Breaking Bad fue un hito dentro de las series televisivas. Creó un universo sobre la tragedia de un hombre que busca poseerlo todo y que, al final, su realidad se desmorona. Anteriormente, era imposible pensar que un spin off podría superarse en calidad. Sin embargo, la historia del origen de nuestro abogado favorito “Saul Goodman” no tiene nada que envidiarle a su predecesora.
La trama es sobre los inicios de James McGill (aunque no lo crean, ese es el verdadero nombre de Saul) en el despiadado mundo de la abogacía, sus malas decisiones en los negocios, sus roces con una idea viciada sobre la justicia y la vertiginosa relación con su hermano Chuck. Desde un inicio, vemos cómo su director, Vince Gilligan, juega con los tiempos narrativos: flashforwards de la vida de Saul, luego de los acontecimientos con Walter White, su pasado antes de convertirse en abogado y su presente como James McGill, o simplemente Jimmy.