Trabajadores salvadoreños denuncian salarios indignos que no alcanzan para vivir
Foto/Francisco Otero
Por Francisco Otero
Mayo 1, 2024
Cientos de trabajadores salvadoreños y personas organizadas marcharon desde la Plaza Divino Salvador del Mundo hasta la Plaza Gerardo Barrios, en San Salvador, para conmemorar el Día Internacional de los Trabajadores y recordar que gracias a las luchas históricas de la clase trabajadora se conquistaron derechos laborales.
Durante la marcha, denunciaron que algunos de los derechos conquistados no están garantizados en el contexto actual de El Salvador, donde tienen que sobrevivir con salarios indignos que no alcanzan para comprar todos los productos de la canasta básica que cada vez están más caros, al mismo tiempo que deben pagar dónde vivir y los servicios básicos. Además, denunciaron las capturas injustas durante el régimen de excepción en contra de trabajadores y sindicalistas, el irrespeto al medio ambiente, la deuda gubernamental a la Universidad de El Salvador y la poca importancia por parte de las autoridades a la situación laboral de las personas con discapacidad.
En la marcha participaron cientos de personas trabajadoras y organizadas que se reunieron frente a la Plaza Divino Salvador del Mundo, este 1 de mayo, a pesar de los retenes policiales que intentaban obstaculizar el paso de los autobuses y vehículos en los que los manifestantes se trasladaban desde el interior del país para participar en la manifestación de San Salvador. Los medios de comunicación y propaganda del gobierno de Nayib Bukele, como Diario El Salvador y canal 10, publicaron noticias falsas y sesgadas sobre la cantidad de personas que marcharon. Esos panfletos publicaron que la convocatoria fue “fallida”, pero la realidad desmintió la falsa narrativa gubernamental. Foto/Francisco Otero
Una mujer se viste de oscuro para simbolizar la situación del país por la violación de los derechos laborales y sindicales. En su camiseta se deja ver un estampado de Febe Elizabeth Velásquez, una figura de la memoria del sindicalismo salvadoreño que fue asesinada el 31 de octubre de 1989, junto a otras nueve personas, en un ataque con dinamita en la cafetería de la Federación Nacional Sindical de Trabajadores Salvadoreños (FENASTRAS). Foto/Francisco Otero.
La secretaria de organización del partido de oposición Vamos, Wendy Alfaro, sostiene un cartel en el que exige la eliminación de la corrupción dentro de las instituciones del Estado dirigidas por los funcionarios de Nayib Bukele. Foto/Francisco Otero.
Silverio Morales, líder de la Organización Indígena Nahuat-Pipil (OIPAN), también se unió a la marcha para exigir salarios y empleos digno para las personas que pertenecen a los pueblos originarios. Foto/Francisco Otero.
Una mujer que pertenece al Foro Nacional de la Salud marchó para apoyar a los cinco ambientalistas de ADES y de la comunidad Santa Marta que están siendo procesados judicialmente por supuestamente haber cometido un crimen de guerra. Los cinco ambientales procesados son parte de los líderes comunitarios que lucharon para expulsar a la minera Pacific Rim de Cabañas y acompañaron la lucha para aprobar la ley que prohíbe la minería metálica en El Salvador. Foto/Francisco Otero.
Estudiantes de la FES demandan, con una pancarta cómica, educación superior pública y sin intervención del gobierno de turno para que se respete su autonomía. Foto/Francisco Otero.
Una persona recorre en su bicicleta la marcha del 1 de mayo y además sostiene una bandera de Palestina en forma de solidaridad con ese pueblo, que atraviesa una guerra contra el Estado de Israel. Foto/Francisco Otero.
Una mujer de la organización Resistencia Feminista asistió a la marcha del 1 de mayo para manifestarse en contra del acoso laboral en los centros de trabajo y la desigualdad en la brecha salarial. Foto/Francisco Otero.
A la marcha también asistieron madres de personas detenidas injustamente durante el régimen de excepción. Una de ellas es la madre de Yaneth Munguia, quien tiene casi dos años de estar en prisión. Foto/Francisco Otero.
José Ruíz asistió junto a su hijo a la marcha del 1 de mayo para unirse a la exigencia de que las autoridades liberen a las personas que han sido capturadas injustamente en el régimen de excepción. Foto/Francisco Otero.
Eneyda Abarca, madre de Carlos Abarca, también se sumó a la marcha para denunciar que la Fiscalía y el Ministerio de Justicia siguen ignorándola, a pesar de que ella misma recopiló información que puede servir para esclarecer la desaparición de su hijo Carlos Abarca en enero de 2022. Foto/Francisco Otero.
Un trabajador miembro de la FUSS sostiene un cartel para exigir que en las instituciones de trabajo se pueda realizar una actividad sindical libre, sin temor a represalias. Foto/Francisco Otero.
Una vendedora informal desalojada de la calle Rubén Darío, en el centro de San Salvador, observa con detenimiento, desde una ventana del mercado Hula Hula, el paso de la marcha de los trabajadores. Opina, con timidez, que es “positivo” que las personas exijan sus derechos. Foto/Francisco Otero.
Un estudiante de la Universidad de El Salvador utilizó su espalda como lienzo para escribir una solicitud al Gobierno de Bukele: Que pague la deuda de más de 52 millones de dólares a la única universidad pública del país. Foto/Francisco Otero.
Héctor Morales manifiesta que las personas con alguna discapacidad tienen muchas limitantes para conseguir empleo, a pesar de que pueden hacer un aporte a las empresas. Pide que también se les tome en cuenta para desempeñar diferentes cargos. Foto/Francisco Otero.
Al finalizar la marcha, los manifestantes se aglutinaron en la Plaza Gerardo Barrios. Frente a una tarima escucharon las nuevas demandas para la consecución de sus derechos, como el acceso a un salario digno. Foto/Francisco Otero.