Confesiones de una madre adolescente

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Foto referencia/Internet

Para el año 2013 se contabilizaron más de 28,000 embarazos en  niñas y adolescentes entre las edades de 10 a 19 según el informe de “Los derechos sexuales y reproductivo de las niñas, adolescentes y mujeres en El Salvador”. Estos datos no se alejan de la historia de “María” una madre adolescente que vivió en carne propia la pobreza, la falta de estudio y la discriminación a causa de su embarazo.


Por Marvin Díaz

Acordó hablar solamente diez minutos. Delgada, cabello liso y maltratado, de piel morena y maltratada quizás por los intensos rayos del sol. Sus ojos brillantes y pequeños guardan una gran  historia de sufrimiento, esfuerzo y responsabilidades. A ella la llamaremos, “María”, (Nombre Ficticio).

Sus metas, sueños y vida de adolescente se interrumpieron a los 16 años. Una adolescencia que fue arrebatada por una mala decisión que cambiaría totalmente su vida. Sus muñecas, los juegos de té y su pequeño set de cocina con el que pasaba horas y horas jugando, hoy sirven para entretener a aquel ser que durante nueves meses llevó en su vientre.

María sonríe, temerosa, curiosa y nerviosa; y no era para menos, ella por primera vez abriría su pequeño corazón a un simple periodista que buscaba conocer su historia. Solamente diez minutos fueron necesarios para que María diera a conocer al mundo su experiencia como madre soltera y adolescente.

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La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) en coordinación con el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) presentó recientemente el informe de “Los derechos sexuales y reproductivo de las niñas, adolescentes y mujeres en El Salvador” que lleva por objetivo identificar las causas y consecuencias de embarazos tempranos en menores de 18 años.

Dicho informe indica que El Salvador tiene la tasa más alta de embarazos en adolescentes en América Latina ya que 89 mujeres de 1,000 entre las edades de 15 a 19 años están embarazadas superando la tasa de fecundidad total de América Latina y el Caribe que es de 76.2, mientras que la tasa mundial es de 52.6.. Con estos datos el país se ubica en la tercera posición de Centroamérica,  debajo de Nicaragua y Honduras.

David Morales, procurador para la para la Defensa de los Derechos Humanos, se mostró preocupado por los datos arrojados de dicha investigaciones. “Para el año 2013 que fue nuestro año de medición, más de 28,000 niñas y adolescentes entre 10 y 19 años resultaron embarazadas”, dijo con preocupación en funcionario.

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María vive con su familia en una comunidad ubicada en el municipio de Apopa, al norte de San Salvador. Su entorno lo dominan la pobreza, grupos delincuenciales, y existen pocas oportunidades de crecer;  a esto se le suma su diminuta casa que como comúnmente se dice en El Salvador  “pareciera que una caja de fósforo”. Allí cabe el dicho: “Donde cabe uno, caben seis”; con sus dos hermanos, sus padres y su hijo de seis meses, María tiene que ingeniársela para sobrevivir.

Transcurren los minutos y seguimos conversando, tal parece que esos 10 minutos se volvieron horas;  poco a poco María va abriendo su caja de Pandora. Ella como toda adolescentes se enamoró de su “príncipe azul”. Pensaba que en él encontraría ese amor que por muchos años anduvo buscando en sus padres. Es lógico, un padre que pasa trabajando de lunes a domingo y en jornadas de más de ocho horas, y una madre que de igual forma tiene que idear llevar el sustento diario al hogar, era imposible que María tuviera la atención de sus padres.

María junto a su novio, experimentaron las consecuencias de sus malas decisiones. Ella comenta “Cuando supe que estaba embarazada lo primero que se me vino a la mente es ¿Cómo haría para sacar adelante a mi hijo? Él (niño) no tuvo la culpa de lo que hice, tenía que pensar en algo para sacar a mi hijo adelante”, dijo la adolescente.

Como es típico en algunos casos, el “príncipe” adolescentes huyó en su caballo blanco evadiendo toda responsabilidad paterna. María reza aquellas frases que acostumbramos a escuchar cuando los padres se dan cuenta de un embarazo en adolescentes “Mis papás me regañaron diciéndome: te lo dije, vos ya sabes que un niño es una gran responsabilidad, no es cualquier cosa”, expresó María.

Ella tuvo que dejar la escuela, conformarse con un octavo grado, nivel académico que no le serviría de mucho para encontrar un buen empleo y ofrecerle mejor futuro a su hijo. Al preguntarle si ella había recibido charla de educación sexual y reproductiva en la escuela, María comenta “En la escuela no enseñan mucho acerca de eso, a veces lo decían pero era poco”.

La situación de María sería la primicia de las responsabilidades que le esperaban como madre soltera; al final ella tendría el apoyo de sus padres ante la dura realidad que estaba afrontando como adolescente.

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El UNFPA indicó en el informe que los factores que contribuyen al alza de tendencia de menores embarazas son: la pobreza, la naturalización de la violencia, limitado nivel de educación integral a la sexualidad según la edad, restricciones al acceso de anticonceptivos, el entorno social entre otros.

Mario Iraheta, representante auxiliar del UNFPA, determinó que el principal causante de los embarazados en niñas y adolescentes es la violencia en sus diversas expresiones. “Tenemos preocupación por la alta vulneración en materia de derechos sexuales y reproductivo que se lleva a cabo en El Salvador, particularmente en la naturalización de la violencia que se genera hacia niñas, adolescentes y mujeres”, dijo Iraheta

Según datos del Ministerio de Salud (MINSAL), para el año 2013, 1 de cada 200 adolescentes de 10 a 14 años habían tenido por lo menos un parto.

Otro dato interesante es que una niña embarazada tiene cinco veces más posibilidades de morir durante la gestación o el parto, que una mujer mayor de 20 años. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) el 28% de las muertes maternas ocurre en adolescentes.

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Año 2015, María dio a luz a un hermoso niño que a la fecha tiene seis meses de vida. Ella comenta que no ha sido fácil ser madre soltera. “La responsabilidad de madre ha sido difícil, más que todo cuando se enferman porque hay que andar de aquí y para allá; también cuando uno tiene cosas que hacer, ya no las puede hacer por estar pendiente del niño. A veces lloran por una cosa y por otra y más que uno tiene que estar pendiente de ellos”, comento la niña.

De repente los dos hermanos de María salen de aquella incomoda y pequeña casa; su rostro lleno de infancia, inocencia y dulzura, ella inmediatamente les dice que entren a la vivienda a lo cual los niños le obedecen, la joven comenta “Yo tengo que cuidar a mis dos hermanos casi todo el día, mientras mi mamá y mi papá trabajan; es difícil porque tengo que cuidar a mi hijo y mis hermanos”, dijo con tristeza.

María, con su mirada reflexiva, revela que todos sus sueños fueron truncados “Cuando uno no tiene responsabilidades de un niño uno sale a donde quiere y hace lo que quiere pero ya con un hijo ya no puede hacer mucho, el tiempo solamente es para el cuido”, expresó.

A pesar de las dificultades, María aún guarda aquellos sueños, metas y anhelos que un día se propuso como adolescente. Ahora tendrá que alcanzarlo y cumplirlos con su hijo de seis meses.

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David Morales, aseguró que al momento que las niñas salen embarazadas son víctimas de violaciones de sus derechos. “El embarazo temprano en niñas y adolescentes es una violación a su derecho a una vida libre de violencia y sufren una cadena de violaciones a sus derechos humanos; ven truncado su proyecto de vida, sometidas a la discriminación y la violencia dentro de su propia familia y comunidades y las escuelas”, destacó el procurador.

El funcionario se refirió al tema de penalización del aborto en relación al tema de los embarazos de niñas y adolescentes. “La penalización absoluta del aborto también está generando consecuencias en este tipo de casos”, dijo Morales

Agregó “debo dejar en claro  la PDDH no está a favor y ni está pidiendo la legalización del aborto, de modo alguno, debe quedar muy claro, pero hay ciertas circunstancia extremas cuando peligra la vida de la madre que en muchos casos puede ser la vida de la niña de 10 o 12 años” mencionó el procurador.

Irene Peñate, miembro de la Plataforma Juvenil Salvadoreño por los Derechos Sexuales y Reproductivo, considera que el Estado en conjunto debe tener una mayor participación en este tema. “El Estado debería ser el ente que resarza estos daños, pero no se da abasto, ese es el reto. Todo el personal prestador de salud debe prestar atención adecuada a las menores de edad embarazadas” indicó Peñate.

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Diez minutos era lo acordado con María, como periodista sentí largos esos minutos que me hicieron reflexionar de la vida de la madre adolescente. El sol ya se dejaba contemplar, este mismo golpeaba con sus rayos el rostro y los ojos pequeños de nuestra amiga. Ella me confiesa “mi hijo significa mucho para mi vida, es algo que Dios te lo da y no muchas mujeres tienen la oportunidad de tener un niño; él es todo para mí, por el que lucho todos los días”, dijo.

María aún sueña con terminar su noveno grado, iniciar y culminar su bachillerato e ingresar a la universidad para sacar una carrera profesional. Entre risa dice “Yo dentro de 10 años me veo superada, trabajando y sacando mi carrera; aún no sé qué estudiar pero quiero darle lo mejor a mi hijo”, comentó.

Agrega “yo quiero que mi hijo estudie, se supere y no cometa los mismo errores que yo cometí”

Los 10 minutos terminan y le hago la última pregunta: ¿María, pensaría dos veces volver a tener un hijo? “¡sí!, porque todo lo que me ha costado estos seis meses no es nada fácil y ya con dos sería mucho más difícil, quizás si no hubiera salido embarazada ya estuviera estudiando en bachillerato pero así es la vida” dijo con resignación.

Se despide nuestra amiga y entra a su humilde hogar quizás para seguir haciendo oficio y cuidar a sus dos hermanos y a su hijo porque otro día a penas comienza.

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El informe hace una serie de recomendaciones que el  Estado tiene que cumplir para poder disminuir o erradicar la problemática de los embarazos a temprana edad.

Iniciar un dialogo nacional que involucre al órgano Ejecutivo, Judicial y Legislativo sobre los derechos sexuales y reproductivo de las niñas, adolescentes y mujeres, revisión de la legislación del aborto en los casos donde peligra la vida de las madres, atención adecuada durante el postaborto, educación integral de la sexualidad, fortalecer los programas enfocados a las madres menores de edad, entre otras.

Lea o descargue el informe de “Los derechos sexuales y reproductivo de las niñas, adolescentes y mujeres en El Salvador”

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