La noche inició consolidando el mito de Brad Pitt como mejor actor de reparto por su brillante interpretación en la película de Quentin Tarantino, Once Upon a Time in Hollywood. Pero el equipo solo logró brillar en esa categoría y en Mejor diseño de producción, por su trabajo en recrear la ciudad de Los Ángeles en la década de los 70.
En cuanto al tema de la animación, tuve un sin sabor al ver que nuevamente Pixar obtuvo un premio por Toy Story 4 que, a comparación de sus contendientes, no estuvo a la altura artística y propuesta visual de otras cintas, como la española Klaus y I lost my body.
A partir de la premiación a Mejor guion original y adaptado, empezó a definirse el rumbo que estaba tomando la ceremonia de Los Oscars. Primero, el reconocimiento del trabajo de Parasite, que permite visibilizar situaciones sociales que en el cine clásico carecen de importancia y, segundo, por premiar propuestas poco tradicionales, como es el caso de JoJo Rabbit, que juega con una narrativa más arriesgada.