Walter Araujo se niega a desaparecer del mapa político salvadoreño. Fue diputado y presidente del partido Arena, presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y candidato del partido Gana por la alcaldía de San Salvador. Su faceta más nueva es la de influencer de redes sociales del partido Nuevas Ideas y del gobierno del presidente Nayib Bukele.
Bajo esta última es que convocó a una marcha de “cruces negras” frente a las instalaciones de la Asamblea Legislativa para exigir a los diputados que aprueben los $109 millones de un préstamo para financiar la tercera fase del Plan Control Territorial.
En sus redes sociales dijo que la expectativa era reunir a unas 9,000 personas, contratar unos 200 buses para movilizar a la multitud y levantarse en una insurrección. Pero la realidad fue otra: las personas reunidas este domingo 16 de febrero no superaron las 500, los buses estacionados en los alrededores de la Asamblea eran aproximadamente 20 y la marcha más parecía una concentración de simpatizantes del partido Nuevas Ideas.
A las 11:00 de la mañana, hora de la convocatoria, Walter Araujo se subió a la tarima, con las maneras de un candidato en plena campaña; tomó el micrófono y luego hizo un nuevo llamado a la insurrección. Al finalizar su discurso bajó el tono confrontativo y dijo que otorgaba un nuevo plazo de 15 días para que los diputados aprueben el préstamo. Después de 15 minutos de hablar, despidió a la gente y les recomendó ir a sus actividades religiosas del domingo.
La concentración terminó con una marcha al estilo fúnebre, amenizada por canciones como “Patria querida” de Alvaro Torres y “El sombrero azul”. Antes de finalizar oficialmente el mitin, el animador del evento y quien estaba a cargo de la música, pidió a la prensa internacional que no enfocaran esa concentración en el presidente Bukele: “prensa internacional, esto no es del presidente, es del pueblo. Señor Presidente, hágase a un lado y déjenos resolver. ¡El pueblo unido jamás será vencido!”, dijo.
Hace una semana, el domingo 9 de febrero, la Asamblea Legislativa estaba militarizada. Los accesos estaban cerrados y custodiados por militares y policías que esperaban contener a las más de 5 mil personas que se concentraron para recibir al presidente Nayib Bukele y que querían levantarse en una insurrección en contra de los diputados. Este domingo 16 de febrero, los policías y militares no tuvieron el protagonismo de la semana anterior, cuando invadieron las instalaciones de la Asamblea para entregarla a Bukele.