Familiar de mártir del 30 de julio: “la UES solo se quedó conmemorando; la justicia nunca llegó”

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Este 30 de julio cientos de estudiantes saldrán nuevamente a las calles a conmemorar 41 años de quizás la peor masacre en contra de estudiantes en El Salvador. Exigirán justicia en una marcha que al finalizar, probablemente se quede solo en el deteriorado papel pegado en una pared y en el afónico grito de quienes al día siguiente no tendrá voluntad de pasar de la manifestación a los hechos.


Por Clanci Rosa y Alejandra 

—Recuerdo bien ese día. Yo venía de la Escuela Panamá, y al pasar por la  Universidad Nacional me fui encontrando con pancartas y todo roto y dije yo: ¿Qué pasa? Venía en el bus de la ruta tres y pregunté ¿Qué es lo que sucede pues? me paré en el momento y dije una expresión: ¿Qué les habrán hecho estos hijos de puta a los muchachos? Entonces alguien que venía ahí me cogió la mano y me dijo: ‘siéntese, la situación ha sido seria’. Comencé a observar y todo en esa avenida universitaria , todo estaba hecho un desorden—

Doña Clotilde López, tía de Roberto Miranda, uno de los mártires del fatídico 30 de julio de 1975, lamenta que la Universidad de El Salvador (UES) no haya trascendido de la conmemoración en esta fecha, es decir, que no haya entablado un proceso judicial para que este crimen no quedara en la impunidad.

—Llevo luchando desde 1975 hasta la fecha porque haya justicia, lamentablemente la UES no me ha acompañado, se han quedado solo con la conmemoración; yo no digo que esté mal, todos los años los acompaño pero como  tía de Roberto yo quiero que se aclaren esos sucesos, que salgan los responsables, por la memoria de los caídos—,  afirma doña Clotilde, con su voz entre cortada.

Los ojos de doña Clotilde se humedecen con tan duros recuerdos. —En la cuadra del seguro nos bajamos y empezamos a comprobar toda la sangre que bañaba esa calle, yo estaba viendo esa terrible escena pero aún no sabía quiénes habían caído. Sabía que Roberto andaba en esa marcha, pero hasta ese momento no sabía si él era una de las víctimas, ni las otras compañeras, sabían si sus hijos, sobrinos o nietos habían sido asesinados, fue algo amargo y atroz—, recuerda.

Entre los nombres que se registran de los caídos ese día están: Carlos Fonseca, Roberto Miranda, Balmore Cortéz, María Miranda, José Domingo Aldana, Carlos Humberto Hernández, Ever Gómez, Reinaldo Hasbún, Napoleón Grande y Sergio Antonio Cabezas.

—Los muchachos no eran criminales, ellos solo defendían la autonomía de la Universidad porque estaban en contra de las intervenciones, y como unos días antes en la Facultad de Santa Ana los cuerpos de seguridad del gobierno habían arremetido en contra de los estudiantes que participaban en un desfile bufo, los jóvenes de aquí de San Salvador se solidarizaban con ellos, no era para que los mataran—.

A inicios de este año, una comisión encabezada por el rector interino de la UES, Luis Argueta Atillón, llegó al Estado Mayor a pedir información, según el decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades, Vicente Cuchillas, quien formó parte de esta comisión; solicitaron todos los documentos y expedientes que tuvieran sobre el operativo que se montó para hacer la masacre.

“Solicitábamos información sobre las ordenes de la movilidad de tropa, las indicaciones que se habían dado, los nombres de las tropas y especialmente el nombre de los oficiales y el informe de los resultados, para conocer el nombre de los detenidos porque hay personas que desaparecieron desde esa época y no han aparecido y los familiares a lo mejor por miedo no denunciaron”, afirmó el decano Cuchillas.

Con los documentos, la comisión buscaba encontrar pruebas para iniciar una demanda por la vía judicial, sin embargo la respuesta del Estado Mayor a esta petición fue negativa, alegando que no tienen ninguno de esos documentos, es por ello que la petición ahora está en el Instituto de Acceso a la Información pública.

No obstante, antes no hubo un esfuerzo por llevar el caso a la vía judicial, algo que doña Clotilde reclama enérgicamente a la UES. —Año con año yo les reclamo ¿Qué pasa pues, solo ustedes se han quedado mudos haciendo año con año esta algarabía, directamente el 30 de julio, ¡qué pasa!? Miren la UCA reclama, porque yo cuando se cumplieron 25 años fui a la UCA con  el padre Tojeira y me dijo ese problema es directamente de la UES nosotros no nos podemos meter—, afirma con tristeza doña Clotilde.

Pero ella no se ha dejado vencer, a pesar de la carga de sus años, es una señora con mucha energía y una activista social, siguió insistiendo en la UCA, y según comentó existen posibilidades de que este centro de estudios superiores la acompañé para llevar el caso 30 de julio a la vía judicial.

Con la reciente resolución de la Sala de lo Constitucional  que deja sin efecto la Ley de Amnistía del periodo de guerra, mucho se ha celebrado por la justicia y la reparación de las victimas pero casos como la masacre del 30 de julio que sucedieron antes de la guerra, la posibilidad de justicia y reparación a las victimas siempre estuvo y sigue estando, porque los crímenes de lesa humanidad no prescriben, sin embargo hasta hoy, siguen impunes.

—Yo cada 30 de julio me voy para la marcha, leo mi manifiesto y pido a los jóvenes estudiantes que no se queden solo con la marcha, que vayan más allá y les insto a luchar por la universidad, por su autonomía que por eso murió mi Roberto, por defender la Nacional, por defender su universidad—, apunta, Clotilde López.

Este 30 de julio cientos de estudiantes saldrán nuevamente a las calles exigir justicia, en una marcha que al finalizar, probablemente se quede solo en el deteriorado papel pegado en una pared, en las manchas sobre las propiedades privadas y en el afónico grito de quienes al día siguiente no tendrá voluntad de pasar de la manifestación a los hecho.

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