Dos nuevas denuncias fueron presentadas el 4 de abril en el juzgado ambiental de Santa Ana por tala de árboles en Juayúa, Sonsonate. Una de esas talas, según los denunciantes, cuenta con los permisos de las autoridades. GatoEncerrado tuvo acceso a las denuncias y platicó con los denunciantes.
Por Marvin Díaz
Habitantes de Juayúa, en Sonsonate, denunciaron ante el Juzgado Ambiental de occidente nuevos casos de “tala indiscriminada y despiadada”. De acuerdo con dos denuncias, a las que tuvo acceso GatoEncerrado, la deforestación ocurre en la microcuenca del río Las Caleras y en los bosques de Joya Helada, que forman parte de la biosfera de Apaneca-Ilamatepec. Esa zona fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2007.
Una de las denuncias detalla que en Joya Helada hay un área deforestada de al menos 70,000 v₂ (setenta mil varas cuadras), específicamente en el cerro Cachío. Los pobladores dijeron, a GatoEncerrado, que la tala fue de pinos y cipreses, y que esos son árboles en amenaza de extinción. Además, responsabilizaron a la Cooperativa Las Lictorias de R.L., de estar detrás de la deforestación.
El presidente de esa cooperativa, Amilcar Pérez, explicó que tiene permisos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) para el “raleo de 400 árboles”. También aseguró que 800 cipreses serán sembrados en la época de invierno.
LEn una segunda denuncia, ambientalistas de Juayúa señalaron tres áreas deforestadas en la microcuenca del río Las Caleras: la primera es la zona verde de la colonia las Ilusiones, la segunda es el nacimiento del río Santa Lucia y la colonia la Esmeraldita. En esa zona, los pobladores señalaron a los agricultores de talar para “hacer un cambio de uso de suelo para el cultivo”.
Las demandas fueron presentadas el pasado 4 de abril ante la la jueza ambiental de Santa Ana, Norma Lemus de Milla. En ambas, los habitantes de Juayúa y representantes de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) piden a la juzgadora la inspección, deducción de responsabilidades y ordenar el resarcimiento en las zonas dañadas por las talas.
La deforestación en esas zonas amenazan las principales afluentes y nacimientos de la comunidad El Centenario y otros caseríos cercanos, según dijeron los habitantes a esta revista. Asimismo, señalaron que el caudal de las famosas cascadas de Los Chorros de la Calera ha disminuido considerablemente.
“Las aguas del nacimiento del Túnel ya se secó. Las aguas en la comunidad El Centenario y Masahuita es escasa”, expresó Luis Antonio Bernardino, habitante de Juayúa y ambientalista de la organización ProNatura.
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Complicidad del MAG y MARN
Ambientalistas de Juayúa y de UNES dijeron que el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) y el MAG son cómplices, cuando “se lavan las manos al decir que no son culpables” de las talas.
Salvador Recinos, de UNES, criticó la Ley Forestal por “tener vacíos” que permiten la deforestación en propiedades privadas. La Ley Forestal en su art. 16 mandata al MAG que “las plantaciones forestales en propiedades privadas no requieren autorización alguna para su mantenimiento, raleo, o aprovechamiento final. El transporte, comercialización e industrialización de productos y subproductos provenientes de dichas plantaciones, estará sujeto a lo dispuesto en la presente ley”.
Recinos advirtió que es necesaria una reforma al articulado de la Ley Forestal.
“Exigimos al gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén que ya no siga engavetando la propuesta de la reforma de ley, que tiene desde el 2014 en el MAG. Pedimos que se traslade esas reforma al seno de la Asamblea Legislativa”, mencionó Recinos.
Deforestación en Cerro El Aguila
GatoEncerrado público en febrero pasado la situación de deforestación en tres fincas del cerro El Águila. En ese caso, tanto el MARN como el MAG se desligaron de la responsabilidad, acusándose mutuamente de otorgar permisos.