Gato cinéfilo

Better Call Saul: la grandilocuencia de un fracasado

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Alex Martínez

Fotógrafo y periodista independiente. Bloguero del sitio La habitación de las luces obscenas y colaborador en la revista Bulla.

Esta reseña contiene ligeras referencias a Breaking Bad. Para no afectar las sensibilidades de las personas que no han visto ninguna de las dos series, advierto que habrá algunos spoilers.

Breaking Bad fue un hito dentro de las series televisivas. Creó un universo sobre la tragedia de un hombre que busca poseerlo todo y que, al final, su realidad se desmorona. Anteriormente, era imposible pensar que un spin off podría superarse en calidad. Sin embargo, la historia del origen de nuestro abogado favorito “Saul Goodman” no tiene nada que envidiarle a su predecesora.

La trama es sobre los inicios de James McGill (aunque no lo crean, ese es el verdadero nombre de Saul) en el despiadado mundo de la abogacía, sus malas decisiones en los negocios, sus roces con una idea viciada sobre la justicia y la vertiginosa relación con su hermano Chuck. Desde un inicio, vemos cómo su director, Vince Gilligan, juega con los tiempos narrativos: flashforwards de la vida de Saul, luego de los acontecimientos con Walter White, su pasado antes de convertirse en abogado y su presente como James McGill, o simplemente Jimmy.

La serie nos encamina hacia una encrucijada. Los actos de Jimmy, por muy buenos que sean, terminan por dañar a terceros: a su novia, a su hermano y su carrera como abogado. A diferencia de Breaking Bad, en la que el protagonista Walter White fue seducido por el poder del mundo del crimen, Better Call Saul nos revela a un hombre que busca inconscientemente fracasar y no tener el éxito que los demás esperan, todo por los obstáculos que ve manifestados en la relación con su hermano, quien evita que Jimmy logre triunfar como abogado.

La calidad narrativa y visual mantiene la misma esencia de Breaking Bad, reúne a personajes grandilocuentes y viscerales, en situaciones irreverentes y dramáticas que permiten explorar la psiquis del protagonista. Durante el transcurso de las temporadas, vemos cómo Jimmy adopta gradualmente su Álter Ego como Saul Goodman, para dejar olvidado su pasado y su relación con la gente cercana. En paralelo, vemos a Mike y toda la gente relacionada con Gustavo, que llegan a ser una amenaza que a futuro tiene que afrontar Walter White.

El uso de los planos, los colores y los encuadres que utiliza el director como recurso estético en la serie tienen una meta narrativa. Los trajes extravagantes nos revelan las emociones de James Mcgill, sus incomodidades y las relaciones con sus coetáneos. Si bien son claras las referencias a Breaking Bad, Better Call Saul destaca por tener un universo propio y no necesita complacer cada diez minutos a los fans más acérrimos de la anterior creación de Vince Gilligan.

Sin duda alguna, Better Call Saul es una serie tan peculiar como su protagonista principal, plagada de una buena construcción narrativa y una fotografía que nos lleva a los inicios de la década del Siglo XXI. Los personajes están tan bien construidos que cada uno tiene un pasado y convicciones para satisfacer su egoísmo. A la fecha, hay 5 temporadas y en cada una descubrimos cómo un hombre se corrompe con tal de realizar sus deseos.

*Fotos de la película

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Alex Martínez

Fotógrafo y periodista independiente. Bloguero del sitio La habitación de las luces obscenas y colaborador en la revista Bulla.

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