El presidente Nayib Bukele ha mostrado satisfacción por las proyecciones de crecimiento económico hechas por el Banco Central de Reserva y organismos internacionales que estiman un aumento de PIB entre 3.9 % y 4.9 %; sin embargo, subestima que la economía caerá hasta 9 %. El mandatario tampoco menciona que la proyección de crecimiento no alcanzará a cubrir el nivel de producción que tenía el país en 2019 y que, según el FMI, la economía se recuperará hasta en 2023.
El Banco Central de Reserva (BCR) y organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) estiman que la economía de El Salvador crecerá entre un 3.9 % y 4.9 % en 2021, tras un desplome de hasta 9 % que tendrá en 2020, debido al impacto de la pandemia por COVID-19.
El presidente Nayib Bukele retomó las proyecciones de crecimiento económico para celebrar y reprochar las críticas que hace la oposición, respecto a que el Gobierno entregó a la Asamblea Legislativa un Presupuesto General de la Nación 2021 con un crecimiento inflado e ingresos sobreestimados.
“Nosotros estimamos el crecimiento del PIB real en un 3.9% para el otro año, y la oposición empezó a decir ‘eso es irreal, que eso es imposible, lo más que vamos a crecer es 1 %, no es cierto, están mintiendo, lo que quieren es inflar el presupuesto’ (…) Pues, resulta que nuestro 3.9 se quedó corto, porque según el FMI vamos a crecer el 4 %”, celebró Bukele en una conferencia de prensa del pasado 16 de octubre en Casa Presidencial.
Al día siguiente, el presidente publicó un tuit en el que compartía las proyecciones del Banco Mundial que estima un crecimiento en un 4.9% con la frase: “Nuestro presupuesto 2021 pronostica un crecimiento del PIB del 3.9%. La oposición nos criticó, diciendo que era un crecimiento “imposible de cumplir”. Luego, el FMI pronosticó un crecimiento del 4 %. Hoy, el Banco Mundial pronostica que nuestro país crecerá 4.9% . ¡A crecer!”.
Si bien el presidente cita las cifras de proyecciones de crecimiento de organismos internacionales que legitiman las estimaciones del Gobierno, omite explicar otros datos que conforman parte del análisis. Esto hace que la afirmación sea Fuera de contexto, una de las seis categorías bajo las que Ojo de Gato verifica el discurso público del Órgano Ejecutivo.
Lo que el presidente Bukele no mencionó en la conferencia y en sus redes sociales, es que el BCR y los organismos internacionales financieros también estiman que al cierre de 2020 la economía caerá entre 7.5 % y 9 %, respecto al Producto Interno Bruto (PIB) de 2019, siendo El Salvador el país centroamericano con el mayor desplome de su economía, seguido por Nicaragua.
“Es como que usted cae nueve pisos subterráneos y luego sube cuatro pisos: queda siempre en el subterráneo”, explicó el analista y asesor legislativo de Arena, Rafael Lemus.
Carmen Aída Lazo, economista y decana de la Escuela Superior de Economía y Negocios (ESEN) dijo que el crecimiento de un 4 % que se proyecta ni siquiera alcanzará a cubrir los niveles de producción que logró el país en 2019.
“Esta cifra implica que el PIB con el que vamos a cerrar la economía de este año, solamente va a crecer un 4 % y (el próximo año) va a terminar con un nivel de producción que es inferior al de diciembre de 2019. Significa que si los ingresos cayeron un 9 % en este año, solo se recuperaron parcialmente”, explicó Lazo.
Las tasas de crecimiento económico se calculan sobre la proyección del Producto Interno Bruto, que son todos los bienes y servicios que produce el país en un año. Según datos del BCR y del Ministerio de Hacienda, el PIB de El Salvador en 2019 sobrepasó los $27,000 millones de dólares, mientras que para 2020 se previó que fuera de $25,259 millones, tras el impacto de la COVID-19. En tanto, para 2021 se proyectan $26,467 millones.
“Significa que vamos a mejorar el nivel de riqueza producida con respecto a este año —porque este año cae— pero se mejora el próximo año; sin embargo, no alcanzamos todavía el nivel de riqueza que se produjo en 2019”, planteó Rommel Rodríguez, economista de Funde.
El Salvador no empezará un despliegue económico como espera el Gobierno, sino que iniciará un proceso de recuperación lento. En términos simples, en 2021 la economía seguirá siendo más pequeña que en 2019 por el impacto de la crisis.
En medio de este contexto, el Gobierno presentó su Proyecto de Presupuesto General de la Nación de 2021 por un total de $7,453.5 millones, el más ambicioso de la historia del país, y con el que prevé gastar $1,000 millones más de lo proyectado para este año.
Ricardo Castaneda, economista sénior del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (Icefi), sostuvo que el Gobierno diseñó un presupuesto con escenario de recuperación económica “optimista”, pese a que la crisis económica es la mayor en la historia desde 1980 y 1981, cuando estalló la Guerra Civil.
En su primer análisis del Proyecto de Ley del Presupuesto para 2021, Icefi reconoce las proyecciones positivas del FMI y del Banco Mundial por “efecto rebote”, pero advierte que “es importante mostrar que para 2020, las mismas entidades plantean que la caída va a ser más grande” de lo que espera el Gobierno.
El efecto real se ve en el PIB nominal; es decir, el total de la producción nacional en términos monetarios: según el Fondo Monetario, la economía salvadoreña será de $26,224 millones en 2021, esto es $243 millones menos de lo previsto por el Banco Central de Reserva.
GatoEncerrado también expuso estos datos al ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, quien desestimó el análisis hecho por esta revista citando a organismos internacionales y el proyecto del presupuesto, el pasado 19 de octubre.
“No tiene nada que ver. O sea, sí está relacionado pues, pero estamos hablando del crecimiento 2021, y quieren relacionar el 2020 solo porque el 2020 es más pesimista que el de 2021 (…) De acuerdo a su argumento, el Fondo Monetario está equivocado, el Banco Mundial está equivocado, el Banco Central, que es más conservador está equivocado. Pero yo escojo creerle a ellos”, respondió.
Elaborar un presupuesto con un pronóstico optimista en medio de la crisis, implica el riesgo de sobreestimar cuánto dinero recibirá el país, y por ende, cuánto puede gastarse. De hecho, para lograr sus objetivos, el Gobierno pide aprobar nueva deuda por $1,342.5 millones, pues los ingresos de $5,878 millones son insuficientes para cubrir todos los gastos del Estado.
Aunque el presidente Bukele, el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, y el presidente del Banco Central de Reserva, Douglas Rodríguez, defienden que no han inflando las cifras de proyección de ingresos para el próximo año, los analistas económicos lo ponen en duda.
Icefi señaló que de los $5,878 millones de ingresos que el Gobierno cree que recibirá en 2021, un 90.4 % provienen de impuestos, pero advirtió que hay una sobreestimación en la recaudación de IVA e Impuesto Sobre la Renta (ISR) por alrededor de los $625 millones dólares; es decir, un 2.4 % del PIB.
El ministro de Hacienda ha alegado que los ingresos crecerán gracias al combate de evasión fiscal, mientras que el presidente del BCR dijo en la comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa que esperan que las remesas continúen creciendo y que las empresas privadas retomen sus proyectos pendientes.
La Fundación Nacional para el Desarrollo (Funde) también sostuvo que hay que tener en cuenta que el nivel de la deuda del país podría alcanzar el 88.5 % del PIB y más del 93 % contando la deuda de pensiones, lo cual podría afectar el crecimiento económico.
El crecimiento de la economía también depende de otras variables como mejorar el clima de inversión y de la generación de empleos.
El Presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), Óscar Cabera, dijo que se requiere un acuerdo nacional para definir políticas en consenso para mejorar el poder adquisitivo de los hogares, pues el consumo representa el 86 % del PIB, pero si continúa la polarización entre el Ejecutivo y el Legislativo, va a ser difícil que el país crezca de manera sostenida.
El conflicto entre poderes, protagonizado principalmente por el presidente Bukele, es parte de lo que agudiza esa polarización. Uno de los casos que mejor ilustra esto es el ocurrido el 9 de febrero, cuando el mandatario ingresó al Salón Azul de la Asamblea Legislativa rodeado de militares y usurpó la silla presidencial del Órgano Legislativo.
Por el lado del gasto, “este presupuesto más que ambicioso es mentiroso, porque las mismas proyecciones del Ministerio de Hacienda te están diciendo que está sobreestimado. Lo que va a pasar es que, si son ciertas las asignaciones presupuestarias, cuando se ejecute se le van a tener que ir recortando las asignaciones a estas líneas que ahora vemos bonitas”, cuestionó José Luis Magaña, coordinador de investigación e incidencia de Panorama Económico.
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El Producto Interno Bruto (PIB) es el conjunto de los bienes y servicios producidos en un país durante un espacio de tiempo, generalmente un año.
Óscar Cabrera, economista y Presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN) describe PIB como el gasto que desarrollan los hogares, la inversión que desarrollan las empresas y el sector público, menos el saldo comercial, importaciones y exportaciones.
“También se puede (describir) como el valor de la producción de bienes y servicios de la economía en un año en particular y también se refiere a cómo lo producido en un año se distribuye entre los asalariados, entre las empresas. El PIB mide la producción, gastos o cómo se distribuyen los ingresos de un país”.