Los defensores ambientales de Centroamérica enfrentan intimidación, persecución, amenazas de muerte, exilio y hasta son asesinados. Todo esto después de denunciar públicamente a empresas que contaminan y arrasan con los pocos recursos naturales que quedan en la región. Los Estados, que deberían garantizar su seguridad e impedir la depredación ambiental, otorgan permisos y concesiones a industrias mineras, hidroeléctricas y monocultivos para explotar comercialmente los bienes naturales. GatoEncerrado platicó brevemente con ambientalistas de la región, durante un encuentro que tuvieron en El Salvador para discutir la criminalización y persecución a la que se enfrentan. En el mapa puede ver los videos y breves testimonios de los defensores ambientales.
Por Marvin Díaz
Olman Umanzor se ha pasado la vida defendiendo la tierra, el agua, el bosque y la biodiversidad de León, en Nicaragua. En Centroamérica, según Umanzor, la denuncia pública y la resistencia es la única forma de al menos poner en evidencia a las mineras y empresas que contaminan y devoran los pocos recursos naturales que quedan. La resistencia en esta región, dice como obviedad, tienen consecuencias. Umanzor, según explicó a GatoEncerrado, ha pasado los últimos años amenazado, exiliado, perseguido y enjuiciado.
La minera Condor Gold, de origen británico, acusó a Umanzor por el delito de daño agravado, por informar a la población sobre las amenazas ambientales que provocaría el proyecto minero.
Umanzor, como suele suceder en los países de Centroamérica, no solo tuvo que enfrentar la persecución de la minera, sino también la criminalización del Estado. En la región, según la Alianza Centroamericana Frente a la Minería, los gobiernos tienen un historial de favorecer a las empresas que depredan los bienes naturales, les otorgan concesiones de exploración y explotación; mientras que a los ambientalistas los dejan sin protección y los procesan luego de allanamientos y capturas irregulares.
“En mayo de 2017, la empresa nos acusa en confabulación con el gobierno, a mí y a otros seis líderes del Movimiento Nacional Ambientalista Frente a la Minería Industrial, por el delito de daño agravado. Estuvimos en la silla de los acusados por defender al medio ambiente”, relató Umanzor a GatoEncerrado.
Los líderes ambientalistas, incluido Umanzor, fueron puestos en libertad tras la presión de las comunidades y los organismos de derechos humanos, quienes estuvieron pendientes del caso desde el primer momento. En agosto de 2017, la lucha por proteger el medio ambiente se tornó aún más difícil. Agentes policiales y militares, con el beneplácito de sus autoridades, permitieron que Condor Gold ingresara maquinaria al territorio para iniciar los trabajos mineros.
“En tres meses y medio hicimos resistencia con las comunidades para no permitir que ingresaran gasolina y aceite para las máquinas. En respuesta, Daniel Ortega (presidente de Nicaragua) nos mandó 250 antimotines”, detalló Umanzor.
Durante ese tiempo, Umanzor y su familia recibieron amenazas, intimidación, allanamientos y asedio por parte del jefe policial. Esto, según contó, lo obligó a exiliarse.
“Tuve que exiliarme por dos meses. Pero al retorno, el asedio fue constante, permanente. Llegaban de 3 a 4 patrullas policiales a mi casa de habitación a poner las bocinas (sirenas) por media hora o hasta 40 minutos, a manera de amenaza. Nuevamente me exilié por un plazo de 5 meses”, testificó Umanzor.
Umanzor también contó que lleva un mes de haber regresado a su país, Nicaragua. Las amenazas persisten en su contra y su familia. Agentes de la policía, según contó, lo amenazan con “arrancarle los testículos” si continúa con la lucha en defensa del medio ambiente.