Vidalina Morales. Foto/Alfredo Carías
En medio de esa historia de lucha y resistencia, siempre están al frente de las batallas las mujeres defendiendo su tierra, su familia y la vida misma de la comunidad.
Por Alfredo Carías
Un poderoso movimiento social abocado a proteger los bienes naturales frente a la minería metálica se apuntala en mujeres que asumieron roles de liderazgo en la zona montañosa al norte de El Salvador.
El Salvador, por muchos años a esta convulsionado en un mundo lleno de contradicciones políticas, sociales, económicas, y sobre todo de conflictos territoriales por la intrínseca riqueza de la biodiversidad.
Conflictos territoriales desatados por las amenazas de invasiones de “proyectos de muerte” como llaman a la minería metálica. En medio de esa historia de lucha y resistencia, siempre están al frente de las batallas las mujeres defendiendo su tierra, su familia y la vida misma de la comunidad.
Observarla era como tener en una misma persona toda la cultura y la esencia misma del pueblo salvadoreño. Las primeras letras de su nombre reflejan lo que ella más defiende.
“Como mujer hay temas sin resolver contra la explotación minera, una lucha que ha venido por muchos años por parte del movimiento ambientalista”, manifestó Vidalina.
Entre esas mujeres está la activista ambiental Vidalina Morales, que cumple su primer período como presidenta de la Asociación de Desarrollo Económico Social Santa Marta (ADES). El trabajo que ha hecho, y por el que fue elegida, es ser la vocera e icono de la lucha antiminera en su comunidad en Sensuntepeque, Cabañas; su convicción la ha llevado a trascender las fronteras para compartir su ejemplo en la lucha contra un Goliat corporativo.
“El que haya una ley que prohíba la industria minera también favorece a este amplio sector de la población salvadoreña, nos favorece. Como nuestras exigencias a nuestros políticos, que incorporen a sus plataformas de gobierno estas políticas que vayan en beneficio de estos amplios sectores”, concluyó Morales.
Pero antes de esta etapa de organización de las mujeres, su vida y la de muchas otras mujeres en esta zona, pueden contarse como una historia épica de aventuras, supervivencia y resistencia hasta el punto de arriesgar sus propias vidas, como el caso de la activista Dora Sorto que fue asesinada por oponerse a esta actividad contaminante, así como también las periodistas de la radio Victoria amenazadas a muerte por oponerse a esta actividad industrial, relata la historia Cristina Starr, representante de dicha emisora, quién además demanda justicia en estos casos que se mantienen hasta la fecha en la impunidad.
“Pedimos otra vez que haya justicia, es una señal, mensaje muy peligroso para este país, para la libertad de expresión, nos sentimos indignados e indignadas por este hecho (refiriéndose a la libertad condicional para el descuartizador minero) y esperamos que haya justicia y que haya otro mensaje en esta situación”, aseguró Starr.
Sus propias vidas son un ejemplo del papel distinguido que están librando las mujeres en la organización social y la lucha ambientalista de la comunidad de Cabañas, y otras muchas más historias similares se libran en otras comunidades de este diminuto país, pero grande por las hazañas que escriben las mujeres en defensa de la vida.
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