incluso ha sido víctima de procedimientos extrajudiciales de la policía y soldados.

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La niñez víctima del crimen organizado

El caso de Josué E. no es el único que se ha dado recientemente, ya que el crimen organizado en el país también ha cometido actos violentos en contra de la niñez, como el caso de Heidi ocurrido el pasado 12 de agosto.

Heidi tenía 12 años y padecía síndrome de Down. Fue asesinada junto a sus padres cuando regresaban a su casa. La familia cuenta que se conducían en un vehículo cuando desde un automóvil gris les dispararon. Su padre y madre agonizaron dentro del carro, y Heidi también murió junto a ellos.

El triple homicidio fue cometido en la colonia Las Violetas del cantón El Zamorano, en el departamento de San Miguel. Los padres de la niña fueron identificados como José Antonio Márquez, de 45 años de edad, y  Berta Alicia Rodríguez de Márquez.

Los atacantes que, según la policía son pandilleros, les dieron seguimiento por varias cuadras y los ametrallaron en un sector desolado. En la escena se encontraron casquillos de fusiles AK-47 y M-16. La hipótesis policial sobre el triple homicidio se debe a que la familia no pagó la “renta” que pandilleros exigían.

Unos días antes, Meylin Makensi Raymundo, de ocho meses de edad, fue asesinada junto con su madre en San Pedro Perulapán, Cuscatlán, cuando ella intentó huir con la bebé entre sus brazos de un grupo de pandilleros que llegó hasta la vivienda a atacarla. El abuelo de la niña murió en el mismo tiroteo.

En ese mismo municipio, seis supuestos pandilleros llegaron armados y vestidos como soldados con escopetas y fusiles M-16 a una casa del cantón La Esperanza, donde se celebraba una fiesta de cumpleaños, para disparar contra otros supuestos pandilleros que estaban en esa casa. La balacera terminó con el asesinato de Germán y Alexis García Girón, de 25 y 19 años, respectivamente, y con el de la niña Laydi Claribel García, de seis años. Ninguno era miembro de pandillas, y por obvias razones tampoco la niña.

En otro caso de agosto, un niño de nueve años falleció al recibir un disparo en la cabeza, en el kilómetro 11 de la Troncal del Norte, cuando un grupo de jóvenes abrió fuego para matar a un supuesto pandillero. El menor fue trasladado al Hospital Rosales, pero no soportó la operación y murió.

Instituciones preocupadas por la niñez

Todos estos casos han llevado a varias instituciones a pronunciarse y a condenar estos hechos violentos vengan de donde vengan, porque como ya quedó en evidencia: la Fuerza Armada ha cometido actos arbitrarios en contra de la niñez e incluso ha propiciado ejecuciones extrajudiciales.

El Consejo Nacional de la Niñez y de la Adolescencia (CONNA) pidió a las autoridades de Seguridad Pública del país “hacer uso correcto de la fuerza” en el combate al crimen para no afectar a niños y adolescentes.

El CONNA, además, pidió mesura a las fuerzas del orden a la hora de enfrentar a la delincuencia, aunque dijo que “reconoce el esfuerzo de las y los policías y miembros de la Fuerza Armada por enfrentar la delincuencia y el crimen, y les insta a continuar ejerciendo las tareas de seguridad y represión del delito, en estricto apego a la ley, haciendo un uso racional de la fuerza y de los medios permitidos para tal fin”.

La Mesa permanente de niñez, adolescencia y juventudes -conformada por la Procuraduría de los derechos Humanos, Plan El Salvador, Aldeas Infantiles SOS, Ayuda en acción, Fespad, Save the Children y Educo- también expresó su preocupación por la violencia, y destacó quie según el observatorio 2014 del Ministerio de Educación (MINED), a diciembre de ese año 17,478 estudiantes desertaron de las escuelas como única medida de salvaguardar su vidas. La mesa hizo un llamado al Estado para implementar acciones concretas con enfoques integrales que fortalezcan a la familia ante el fenómeno de la violencia.

El Procurador de Derechos Humanos, David Morales, como vocero de la Mesa, expresó que “es necesaria una pronta respuesta y exhaustiva investigación de Fiscalía y de la Policía para que se consiga justicia para familias afectadas por violencia, que en algunos casos la violencia ha sido cometida por efectivos militares”, dijo el Procurador.

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Epílogo: ejecuciones extrajudiciales de parte de Fuerza Armada

La Fuerza Armada ha cometido más actos arbitrarios de violencia. El pasado 16 de agosto se cometió en Panchimalco, según testigos, una ejecución extrajudicial en contra de cinco supuestos pandilleros que huyeron de soldados y que se refugiaron en una casa donde dormían una niña de 2 años y un niño de 4.

Los soldados tiraron la puerta de la casa y entraron para matar a los presuntos pandilleros. Según testigos, los niños y sus madres no fueron asesinados porque la abuela llegó, al escuchar sus gritos, para rogar a los soldados que dejara salir del cuarto a los niños.

La versión oficial es que en ese lugar hubo un enfrentamiento entre soldados y pandilleros, pero los testigos lo niegan.

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