La historia entre vagones

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Gato Encerrado fue en busca del Museo del Ferrocarril en Salvador, y comparte fotos y la historia de una de las joyas del transporte salvadoreño de principios del siglo pasado y que ha sido restaurada y expuesta al público desde diciembre de 2015. 


Por Marielos Flores

 

“Yo fui el último que había quedado con vida, después de pasar cuatro horas de enfrentamiento, me bajé de la locomotora, unos cuantos pasos y me balearon, me arrastré por el suelo hasta llegar hacia el tren y escuche un helicóptero que comenzaba a disparar, las balas caían desde el cielo, logré meterme debajo de la máquina y ahí me quedé todo ensangrentado, un compañero me rescató porque cuando llegó el ejército fue a recoger a todos los cuerpos y los tiraban a un camión militar y entre ellos iba yo, mi compañero peleó en decirles que yo estaba con vida, entonces uno de los militares le dijo: bájalo pues, y así pude sobrevivir gracias a la ayuda de él y de Dios”, comenta Don Lito.

Recorriendo el único parque temático ferrocarrilero de El Salvador, y entre algunos trenes antiguos, vagones y locomotoras de vapor, se encuentra don Rafael Aguilar Jovel, conocido como “Don Lito”. Es un hombre de estatura alta, vestido con su traje de maquinista y su boina que protege sus canas, originario del departamento de San Miguel, quien actualmente tiene 38 años de trabajar interrumpidamente en el llamado transporte ferroviario de El Salvador.  Don Lito forma parte del esfuerzo rescatado de un grupo de trabajadores que buscaron inmortalizar  la memoria histórica del ferrocarril en El Salvador, desde que los maquinistas recorrían alrededor de 581 kilómetros del territorio nacional.

El Museo del Ferrocarril está ubicado en el final de la Avenida Peralta, #903, en San Salvador, conocido popularmente como las instalaciones de FENADESAL (Ferrocarriles Nacionales de El Salvador). Dicho museo fue inaugurado el 11 de diciembre del 2015 por la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), la iniciativa corresponde a rescatar y proteger los bienes culturales con los que cuenta el país.

Su historia inicia desde generaciones pasada por la pasión de los trenes, ya que su abuelo trabajó en el área ferrocarrilera del país en el año de 1916, desde el oriente del país, al antiguo Puerto de Cutuco y hacia San Salvador, también trabajó colocando los rieles para que transitaran los trenes, según el expediente archivado.

Según Don Lito, inició su profesión como trenista desde la edad de 19 años y poco a poco iba tomando experiencia en área ferroviaria, donde ha realizado diferentes trabajos, desde ser brequero, (era la persona que caminaba sobre los vagones de un tren y transmitían señales a los maquinistas y demás empleados). Luego ascendió de su puesto laboral después de realizar una práctica obligatoria de tres meses que consistía en trabajar un mes y medio en San Salvador, y luego mes y medio en el Puerto de Cutuco ubicado en la bahía del Golfo de Fonseca en La Unión dividido dos turnos de día y de noche.

En el museo se encuentran piezas históricas importantes de este medio de transporte que llegó a El Salvador a finales del siglo XIX. Durante el recorrido en el museo se pueden observar diferentes etapas que vivió desde la llegada en 1872 hasta el final de sus operaciones en la década de los 90´s, así como piezas utilizadas y preservadas de una de tantas locomotoras principales utilizadas; medios de comunicación como telégrafos, teléfonos, sala de imprenta, sala de vagones y área de taller, tarifarios y muebles utilizados dentro de los trenes.

“El salario que se tenían, era muy bueno, el mejor lugar para ganar aquí en la empresa eran los trenes, porque se trabajaban 24 horas o en ocasiones hasta 36 horas, en mi caso como maquinista lograba ganar en esos tiempos, antes de la dolarización llegue a ganar 5,000 colones mensuales con el tiempo extra que ya no quería uno a veces, pero más se agravó cuando fue el tiempo del conflicto armado, pero más se ganaba por un lado, pero se perdían vidas por otro lado”, expresa Don Lito.

Esta joya de la cultura ferrocarrilera salvadoreña se encuentra a la disposición  de los salvadoreños en horarios de martes a domingo de 9:00 am  a 5:00 pm sin cerrar al mediodía, el costo de la entrada es de $1.00 dólar por persona, niños menores de 8 años, adultos mayores y personas con discapacidad tienen entrada gratuita, además brinda un pequeño recorrido en tren por las instalaciones de dicho museo y el costo es de $1.00 dólar por persona.

Entre anécdotas negativas que recuerda Don Lito es que fue sobreviviente de un atentado hacia un tren durante el conflicto armado en El Salvador, en Jiquilisco, departamento de Usulután, específicamente un 4 de febrero de 1981, donde solamente quedaron tres personas con vidas y fallecieron 30 personas entre ellos la seguridad que custodiaba el tren y personas civiles que viajen en él.

“Veníamos del Puerto de Cutuco, hacia Zacatecoluca, llevábamos 34 vagones, con cargamento especial en el que transportábamos algodón compactado, que se iba a exportar hacia Alemania. En el transcurso del día pasaron tantas cosas, fueron atacados varios trenes, entre ellos el que viajábamos nosotros que fue el más destruido; recuerdo que el primero que falleció fue el maquinista, a quien una bala le destrozó la cara, posteriormente otro compañero quien reparaba las líneas telefónicas y telegráficas recibió otros disparos, solamente se escuchaban los “bombazos” y luego ametrallaron el tren por completo”, Menciona Don Lito.

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