El Salvador recibirá el reconocimiento mundial de la Fundación Martin Ennals por el trabajo de Karla Avelar, una mujer transgénero que lucha por los derechos de la comunidad trans. El galardón le ha generado a esta mujer amenazas de muertes, extorsión y expresiones de odio de parte de la población. La distinción es una bofetada para el Estado por no crear políticas hacia el sector LGBTI
Por Redacción Gato Encerrado
Aquel mediano salón estaba preparado para recibir a sus invitadas; en un abrir y cerrar de ojos se comenzó a a llenar de aquellas mujeres elegantes, unas vestían una infinidad de prendas, otras con su taconeo se abrían paso entre la concurrencia. Entre ese laberinto femenino, se encontraba la primera mujer transgénero salvadoreña en dar al país uno de los máximos reconocimientos que existe en el mundo.
Entre risas, abrazos y selfies, Karla, compartía un momento ameno junto a sus amigas; al verla, sentí una inmensa intriga por saber de esa mujer; sin titubeos, me acerco y le pido un minuto para hablar; ella responde un sí. La plática arrancó de inmediato.
Karla, a sus 40 primaveras, es la única salvadoreña nominada al premio de la Fundación Martin Ennals, reconocimiento que se le otorgará por su incansable y excepcional labor por la defensa de los derechos humanos de la comunidad trans en el país.
Cuando Karla supo de su nominación, la emoción y la alegría brotaban en ella, pero esas emociones se fueron ahogando poco a poco en el temor. “Directamente he recibido amenazas de muerte y extorsiones”, relata.
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“He tenido que mudarme en seis ocasiones y han hecho comentarios de odios en redes sociales hacia mi persona”, añade.
Aquella salvadoreña que vestía blusa blanca y su azul pantalón jeans, lamenta que algunos ciudadanos mal interpretan el tema “Ellos piensa que con el reconocimiento voy a recibir dinero pero esto no es así”, aclara Karla.
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Los Premios Martin Ennals (1993) son otorgados anualmente a 10 organizaciones que trabajan a nivel mundial por la defensa de los derechos humanos. En el caso de El Salvador, la organización norteamericana, Human Rights First, visitó en los meses de noviembre y diciembre de 2016 a distintas ONG (mujeres, niños, medio ambiente, entre otras) para que participaran.
Entre las organizaciones visitadas se encontraban La Asociación Comunicando y Capacitando a Mujeres Trans (COMCAVIS TRANS), liderada por Karla. El 21 marzo de 2017 a la salvadoreña se le notificó que se encontraba entre las finalista para la nominación del reconocimiento que será entregado el próximo 10 de octubre en Suiza a quien resulte ganador.
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A cuenta gotas pasaba los minutos en aquel espacioso salón. Algunas amigas de Karla comienzan a retirarse; entre el reducido de mujeres trans, Karla comenta. “Quizás la gente espera que aparezca muerta para darse cuenta que he recibido amenaza”. La poca confianza en las instituciones de seguridad ha hecho que Karla no busque refugio en la seguridad salvadoreña.
“Solamente he denunciado públicamente la situación en la que vivo pero no he denunciado ante las instituciones porque hay deficiencia en el sistema”, señala.
Karla lamenta que la población en vez de aprobar que una salvadoreña trae al país un reconocimiento a nivel mundial, muchos de ellos lo desaprueban. “Como dicen a lo buen salvadoreño: ¿Por qué este culero y no yo?”; y hace la reflexión, “Te aseguro que si fuera una mujer en minifalda que hubiera ganado ese premio, la hubieran felicitado todo mundo, pero como es una trans lejos de ocasionar un apoyo ocasiona una resistencia y odio”.
La pesadilla de terror que vive la mujer defensora de los derechos humano de las personas trans afecta no solo a ella sino que a toda la comunidad LGBTI, esto por el odio irracional, la falta de educación y leyes por las autoridades.
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El reconocimiento noquea al Estado salvadoreño según Karla. “El reconocimiento es un logro de la comunidad LGBTI porque nos visibiliza a nivel mundial, claramente esto es una bofetada a los tres Órganos del Estado, porque otras instancia externa del país reconocen la labor de las defensoras de los derechos humanos”, precisó.
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La fundadora y directora de COMCAVIS TRANS, ha trabajado desde 1992 por la defensa de los derechos de la comunidad trans salvadoreña. Karla hace mención de muchas iniciativas que respalda a la población LGBTI y por las cuales debe de regirse el país.
“La constitución de la República, la Carta Magna de Derechos Humanos de Naciones Unidas, los tratado firmados y ratificado por el Estado salvadoreño y la intervención americana de derechos humanos respalda a nuestro sector”, enumera
La convicción es el motivo por el que Karla no desiste de su lucha a favor de la comunidad trans. “Puta (se disculpa), trabajo si tengo pero no tengo salario, me ataca la sociedad ¿Qué hago? ¿Desisto mejor? Sin embargo el compromiso con mi población siempre existe y no solo de parte de mi sino que hay muchas compañeras trans comprometidas”.
Avelar reconoció que se necesita leyes especiales que garantice los derechos humanos de las personas LGBTI, entre ellas, la Ley de Identidad de Género que vendría a formalizar y reconocer la orientación sexual del sector.
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La salvadoreña se prepara para representar a los más de seis millones de habitantes del pulgarcito de América, y especialmente a la comunidad trans. Ella viajará en el mes de octubre a Ginebra, Suiza a la gala del evento en el que podría traer un reconocimiento de nivel mundial al país.
Karla, antes de irse, hizo una promesa a todas las salvadoreñas trans. “Yo como Karla Avelar voy a plantear la situación en la que vivimos”, finalizó.
