Plástico es marketing y comodidad
En el webinario, los especialistas también analizaron los motivos que llevan a la población actualmente a consumir grandes cantidades de plástico, y más grave aún en medio de una emergencia por un virus que logra vivir hasta tres días en el plástico.
Entre los motivos analizados del uso de plástico están los patrones de comodidad, moda y una supuesta higiene.
“Son símbolos modernos del desarrollo, y esto nos lo han hecho creer campañas de publicidad durante años, y pensamos que es un resultado de la globalización, lo moderno y es limpio”, explica Ingrid Hausinger.
La ambientalista agregó que la población se ha visto expuesta por años a mensajes y millonarias campañas de comunicación de multinacionales de la industria del plástico, que responsabilizan a los consumidores por no saber gestionar los residuos y el uso del plástico.
Douglas Montalvo, de la organización “Let´s Do It” radicada en El Salvador, dijo que las telas sintéticas son otros productos derivados de los petroquímicos, y que, de igual forma, son de un solo uso por modas, generando residuos contaminantes.
“La moda rápida nos va creando patrones individuales de consumo que se convierten en patrones colectivos. Cada vez compramos más ropa, la vamos cambiando, la vamos desechando”, afirmó Montalvo.
El Atlas del plástico también menciona que vestimos plástico. El poliéster y otras fibras sintéticas se fabrican a partir del petróleo o del gas natural. La fabricación de una camisa de poliéster puede emitir entre 3.8 Y 7.1 kilogramos de CO2.
Miguel Rivas, de Green Peace México, dijo que “el envase es una herramienta de marketing, es atractivo a la vista” y agregó que una sociedad con conciencia sobre el uso del plástico, puede ser parte de la solución, modificando patrones de uso como bolsas de tela o mochilas.
¿Qué hacer con tanto plástico?
Durante el webinario, los especialistas coincidieron en que el reciclaje no es la única y mejor solución para el manejo de grandes cantidades de desechos sólidos. De hecho, el reciclaje lo calificaron como “la segunda opción”.
“Reciclar es bueno, pero es solo la segunda mejor opción para este problema. De los 438 millones de toneladas de plástico que se producen anualmente, un tercio llega a nuestros ecosistemas, no desaparece cuando se recicla”, explicó Ingrid Hausinger.
El representante de Green Peace México también dijo que la solución debe ser integral, conformada por consumidores, la gran industria del plástico y los gobiernos. Aunque la industria petrolera consigue leyes o funcionarios que le favorecen, eso debe cambiar para no solo prohibir el plástico, sino dejar de producirlo.
Rivas explicó que en México, Green Peace se ha dado a la tarea de cabildear con gobernadores locales y mostrarles la realidad de las afectaciones en cifras.
“Lo que hemos hecho es generar núcleos de participación ciudadana en los diferentes Estados de México. Hemos dicho que vamos a comenzar con pequeñas batallas que podamos ganar como ciudadanos. Vamos a pequeños municipios o Estados, conversamos con legisladores y les planteamos el problema”, relató Rivas.
Para iniciar una tarea similar en El Salvador, Rivas recomendó presentar datos y cifras locales para que los tomadores de decisión impulsen políticas a partir de las afectaciones de la población que los ha elegido. “No necesariamente tiene que ver con pérdida de empleos o daños en la economía, porque lo que hay que hacer es repensar el modelo económico para ofrecer alternativas”, subrayó.
RIvas explicó que países como China, México, Argentina y Costa Rica, han comenzado a legislar en contra del plástico de un solo uso. En 2018, China prohibió la importación de residuos plásticos. En la actualidad también hay otros países que se niegan a ser el basurero del mundo, y están enviando de regreso los deshechos. Los cuatro grandes exportadores son Estados Unidos, Japón, Alemania y el Reino Unido.
En el caso de El Salvador, a inicios de este año, y en el marco de la crisis hídrica que dejó sin agua al área metropolitana de San Salvador, el Gobierno decidió abastecer a la población con agua embotellada. Posteriormente, Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), Fernando López, lanzó el “Reto Recicla”, una iniciativa que buscaba recuperar tres millones de botellas plásticas por medio del reciclaje, pagando $0.5 centavos por botella.
Hausinger aseveró que lamenta la poca comprensión que tiene el Gobierno sobre el reciclaje, ya que no resuelve el problema.
“Para mí fue un poco decepcionante de parte del MARN, e incluso de Nayib Bukele, cuando decía que se entregaron tantas botellas de plástico y se recogieron tantas y que la balanza queda igual. La balanza no queda igual, desde la energía que se utilizó para producirlas, las que no se van a lograr recoger, pero al final siempre van a terminar en el mar. Es un enfoque muy reduccionista que no trata de ver todos los efectos que se tienen en los ecosistemas y en la salud humana”, dijo Hausinger.