
San Salvador, 1985. Comunicador social, periodista y escritor. Su interés actual se centra en la investigación social. Participó en talleres de literatura impartidos por Silvia Elena Regalado, Susana Reyes y Santiago Roncagliolo. Algunos de sus textos aparecen en Tierra breve: antología centroamericana de minificción, en El territorio del ciprés y en la Revista Cultura n°125. Coautor de La soledad de los errantes.
Todo lo relacionado a emisión de gases, quema agrícola, carbono, leyes ambientales, ordenamiento territorial, pesticidas, granjas marinas y familiares… y todo lo enlistado en las propuestas no es nada más que eso a la fecha: una lista de propuestas.
Por Óscar González*
Ha pasado casi un año desde que el presidente de la República, Nayib Bukele, ofreció su discurso ante la ONU. En este, realizado el 26 de septiembre de 2019, se centró en hablar de los avances comunicacionales y recursos tecnológicos, y el tema del cambio climático se quedó en una simple mención de una lista de problemas. Era momento de profundizar sobre el fenómeno y las acciones que se deben tomar globalmente. Desaprovechó el espacio.
Este hecho, junto a otros elementos, indica que el cambio climático no es un aspecto urgente a tratar en la actual gestión.
En el Plan Cuscatlán, la administración de Bukele se comprometió a reorientar “el marco actual sobre cambio climático” y corregir su “ineficacia”, con el fin de ir “hacia la acción climática idónea y efectiva en El Salvador”. Se cumplió el primer año de Gobierno y no hay una reorientación ni correcciones sustanciales. Es decir, el calificativo de “ineficaz” se ajusta, a la perfección, para evaluar al actual Gobierno en materia ambiental y, particularmente, con respecto a sus acciones para hacer frente al cambio climático.
De las propuestas que aparecen en el Plan Cuscatlán no hay ninguna en la que se hayan visto avances ni siquiera una preocupación real por parte del presidente de la República por hacer algo al respecto. De los puntos mencionados en las propuestas, de los pocos aspectos que se han mencionado en la gestión Bukele, es el de un proyecto de reforestación; sin embargo, tras la “orden” en Twitter en enero, no se supo nada más.
Todo lo relacionado a emisión de gases, quema agrícola, carbono, leyes ambientales, ordenamiento territorial, pesticidas, granjas marinas y familiares… y todo lo enlistado en las propuestas no es nada más que eso a la fecha: una lista de propuestas.
La actual administración podría argumentar que apenas lleva un poco más de un año en el Ejecutivo y que todavía le quedan cuatro, que la pandemia configuró el contexto y los planes de Gobierno, que se le está obstruyendo políticamente, etc.
El cambio climático genera incremento en la temperatura media mundial, cambios en los patrones de precipitación, y cambios en la frecuencia y severidad de eventos climáticos. El fenómeno tiene repercusiones serias, sobre todo, para las personas que se encuentran en circunstancias de mayor vulnerabilidad a los efectos del mismo.
Cuando se habla de adaptación a este y a generar respuestas a sus efectos, esta debe ser desarrollada con base en las necesidades y condiciones de los sectores más desfavorecidos; asimismo, debe fundamentarse en la sustentabilidad, principalmente tomando en cuenta su esfera ambiental.
Esperemos, en fin, que con el tiempo el cambio climático cobre mayor relevancia en la agenda del Ejecutivo para los próximos años y que, al menos, parte de la lista de propuestas se cumplan, como la referente a carbono cero. Se reconoce, indudablemente, que la responsabilidad no recae solo en quienes están a cargo de la administración pública, pero esto tampoco los exime de no tomar acciones y dar resultados concretos.
San Salvador, 1985. Comunicador social, periodista y escritor. Su interés actual se centra en la investigación social. Participó en talleres de literatura impartidos por Silvia Elena Regalado, Susana Reyes y Santiago Roncagliolo. Algunos de sus textos aparecen en Tierra breve: antología centroamericana de minificción, en El territorio del ciprés y en la Revista Cultura n°125. Coautor de La soledad de los errantes.