Foto/Xochitl Acevedo
El padre José María Tojeira habló en exclusiva con Revista Gato Encerrado para dar su opinión sobre la Ley de Amnistía cuya legalidad es discutida actualmente en la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Tojeira la definió como una “bofeteada a los más pobres del país”.
Por Xochitl Acevedo
Su profunda mirada con unos ojos azules, su altura y su característico buen carácter son algunas de las cualidades que el padre José María Tojeira Pelayo tiene. Un jesuita de origen español defensor de los derechos humanos en El Salvador considerado como el continuador de la obra del rector de la Universidad José Simeón Cañas (UCA) el jesuita Ignacio Ellacuría, uno de los padres jesuitas asesinados por el Ejército salvadoreño en noviembre de 1989. Tojeira Fue Rector de la UCA durante 12 años y actualmente es el Director de la Pastoral Social de la UCA.
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¿Considera que la Ley de Amnistía contribuyó a la impunidad y ofensa de la memoria de los pobres de El Salvador?
Fui una de las primeras personas que sacó opinión sobre la amnistía, unos pocos días de la amnistía publicaron un artículo en un periódico español, El País, en el que yo decía que la amnistía era una bofeteada en el rostro de los pobres del país y una bofeteada fundamentalmente porque le niega sus derechos, olvida el sufrimiento de los salvadoreños, porque no quiere hacer justicia y porque regala impunidad a personas que violaron derechos importantísimos, el derecho a la vida, a la seguridad, de permanecer en el país; mucha gente tuvo que salir del país, en fin.
Estoy totalmente convencido de que la amnistía ha dado impunidad que se ha convertido lamentablemente en una especie de tradición en el país.
¿Los principales criminales de la Guerra Civil en El Salvador se aprovecharon para huir y vivir en la impunidad?
Eso es evidente, hay gente que no solo cometió grandes crimines sino que los ordenó y los consintió y especialmente en una guerra civil los poderes más elevados empujan a los pueblos a agarrarse unos a los otros. Para mí los verdaderos criminales solo empujan a la gente sencilla a la violencia y evidentemente en el Ejército hubo responsables de gravísimos actos, de violaciones tremendas, delitos de lesa humanidad.
Y realmente ellos se apararon en la impunidad, no solamente para no delatarse, sino para vivir bien, muchos de ellos se enriquecieron durante la guerra.
¿El bienestar de quién se intentó defender cuando establecieron La Ley de Amnistía?
El bienestar de los poderosos, de los más poderosos dentro del país, no para defender a los débiles, no para recordar a las víctimas, sino para los más poderosos y facilitarles la vida.
¿Es correcta la postura de quienes afirman que es mejor no abrir las heridas del pasado acusando a quienes cometieron violaciones a los derechos humanos en la guerra?
Esa afirmación a mí me parece una tontería porque eso de reabrir las heridas del pasado para que se pida justicia es simple y sencillamente una estupidez, si se pide justicia es porque las heridas están abiertas y lo único que en una sociedad democrática cierra las heridas es la justicia.
Eso es así, entre no se haga justicia hay heridas, entonces no se reabren están heridas, es que no se han querido cerrar y ha sido el Gobierno y los políticos quienes las han querido cerrar. Ellos han cerrado las suyas con dinero con bienestar, si es que tienen heridas, pero a la gente no se le ha querido cerrar las heridas.
¿Cómo califica el perdón que pidió el expresidente Mauricio Funes por los actos cometidos por parte de los gobiernos anteriores contra el pueblo durante la guerra civil?
Dentro de la reparación que hay que hacer en nombre del Estado primero es la justicia y otra es la petición de perdón, por aquellos que han causado graves problemas o representantes de aquellas estructuras sociales y políticas pedir perdón. Considero que es lo mínimo que se puede hacer, pero eso no resuelve los problemas, ni cierra las heridas. Allá en el Gobierno piden perdón pero no quieren hacer justicia, ese es un error de un Gobierno.
¿Cuál sería el escenario del crimen contra los padres Jesuitas y sus dos colaboradoras en cualquiera de las dos posibilidades de la Sala?
Si dejan la Ley de Amnistía como constitucional, independientemente de que sea constitucional según la Sala, —yo creo que es inconstitucional—, pero de ser así el caso sigue pendiente porque no ha habido ni peticiones claras de perdón, no ha habido enjuiciamiento de nadie. Nosotros somos más partidarios de la justicia transicional que es esa justicia que brota para casos de guerra civil en los que se dan medidas de gracia y se suspende la cárcel a cambio del reconocimiento de la verdad y la petición de perdón.
En ese sentido para nosotros no va a terminar el caso mientras no hay reconocimiento de la verdad y petición de perdón de parte de los victimarios o de las instituciones que propiciaron el crimen.
Creo que es inconstitucional sí, pero además los que cometieron el crimen de los Jesuitas no estaban amparados por la amnistía y eso lo ha reconocido la Corte Suprema de Justicia, lo único que le aplica es la prescripción pero son delitos de lesa humanidad entonces son imprescriptibles, entonces evidentemente eso está abierto todavía.
¿Cuál sería el escenario de la constitucionalidad o inconstitucional de la Ley de Amnistía?
Si se declara inconstitucional estamos en lo mismo, es decir, mientras no hay una ley que facilite la justicia transicional, creo que es muy difícil emprender un nuevo caso de nuevo. De todas maneras le tocaría a la Fiscalía decir si es inconstitucional y que por tanto la prescripción no ha corrido, que es también un pensamiento nuestro decir que mientras impide un juicio la prescripción no corre.
¿Por qué considera que los militares y funcionarios que se vieron comprometidos a la violación de los derechos humanos en la guerra tienen temor a la verdad, de la justicia y de la verdad?
No quieren perder privilegios, esa es la verdadera razón, hay personas que después de la guerra ha quedado en posiciones con privilegios, entonces no quieren perder eso.
¿Se debería de juzgar al presidente de la República Salvador Sánchez Cerén, al vicepresidente Oscar Ortiz y a otros funcionarios por sus acciones en la guerra civil y si la ley los protege?
Si se les demuestra que hay graves violaciones de los derechos humanos sí, porque también una fuerza que tiene control territorial aunque no sea el Estado puede cometer graves violaciones de derechos humanos. Tendrían que probarlo.
¿Cuál sería el verdadero camino para que en El Salvador halla reconciliación y justicia?
Para mí el mejor camino es el de la justicia transicional, una justicia que cubre un tiempo de guerra exclusivamente y que dura un tiempo particular y que durante ese tiempo es que hay que acogerse a ese tipo de justicia, durante ese tiempo se puede perdonar una serie de castigos normales de la legislación a cambio de que los verdugos, los victimarios reconozcan sus delitos, pidan perdón a las víctimas y contribuyan al establecimiento de la verdad.
¿Hizo falta en los Acuerdos de Paz tocar el punto emocional que dejó la herida de la guerra civil en las personas para solucionar los daños físicos, psicológicos y emocionales que esta dejo?
El problema es que los Acuerdos de Paz se decía que se iba a luchar por la violación de los derechos humanos, esa parte de los Acuerdos de Paz no se cumplió. La Ley de la Amnistía contradice a los Acuerdos de Paz firmados en Chapultepec, México en 1992, Sí efectivamente.
¿En lugar de una Ley de Amnistía fuera conveniente una Ley de Reconciliación?
Podría llamarse Ley de Reconciliación si implica estos mecanismos de justicia transicional que estamos defendiendo.
[Fin de la entrevista]