Ilustración: René Rivas
En los últimos diez años, la cancillería salvadoreña nombró en el servicio exterior a 14 familiares de funcionarios de alto nivel, de los dos gobiernos del FMLN, con sueldos de hasta $8,000 mensuales. Documentos oficiales del Ministerio de Relaciones Exteriores también confirman que una hija del vicepresidente de la Asamblea Legislativa y dirigente del partido GANA, Guillermo Gallegos, así como la hija de José Luis Merino, quien es uno de los máximos dirigentes de izquierda, fueron colocadas en diferentes embajadas y consulados de El Salvador alrededor del mundo, junto con hijas, hijos, una sobrina, hermanos y medios hermanos de más de un ministro, viceministra y diputados.
Estados Unidos. 26 de octubre de 2018. José Manuel* había manejado por cuatro horas y media desde la ciudad de Raleigh en Carolina del Norte hasta la localidad de Virginia, a unos 400 kilómetros de distancia. La lluvia, un par de accidentes de tránsito y algunas construcciones de la carretera alargaron el viaje. Llevaba prisa. Quería estar lo más temprano posible en el consulado salvadoreño para sacar un pasaporte y garantizar sus planes de regresar a El Salvador. Tenía 21 años sin ver a su madre.
Esa mañana de viernes pensó, según dijo después, que había llegado a tiempo, pero un letrero colgado en la entrada le anunció lo contrario.
“Aviso de cierre: El consulado general de Woodbridge, VA, informa que este día cerraremos a las 10am para trámite de pasaportes y demás trámites consulares y a las 12md caja y DUI, regresando en el horario habitual el lunes 29 de octubre. Gracias por su atención”, se leía en la pequeña página de papel bond, pegada en la puerta principal.
El cierre no fue advertido a la comunidad salvadoreña y tampoco el motivo: una pasarela de modas que se realizaría por la noche en el restaurante Ranchón Steakhouse, de Woodbrige, había puesto a todo el personal del consulado a trabajar en los preparativos.
José Manuel se acercó a la puerta de vidrio. Llegó a pensar que el cierre se debía a que los empleados se encontraban almorzando. Hizo señas, pero desde adentro nadie le respondía. Se dirigió a la puerta trasera, tocó varias veces hasta que una mujer se asomó a atenderle.
“Ya está cerrado, señor. El cónsul ha tenido que irse, tuvo una emergencia”, le dijo.
José Manuel migró a Estados Unidos en 1998, fue beneficiario del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) y hace trabajos topográficos en Carolina del Norte. La tarde anterior, el 25 de octubre, llamó para consultar sobre los trámites del pasaporte. “El mismo cónsul me dijo que no necesitaba cita”, aseguró. Perdió un día entero. “No estoy acusándolo (al cónsul) pero si me hubieran dicho que iban a cerrar temprano, yo no me habría movido”.
El funcionario del que habló José Manuel es Guillermo Antonio Olivo Méndez, quien a partir del 1 de agosto de 2018 fue trasladado a Virginia, tras haber sido cónsul en la ciudad de Los Ángeles, California. Llegó en sustitución de Erika Arévalo de Leiva, quien renunció tras denunciar irregularidades en ese consulado. De acuerdo con su versión, no obtuvo respuesta de las autoridades.
El ahora cónsul de Virginia admitió, ante esta revista, ser primo del presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Julio Olivo, y es uno de los 14 parientes de funcionarios que forman parte del servicio exterior salvadoreño, contratados durante los dos periodos de gobierno del FMLN. El magistrado electoral, por su parte, al ser consultado reconoció un parentesco, después de insistirle.
Hugo Martínez, quien estuvo a la cabeza del Ministerio de Relaciones Exteriores desde 1 de junio de 2009 hasta mayo de 2018 —exceptuando entre junio 2013 y mayo 2014, cuando ocupó la Secretaría General del SICA—, vio pasar estas contrataciones. El excanciller y también excandidato presidencial, derrotado en las pasadas elecciones del 3 de febrero, planteó al ser entrevistado que el nepotismo debe atacarse con una legislación que se implemente en todo el aparataje del Estado. Sin embargo, se desliga de inmediato al ser cuestionado sobre parientes de funcionarios contratados por la cancillería que él administró.
—¿Pero sí confirmaría que hubo contrataciones de familiares…? — se le preguntó a la salida de una entrevista radial, el 7 de enero de 2019.
—Yo no te puedo hablar de los nombramientos que se hicieron después de que yo salí de cancillería — responde.
—¿Y antes? Porque algunos nombramientos sí están firmados por usted.
—Bueno, muéstrame uno que esté firmado.
—Se los puedo enseñar.
—Ajá, enséñame…
Vista de las copias de los acuerdos de nombramiento de los familiares de funcionarios que fueron firmados por Hugo Martínez mientras era canciller de la República, solicitados a través de la unidad de acceso a la información pública del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Pareciera que Martínez olvida que durante los dos gobiernos del FMLN utilizó su firma para autorizar el nombramiento en el servicio exterior de al menos siete parientes: la hija del ministro de Educación, Carlos Canjura; las hijas de los viceministros de Inversión Extranjera, José Luis Merino, y de Gobernación, Daysi Villalobos; la sobrina de la diputada Nidia Díaz, el hijo de la entonces diputada Lorena Peña y la hija del asesor parlamentario Salvador Arias. Así también firmó el nombramiento de la hija del diputado Guillermo Gallegos, uno de los máximos dirigentes de GANA. Este partido asumirá el Ejecutivo con Nayib Bukele, el 1 de junio próximo.
Documentos de Relaciones Exteriores, obtenidos a través de diversos procesos de acceso a la información pública, revelan que el resto de las 14 contrataciones de familiares están vinculadas a tres parientes de la viceministra para Salvadoreños en el Exterior, Liduvina del Carmen Magarín; a una hija de la exdiputada Peña, a la hija del entonces ministro de Economía, Tharsis López; y a otra hija del asesor Arias. Los parientes fueron designados en un cargo diplomático, consular —sin ser diplomáticos de carrera— o se encuentran en algún cargo administrativo.
Roma, Italia. 14 de octubre de 2018. Una multitud se congregaba en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, para la canonización de Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Delegaciones de diferentes países aceptaron la invitación al acto. En primera fila estaban el presidente Salvador Sánchez Cerén; su esposa, Margarita Villalta; y el canciller de El Salvador, Carlos Castaneda. Dentro de este cuadro se dejaba ver el rostro de la coordinadora del grupo parlamentario del FMLN, Nidia Díaz. La diputada había sacado su teléfono e intentaba documentar vorazmente su entorno.
Nidia Díaz se fue a Roma, pese a las fuertes críticas que desató el decir que su viaje lo pagarían fondos públicos. El FMLN, para suavizar la tensión mediática, anunció que cubriría los costos del boleto y los viáticos.
A unos siete kilómetros de la plaza de San Pedro se encuentra la representación diplomática y consular de El Salvador. Ahí trabaja como asistente administrativa Karla Margarita Palm Valladares, sobrina de Nidia Díaz.
El nombre real de la diputada es María Marta Valladares. Nidia Díaz fue un seudónimo durante la guerra, pero que luego sometió a juicio de identidad. Por eso la no coincidencia. Para la legisladora, el nombramiento de su sobrina en el servicio exterior, desde enero 2018, se debe a que ella ha vivido en Roma por mucho tiempo y el reconocimiento se lo ganó por su “trabajo voluntario”. “Está en un proyecto temporal, creo, de acercarse más a la comunidad por todos los problemas que tienen los migrantes”.
Palm Valladares tiene estudios de arquitectura en interiores en Roma y ha trabajado como agente de servicio al cliente de hoteles como Hilton Hotel, Hotel de Russie y Livitaly Tours. Entre otros títulos: es bachiller en media y comunicación, que sacó cuando residía en Ängelholm, Suecia.
A cinco horas y media de Roma está el consulado de Milán, donde un mes después de la contratación de Palm Valladares fue enviada Gloria Aimee Merino Marone, hija de José Luis Merino, conocido como el comandante “Ramiro Vásquez”, ahora viceministro de Inversión Extranjera del gobierno de Sánchez Cerén.
El sueldo de $2,500 que recibe Merino Marone, mes a mes por su trabajo como asistente administrativo, es pagado con fondos del proyecto “Promoviendo las capacidades institucionales y fortaleciendo el proceso de integración centroamericano”, tal y como detalla una copia del acuerdo de nombramiento.
En el currículum de la hija de Ramiro Vásquez, proporcionado por la unidad de acceso a la información de cancillería, se menciona que es licenciada en psicología y que su experiencia laboral ha sido desarrollada en áreas de recursos humanos de las empresas Transportes Belmont y la Arrocera San Francisco. Además aparece que fue la encargada de “búsqueda de streaming” del canal TVX, empresa que vincula a José Luis Merino con el presidente electo Bukele. Se intentó contactar por medio de llamadas y mensajes de texto a Merino, uno de los dirigentes de mayor peso en el FMLN y referente de Alba Petróleos de El Salvador, pero no hubo respuesta de su parte previo a la publicación de este reportaje.
La existencia de familiares de funcionarios dentro del servicio exterior no es nueva. De acuerdo con una publicación de El Faro de 2009, un buen número de familiares vinculados a los expresidentes Elías Antonio Saca y Armando Calderón Sol, ambos del partido ARENA, fue dispersado en diferentes sedes diplomáticas y consulares en su momento.
Rubén Zamora, político y exdiplomático, sintetiza este problema en una visión que tienen todos los partidos políticos de “ocupar el Estado como un lugar de empleo… y eso lo hacen todos. ¡Todos!”.
“Es ahí donde está la principal falla que frena la construcción de una burocracia seria, ya que se entra no por méritos, sino porque es hijo de, sobrino de o el amigo de… Y eso no es un criterio común para contratar a un personal. A veces puede darse por ‘chiripa’ (casualidad) y te sale bien la cosa, pero normalmente no…”, mencionó a esta revista.
De Italia a España. En el consulado general en Barcelona se encuentra Rosa Delia Arias Orozco, hija de otro líder histórico del FMLN: Salvador Arias, fallecido el 10 de enero de 2018.
Rosa Delia fue nombrada en esa plaza el 30 de enero de 2014. Antes de mudarse a Europa, se dedicaba desde 2008 a impartir clases de inglés, español y áreas de preescolar en Mozambique. Ella es bachiller general y posee un técnico superior en educación infantil.
El 1 septiembre de ese mismo año, también fue nombrada en el servicio exterior su hermana Carla Teresa Arias Orozco como ministro consejero en Chile. Salvador Arias no es el único con dos hijas en el servicio exterior. En su momento, la exdiputada efemelenista Lorena Peña tuvo a dos de sus hijos: Vladimir Solórzano Peña y Ana Virginia Guardado Peña.
Ana Virginia Guardado Peña era consejero en Washington. Ahí laboró entre el 1 de octubre de 2014 y el 25 de abril de 2018, donde tenía un sueldo de $3,930.48 al mes. Ella es graduada de licenciatura en Periodismo y cuenta con una vasta experiencia en comandos de campañas presidenciales, como la de Salvador Sánchez Cerén y el expresidente Mauricio Funes.
En Ottawa, Canadá, hasta el 30 de septiembre de 2018 todavía figuraba Solórzano Peña como consejero en esa representación diplomática y consular de El Salvador. Nombrado el 2 de mayo de 2012, ganaba $3,930.48 dólares al mes, según el acuerdo de nombramiento. Su sueldo subió a $4,635. Así lo refleja la base de datos del personal del servicio exterior a la que este medio tuvo acceso.
Frontera Estados Unidos-México. 14 de diciembre de 2018. El gobierno de Salvador Sánchez Cerén celebraba la apertura de un consulado más en Estados Unidos. La viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarín, oficiaba un acto en el que dejaba a disposición de la comunidad las nuevas oficinas que más tarde estarían disponibles en Laredo, Texas, uno de los puntos fronterizos de mayor tránsito por migrantes que cruzan desde México de forma ilegal, y donde ocurren varias detenciones de menores no acompañados.
Era el momento del corte de la cinta inaugural, de sonreír a la cámara y de la foto oficial. “Atender a nuestros connacionales es un deber”, escribía la viceministra en redes sociales por el nuevo logro del gobierno al sumar 20 consulados en tierras estadounidenses. Magarín se hizo acompañar de dos funcionarios que también están en el listado de parientes: la embajadora de El Salvador en Estados Unidos, Claudia Ivette Canjura de Centeno; y el nuevo cónsul en Laredo, David Ernesto Moreno Rodríguez.
Canjura de Centeno se ubicaba al lado derecho de Magarín. La embajadora de El Salvador en Estados Unidos es hija del ministro de Educación, Carlos Canjura. El funcionario justificó en 2016 —año en el que ella fue designada embajadora—, que el nombramiento de su hija se debía a “méritos propios”, mismos que le habrían valido para devengar los $7,970.14 que gana al mes.
Al otro lado de Magarín, David Moreno sostenía la cinta inaugural. El nuevo jefe de la misión consular de Laredo hizo su ingreso al servicio exterior el 12 de enero de 2014. Moreno es un rostro familiar para la viceministra: el cónsul, además de ser hijo de una expareja de la funcionaria, es medio hermano de José Mario Magarín, hijo de la viceministra y quien también labora en el servicio exterior.
El 29 de mayo de 2017, David Moreno fue designado cónsul en McAllen, un nombramiento que fue validado por la misma viceministra al dejar su firma plasmada en el acuerdo donde se estableció el sueldo de $2,314.41, que Moreno recibiría mes a mes por trabajar en la frontera sur de Estados Unidos.
David Moreno tiene un nivel académico de bachillerato y experiencia laboral en call centers. Mientras residía en El Salvador trabajó por un año en Teleperformance, un año más en atención al cliente de Telus International, después se dedicó por dos años y medio a ser soporte técnico para redes móviles y computación en inglés en Stream Global Services, , como se observa en las copias de los documentos oficiales.
A seis horas de Laredo, en el consulado de Dallas, está José Mario Magarín Moreno. Contratado el 4 de mayo de 2010 como personal de servicio en Taiwán. Tenía una plaza de motorista en la representación diplomática y consular de El Salvador en Taipéi, en la que ganaba un sueldo de $1,595 mensuales. Su contrato, como se lee en un documento oficial con fecha 30 de mayo de 2018, colgado en el Portal de Transparencia, establecía mantener las instalaciones de las oficinas limpias y ordenadas, atender a visitantes, reportar cualquier desperfecto o daño, preparar bebidas y brindar apoyo logístico al personal. Se encargaba de trámites administrativos y era el conductor designado para mover al representante diplomático a cualquier evento oficial. Eso, además de limpiar el vehículo y llevar una bitácora del kilometraje.
El 6 de mayo de 2013, fue nombrado asistente administrativo en el consulado general de Dallas. Su sueldo, como sus asignaciones, también fueron modificadas. Magarín Moreno, con un salario de $2,096.05 al mes, hoy es responsable de atender cualquier demanda relacionada a salvadoreños enfermos o que requieran de atención de emergencia, así como visitar centros donde se encuentren menores migrantes no acompañados, especialmente en áreas fronterizas de McAllen.
El hijo de la viceministra es uno de los que públicamente ha defendido su contratación. En una entrevista telefónica a la que accedió, insistió en que el problema no es que forme parte de un ministerio donde su madre tiene un rango superior, sino que este escenario le ha frenado su crecimiento e impedido ascender: “La gente piensa que porque uno es hijo de… no tiene capacidad y yo sí puedo demostrar que me he ganado el trabajo”.
El argumento que Mario Magarín usó a su favor es que su madre aún no era viceministra cuando fue contratado. Mencionó fechas y dijo que su nombramiento fue en 2009. Si bien no se equivoca cuando alega que su madre no estaba al frente del viceministerio para Salvadoreños en el Exterior, también omitió decir que ya era funcionaria de la Cancillería en tiempos del presidente Funes, específicamente, como directora de recursos humanos.
El recurso de apelación 167-Ap-2010 de la Sala de lo Civil de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), describe que ella ya era la directora de recursos humanos en 2009, solo unos meses antes de que Mario Magarín fuese nombrado en el servicio exterior. José Omar Paredes, un exempleado de Relaciones Exteriores, fue quien interpuso el recurso luego de que le fuese notificada la no renovación de su contrato.
Liduvina Magarín, entre otros cargos en la cancillería, antes de ser viceministra también fue asesora del Despacho Ministerial en Asuntos Legales y Administrativos, directora ejecutiva del proyecto Mesoamérica y directora general del Servicio Exterior.
El clan no termina ahí. De Dallas a El Paso, Texas, a unas nueve horas en carro, se encuentra un tercer familiar de la viceministra: Élmer Javier Rodas Barrera, su sobrino, quien trabaja como asistente administrativo en esa sede consular, recién inaugurada en diciembre pasado. Antes de ser trasladado a El Paso, Rodas se desempeñaba en el mismo cargo, pero en la representación diplomática y consular de El Salvador en Belmopán, Belice.
La viceministra Magarín no negó su parentesco con los tres empleados al ser consultada en enero de 2019, pero insistió que debía recurrirse al área de recursos humanos para aclarar esa duda. “No soy yo la encargada de las contrataciones y, sobre todo, que se refiere, según usted, a familiares míos… Hay mucha gente que está relacionada, unos con otros, parientes cercanos, parientes lejanos, no sé cuál es el interés suyo en solo buscar el caso mío”, aseguró desistiendo de opinar más sobre el tema.
Jaime López, del Centro de Asesoría Legal Anticorrupción de la Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde), considera que podría haber un abuso de autoridad de parte de la viceministra: que ella sea una autoridad directa sobre sus familiares no solo hace cuestionable su trabajo como funcionaria, sino que lo vuelve un caso que “trasciende más allá del nepotismo”.
“Ya no solo es que es una recomendación. Básicamente es una persona que está haciendo un uso arbitrario de las facultades que le han sido encomendadas y lo está haciendo con pleno conocimiento”, explicó.
Virginia, Estados Unidos. El cónsul Guillermo Olivo subía al escenario para rendir homenaje a salvadoreños talentosos. Entregaba placas en forma de estrellas y reconocimientos.
“Mi clave es poder sacar adelante a la gente y trabajar por la comunidad”, decía.
Aquel 26 de octubre de 2018, la pasarela Raíces —como se llamaba el evento— seguía acaparando la atención de todos los empleados del consulado: modelos que corrían de un lado a otro, una pista de baile, música en vivo, un salón repleto de diseños confeccionados por salvadoreños. Atrás había quedado el cierre inesperado de las oficinas durante la mañana, la suspensión de algunos servicios y la historia de José Manuel.
Guillermo Olivo entró al servicio exterior el 29 de junio de 2015, cuando fue enviado al consulado de Los Ángeles, después de haber sido diputado del FMLN en la Asamblea Legislativa entre 2006 y 2015. Su perfil político lo formó como militante entre 2003 y 2006, cuando fue secretario departamental de la juventud del FMLN en Sonsonate.
El ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Castaneda, opina que el perfil tomado en cuenta para nombrar al personal que envían al servicio exterior está basado en el reconocimiento de su desempeño, del oficio, la asistencia humanitaria y en el conocimiento de los criterios fundamentales.
En el caso puntual de parientes, responde que el ministerio ha partido de una “situación parcial”. “Nosotros apelamos al desempeño práctico de la gente y al desempeño profesional. Yo no estoy por el nepotismo, aquí estamos por el desempeño. Si (en) la gente hay un vínculo, pues sí, eso es otra cosa…”.
Las razones por las que el consulado de Virginia trabajó hasta mediodía siguen sin conocerse oficialmente. Esta revista solicitó a la unidad de acceso a la información de cancillería que emitiera un documento con la justificación de aquel cierre del consulado, a causa de los preparativos de la pasarela de modas en un restaurante. La respuesta de la cancillería fue que esa información es “inexistente”.
El servicio exterior salvadoreño cuenta con 478 trabajadores, de estos 153 son diplomáticos y 82 tienen un cargo consular. El resto se divide entre 204 asistentes administrativos y 39 destacados en personal de servicio, de acuerdo con un listado del personal proporcionado por la unidad de acceso a la información pública del Ministerio de Relaciones Exteriores, con fecha 2 de mayo de 2018. Se estima que un 74 % del servicio diplomático y el 85 % del servicio consular no son funcionarios de carrera. Un 22 %, de los ocupan plazas consulares y diplomáticas, solo tienen un título de bachiller.
Como Guillermo Olivo, 10 de los 14 parientes investigados son bachilleres. Andrea Elizabeth Gallegos Otero se suma a estos casos, quien es hija del diputado y líder del partido GANA, Guillermo Gallegos. Ella cuenta con título de bachiller y hasta septiembre de 2018 se desempeñaba como ministro consejero en Las Vegas, Nevada. Ahí trabajó por casi dos años.
Esta revista intentó consultar en reiteradas ocasiones al diputado Gallegos sobre esta contratación, pero nunca hubo una respuesta de su parte.
El 16 octubre de 2017, en la representación diplomática de El Salvador en Washington D.C., fue designada como primer secretario Rossana Camila López Sandoval, hija del exministro de Economía y actual comisionado presidencial para la promoción y desarrollo de la inversión privada, Tharsis López. El comisionado habla de esta contratación y sostiene que ella aplicó porque había una vacante.
“Ella (su hija) había estudiado relaciones internacionales y ciencias políticas. Aplicaron varios…”, dijo el ministro.
Su versión contrasta con la información compartida por cancillería, en la que aparece que el título de su hija es de bachiller. López, en la misma entrevista hecha el 21 de enero pasado, confirmó que su hija ya no labora más para el servicio exterior.
El 17 de septiembre de 2018, Fátima Deysi Portillo Villalobos, hija de la viceministra de Gobernación, Ana Daysi Villalobos, estaba recibiendo oficialmente su promoción como vicecónsul en Montreal, Canadá, donde fue enviada el 15 diciembre del 2014 como asistente administrativo. Es bachiller y la experiencia laboral adicional que se lee en su hoja de vida, compartida por el ministerio, es la que ganó como asistente en la Dirección General de Atención a la Comunidad en el Exterior, donde trabajó entre el 17 de agosto y el 31 de octubre de 2009.
En San Salvador, desde donde se envían lineamientos de trabajo al servicio exterior, esta revista insistió a Hugo Martínez que explicara bajo qué criterios se hicieron estas contrataciones. Si bien reiteró que no existe un perfil determinado que debe cumplirse, “dado que la ley lo permite”, las personas fueron nombradas más bien cumpliendo “las necesidades del servicio”, sobre todo en la red consular. “Hemos ido partiendo de las necesidades apremiantes que han ido surgiendo”, explicó escuetamente.
El abogado de Funde es de la opinión de que los nombramientos políticos, los puestos de confianza en cargos diplomáticos, deben estar estrechamente vinculados a que la persona que sido designada demuestra que tiene las competencias necesarias o muy superiores al personal que sí ha pasado por la escuela diplomática. “Pero, aquí el nombramiento político se confunde: es poner al militante, al amigo”, dice.
En ese punto, Rubén Zamora y Jaime López coinciden y hacen énfasis en que se debe trabajar. Para ellos, el nepotismo y el manejo “clientelado” de los cargos se permite, ya que se está frente a dos leyes “obsoletas”: la Ley Orgánica del Servicio Consular data de 1948 y la Ley Orgánica del Cuerpo Diplomático de 1952.
En su análisis, López concluye que algunas acciones de estos funcionarios podrían reñir, incluso, con la Ley de Ética Gubernamental, ya que en la medida que se nombre personal “no idóneo” se pone en riesgo los recursos del Estado al “pagar un dinero a alguien que no necesariamente va a dar el resultado que se espera”.
*No reveló el apellido por seguridad.