El 26 de junio que deterioró a la Universidad de El Salvador

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“El único deber que tenemos con la historia es rescribirla” (Oscar Wilde)

Por Clanci Rosa (Opinión)

El pasado 26 de junio, como todos los días, desde que cesaron las intervenciones militares, la Universidad de El Salvador abrió sus puertas a la comunidad universitaria, desde las cinco de la mañana. Los estudiantes en su mayoría llegaron a recibir sus clases, por la época muchos a hacer parciales, caminan apresurados con folletos y cuadernos.

Los trabajadores en sus vehículos, apresurados por encontrar parqueo, los docentes también caminan de prisa, hay que hacer evaluaciones y calificar exámenes, el ciclo casi finaliza, la UES es una locura.

Pero no fue así aquel 26 de junio de 1980. La Universidad sufre una de las peores intervenciones, la más larga de hecho, que sobrepasó los cuatro años y que sus implicaciones se ven hasta el día de hoy.

¿Se imaginan? ¡La UES pasó cerrada cuatro años!  Qué tal si hoy nos dicen que la UES se cerrará y que probablemente se abra en 2021 ¿Qué haríamos? Nos resulta una locura pensarlo. Sin embargo esa fue una constante en los años setentas y ochentas.

Ya no hay intervenciones militares, pero sus efectos han sido tan grandes que el hecho que hoy en día la mayoría de la comunidad universitaria no tenga en cuenta este suceso nos indica la crisis en memoria e identidad universitaria que vivimos.

Algunos dirán y de qué sirve saber eso, y ya los tendrá hartos el lema “pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”. Sin embargo, estas mismas personas se quejan del deterioro de la U, de la deficiente calidad académica y su retraso en la tecnología.

Bueno, resulta que  esto no fue así, la Universidad fue unreferente a nivel Latinoamericano, incluso se habla de unaépoca de oro de la Universidad, el Doctor en Filosofía Adolfo Bonilla Bonilla, en un artículo publicado en la Revista Humanidad reflexionaba sobre este punto

“La Universidad de El Salvador se caracterizó en la época de oro por el paso arrollador de los cambios académicos y administrativos. La creación de carreras, departamentos y escuelas se hacía a un ritmo frenético dirigido por un liderazgo brillante, audaz y polémico y comprometido con los cambios necesarios en la educación y en la política del país para lograr el desarrollo”

Agregaba: “El liderazgo no dependía de la voluntad ya que fue cuidadosamente preparada su educación en el país y en el extranjero. Simultáneamente fueron capaces de tejer una red de relaciones internacionales que permitieron los convenios con universidades extranjeras y centrosde investigación que permitieron traer a la UES profesores visitantes de gran trayectoria académica.

En la intervención militar de 1972 según el artículo del doctor Bonilla, la UES tenía 129 profesores visitantes y algunos de ellos habían trabajado con premios Nobel.

Hay un dato que destaca Bonilla en esta época de oro y es la planta docente:“la preparación de la planta docente es lo que le dio mucho prestigio a la Universidad de El Salvador, porque una verdadera planta docentes sabe preparar y orientar al estudiantado con verdadero talento”, escribió Bonilla.

Además Bonilla reconoce el daño de las intervenciones militares y al respecto escribe “Si el desarrollo académico de la UES no se hubiera interrumpido, con seguridad que su planta de docentes e investigadores tuviera de manera generalizada títulos de doctorados”

Como vemos la Universidad era una institución académica respetada, con docentes realmente capacitados y brillantes, lamentablemente con estas intervenciones se da lo que se conoce como la fuga de cerebros. Muchos de estos intelectuales se van con la situación política que se vivía.

Y es importante mencionar en este deterioro que sufre la U con las intervenciones, el saqueo. Sabían que la Universidad era de las pioneras en centro América en tener el laboratorio Carbono 14 que es una técnica de fechamiento arqueológico que permite identificar el periodo de tiempo al que pertenecen elementos de la cultura material de sociedades del pasado, ahora no existe ni la carrera en arqueología. De hecho la carrera de antropología que está vinculada con esta área se abrió en 2005.

Muchos de los laboratorios que existían en carreras como medicina fueron destruidos, otros extraídos de la UES y comercializados afuera. Las intervenciones militares han sido nefastas y aunque la Guerra terminó a la UES no se le reivindicó, tal es el colmo que ni siquiera se tiene un presupuesto que cubra las necesidades académicas.

Entonces es importante reflexionar en fechas como estas sobre el pasado, de donde viene la UES pero más importante aún, hacia donde queremos que vaya, porque si bien sonciertas las intervenciones militares han hecho mucho daño, también lo hace la corrupción, la falta de transparencia y el clientelismo político que impera en esta casa de estudios.

Rescatar la memoria es recuperar la identidad universitaria y exigir con mayor razón, que el Gobierno, cual sea que esté, pagué esa deuda histórica con la Universidad, porque las intervenciones militares nos pasan factura hasta el día de hoy.

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