La protesta silenciosa de los pobres que enfrentan con hambre la pandemia

Blanca, Erick, Margarita y otros habitantes de la urbanización Cimas de San Bartolo I y la comunidad La Esperanza, en Ilopango, tienen una cosa en común: hambre. Por eso protestan con camisetas o trapos blancos, que hacen las veces de banderas colocadas en las ventanas de sus viviendas, como protesta pacífica y silenciosa. Desde el 21 de marzo, cuando el Gobierno impuso la cuarentena domiciliaria bajo la justificación de que evitará la propagación del COVID-19 en El Salvador, los habitantes de ese municipio, conformados por familias de bajos ingresos, resienten la falta de dinero y de trabajo. La medida los hizo más vulnerables de lo que ya eran. La falta de planificación en las medidas implementadas por el Gobierno los ha impactado más que la pandemia. Ellos no suenan cacerolas o pitos en vehículos, ni siquiera tienen uno, pero también protestan. Especialistas del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi) plantean que la crisis económica que dejará la emergencia sanitaria aumentará la pobreza entre 1.7 y 4 puntos porcentuales en el país. Esto, según los economistas, impactará más a las mujeres que a los hombres.

La mujeres de la comunidad La Esperanza, en Ilopango, están en una situación desesperante. No tienen comida para sus hijos y su única esperanza es que el Gobierno cumpla su promesa de llevar bolsas solidarias. Dicen que hasta el momento no se ha acercado ni la alcaldía del municipio. Foto/Emerson Flores.

Margarita Ruano vende antojitos típicos en la urbanización Cimas de San Bartolo, trabaja con préstamos que debe a bancos y no ha podido pagar sus cuentas desde marzo. Los materiales para la venta ha tenido que venderlos poco a poco hasta quedarse sin recursos. “El hecho de que vivamos en una urbanización no quiere decir que no hay necesidad”, mencionó. Foto/Emerson Flores

Érick Vásquez dice que la falta de trabajos lo afecta y a su esposa también. Desde que comenzó la cuarentena han dejado de trabajar y la empresa para la que trabajan no puede pagarles su salario completo. Foto/Emerson Flores

Antonio Santos de 74 años es el encargado de cuidar a una persona con discapacidad mental. Hace trabajos de albañilería, pero en este momento solo cuenta con el apoyo de la iglesia a la que asiste. Foto/Emerson Flores

Blanca Avelar dice que ha puesto una bandera blanca para que el Gobierno le ayude. “Hoy era mi día para salir a comprar por el número de DUI, pero para que iba a salir si no tengo con qué comprar”, expresó. Foto/Emerson Flores

Tomás Ascensio es jubilado y tiene discapacidad en una de sus piernas. Utiliza bastón para caminar y este jueves,14 de mayo, tuvo que recorrer una hora, a pie, para ir al banco. Sin transporte público, salir le ha costado mucho más de lo cotidiano. Foto/Emerson Flores

Habitantes de la urbanización Cimas de San Bartolo I han colgado banderas blancas afuera de sus casas, en señal de falta de alimentos. Piden la ayuda del Gobierno y de la alcaldía, para poder enfrentar la cuarentena. Foto/Emerson Flores

Nelson Navarrete ha dejado de trabajar, porque los proyectos se han suspendido y teme quedarse sin trabajo cuando se levante la cuarentena. Foto/Emerson Flores

Habitantes de la comunidad La Esperanza de Ilopango se han organizado para solicitar ayuda en la carretera de Oro. Aproximadamente, 150 familias viven en la zona y piden el apoyo por parte del Gobierno, debido a la falta de alimentos. Dicen que la alcaldía tampoco se ha acercado con víveres. Foto/Emerson Flores

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