Por 20 años han desviado cuatro ríos y así afectan a 1,700 familias en Ahuachapán

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Pese a que la acción podría ser una violación a la Ley de Riego y Avenamiento, propietarios de cultivos de caña y pastizales se han apropiado de cuatro ríos. Una delegación del Ministerio de Agricultura y Ganadería llegó a verificar y casualmente solo ese día corrió agua en donde normalmente es un sequedal.


Por Xochitl Acevedo

“Que nos dejen pasar aunque sea un poco de agua; se la han agarrado toda”, son las palabras de Vicenta Álvarez, una anciana de 65 años de edad quien desde hace más de 20 años sufre las consecuencias de la excesiva extracción de agua por parte de empresas cañeras y dueños de pastizales en Ahuachapán al occidente salvadoreño.

Los ríos de Guayapa, Cuilapa, El Naranjo y El Rosario ubicados en Ahuachapán se han visto afectados año tras año por las empresas productoras que acaparan casi en su totalidad el agua por medio de presas artesanales para usos propios como la riega de cañales y potreros.

Ante tal problemática, líderes de las comunidades de Guayapa Abajo,  Jujutla, Ahuachapán se presentaron el pasado 15 de diciembre ante el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para interponer formalmente una denuncia por la excesiva extracción de agua que las empresas de la zona usan para fines lucrativos.

La Revista Gato Encerrado visitó los ríos los cuales deberían de proporcionar al menos 200 litros de agua por segundo, encontrándose solo con las piedras que un día fueron testigos de los abundantes caudales, además de la evidente desaparición de la vida animal, que no pasa más allá de los mosquitos y unos cuantos pequeños grillos entre las rocas.

Doña Vicenta  lamenta que en la actualidad los ríos han perdido alarmantemente la flora y la fauna, “antes si nos daba hambre íbamos al río y agarrábamos algo. Ahora no hay nada”, afirma la señora que a pesar de su edad no deja de luchar junto con las comunidades para que el daño causado se remedie pronto.

Asimismo, otro afectado a quien llamaremos “Jaime”, ya que pidió no ser identificado por temor a represalias, dijo que cada verano los ríos se secan en su totalidad ya que las presas artesanales que sirven de “canaletas” desvían el agua hacia sus cañales y potreros, obstruyendo el paso del agua a la otra parte del río y dejando a todas las comunidades sin el recurso hídrico.

“Tenemos este sufrimiento desde años, no podemos hacer algunos trabajitos como cultivar porque no hay agua”, afirma Jaime quien además aprovechó para hacer un llamado a todas las organizaciones ambientales a unirse en su lucha: “ya organizados, esperamos tener una solución”, añadió.

Lo mismo sucede con Rosa María Campos, habitante de El Embarcadero quien sufre cada día la escasez de agua, “aquí íbamos a lavar, ya no podemos, íbamos a la unidad de salud en lacha pero como ya no hay agua nos toca a píe, los niños igual para ir a la escuela, nos ha afectado en casi todo”, dice.

Pasados tres días de la denuncia, y como se había quedado pactado, el MAG visitó los ríos para su inspección. Sin embargo, ese día la parte del Río Guayapa Abajo se encontraba con una mínima cantidad de agua, la cual ya estaba siendo aprovechada por lugareños que lavaban su ropa y se aseaban en el río.

Fotogalería de Marvin Díaz y Xochitl Acevedo

Jaime manifestó que probablemente se había filtrado información de que las autoridades se presentarían ese día por lo que las empresas dejaron circular el agua, “por lo menos un día antes aquí (en el río) estaba seco, ahora hay agua, algo que no hubiera pasado si no hubieran venido las autoridades”,  afirmó

Luis Torres de la Dirección General de Avenamiento Forestal Cuencas y Riego, del MAG, manifestó que durante la inspección se dieron cuenta de la situación de los ríos y que evidentemente es una problemática que se vive en el lugar ante la excesiva extracción de agua afectando a un aproximado de 1,700 familias.

“La denuncia de las comunidades es la correcta, hemos observado que no les llega agua, han captado el agua caudal arriba y los de abajo sufren las consecuencias” dijo Torres.

El director además indicó que para proceder legalmente es necesario determinar qué regantes tienen permisos para extraer agua, saber si cumplen con las medidas y posteriormente judicializar los casos para que haya una pronta solución.

En cuanto a los permisos, Torres afirma que si éstos fueron dados por los gobiernos municipales son totalmente ilegales, “los únicos que podemos dar esos permisos somos los del MAG, nadie más” manifestó.

Carlos Flores miembro de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) explicó que según la Ley de Riego y Avenamiento, el total de agua que debe de circular en el río es el 20% el cual no debe ser interrumpido para ningún tipo de uso, y que el resto que es la mayor parte si se puede utilizar.

El artículo 10 de la Ley de Riego y Avenamiento expresa qué: “Sólo podrán aprovecharse aguas nacionales con fines de riego, mediante permiso o concesión otorgados por el Ministerio de Agricultura y Ganadería de conformidad a esta Ley y sus Reglamentos.

Se entenderá por permiso, la autorización conferida por Resolución de dicho Ministerio para utilizar, en forma transitoria, aguas nacionales con fines de riego, y por concesión, la autorización conferida para utilizar, en forma permanente, dichas aguas para los mismos fines”

Las comunidades esperan que luego de la visita de dicha institución puedan corregir a tiempo la situación que cada año se agrava más y temen el que se vuelva irreversible en poco tiempo.

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