Seis meses y tres tormentas después Bukele aún no ha construido las casas para la comunidad Nuevo Israel

Cuando la tormenta Amanda destruyó parte de la comunidad Nuevo Israel, el presidente Nayib Bukele se comprometió con la comunidad a comenzar la construcción de nuevas casas en 15 días. La tormenta pasó, otros tres huracanes que se degradaron a tormentas tropicales también pasaron y luego de seis meses la construcción de las casas aún no ha iniciado. De hecho, ni siquiera hay consenso con los habitantes del lugar donde podrían ser construidas. Hasta la fecha, los habitantes de la comunidad siguen sin tener claridad de cómo y cuándo se cumplirá la promesa del presidente. Pero eso sí, algunos de los habitantes aún tienen esperanza de que el gobierno les cumpla.

Ficha de verificación

Autor

Nayib Bukele

Frase

“Las casas se comenzaran a construir nomás termine la tempestad (tormenta Amanda), sabemos que las lluvias terminarán probablemente, y de acuerdo al servicio meteorológico, el martes. Pero sabemos que las emergencias duran más, porque hay que albergar gente, llevar medicamentos (..), y eso puede tardar 15 días más o menos”.

Vía

Conferencia de prensa en la comunidad Nuevo Israel.

Fecha

1 de junio de 2020

Categoría

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Por Carmen Valeria Escobar

La tormenta tropical Amanda, que cayó sobre El Salvador en los últimos dos días de mayo, dejó 14 personas fallecidas, unos 4,000 evacuados y 50 viviendas destruidas, según el reporte oficial de las autoridades del Sistema de Protección Civil. Entre esas viviendas estaban las que colapsaron en la comunidad Nuevo Israel, en San Salvador, donde el presidente de la República, Nayib Bukele, llegó para prometer que en 15 días después de la tormenta iba a apoyar a las personas damnificadas con la construcción de nuevas casas valoradas en $10,000. 

Bajo la lluvia, la noche de ese 1 de junio, Bukele se presentó en las afueras de la comunidad, con un podio, reflectores, cámaras, equipo de seguridad y algunos de los funcionarios del Sistema de Protección Civil. Desde ese lugar y en conferencia de prensa, aseguró que para construir esas nuevas casas no tenía que preocuparse por los fondos, porque si era necesario tomaría de su salario, de sus ministros y hasta de los diputados y de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). 

“Las casas se comenzaran a construir nomás termine la tempestad (tormenta Amanda), sabemos que las lluvias terminarán probablemente, y de acuerdo al servicio meteorológico, el martes. Pero sabemos que las emergencias duran más, porque hay que albergar gente, llevar medicamentos […], y eso puede tardar 15 días más o menos”, dijo esa noche, en medio de vitoreos de los habitantes de la comunidad.

Bukele agregó que el Ministerio de Obras Públicas (MOP) sería la entidad encargada de construir las nuevas viviendas en coordinación con el Ministerio de Vivienda. Aseguró que el dinero alcanzaría “para construir la cantidad necesaria de casas”. También dijo que su gobierno iniciaría las obras de mitigación en la quebrada que rodea la comunidad para evitar futuros riesgos.

Cinco meses después, OjoDeGato —la sección de verificación del discurso público de GatoEncerrado—, investigó si esas casas ya fueron construidas, o si al menos ya se inició la construcción, y encontró que nada de lo prometido se ha convertido en realidad. De hecho, constató que aunque hay intenciones del Gobierno de construir las viviendas, no será para todos, sino solo para los que perdieron la totalidad de sus casas . También encontró que aún hay detalles que no están debidamente acordados con los beneficiarios, como el lugar definitivo donde serán construidas, ya que la zona donde la comunidad está asentada es de alto riesgo y es imposible garantizar seguridad. La mayoría de los habitantes todavía no están satisfechos con las zonas ofrecidas para la construcción. Los miembros de la comunidad tampoco tienen claro cómo van a acceder a esas casas y si el Gobierno se las va a donar o si tienen que pagar. 

Por esa falta de claridad y porque las casas no iniciaron a construirse 15 días después de la tormenta, la promesa que hizo Bukele encaja en la definición de Engañosa, que es una de las categorías bajo las que OjoDeGato hace verificaciones del discurso público del Ejecutivo. 

 

Habitante de la comunidad señala el límite donde llegaba el agua. A pesar de haber clasificado esta casa como de alto riesgo por su cercanía directa con la quebrada, el Ministerio de Vivienda no se ha comprometido en darle una casa a su nueva dueña porque no se vio destruida de manera completa durante la Tormenta Amanda. La casa está inhabitada por el miedo de sus dueños a que se vuelva a inundar. Foto/Carmen Valeria Escobar

El detrás de cámaras de una promesa engañosa

Es 16 de noviembre y Nora Rivera, por experiencia, se prepara para una tragedia, después de enterarse que hay probabilidad de una nueva tormenta, similar a la de mayo. Es el final de la tarde y la lluvia, que amenaza desde la mañana, cae de a poco y da la impresión de que ya es noche. Afuera de su vivienda, el viento sopla fuerte; tan fuerte, que para caminar hay que sostenerse de un árbol o poste del tendido eléctrico. Adentro, el viento también se siente cuando mueve, agresivamente, las láminas con las que está construida su casa. Nora, por supuesto, no es la única en situación de vulnerabilidad en la comunidad Nuevo Israel, donde varias casas colapsaron y fueron arrastradas por la tormenta tropical Amanda.

Nora tiene 69 años y ha vivido la mayor parte de su vida en la comunidad Nuevo Israel, con relativa calma durante los inviernos, al lado de sus hijos y nietos. Fue hasta mayo de este año cuando la crisis climática se hizo más evidente en la zona: la tormenta Amanda desbordó la quebrada Arenal de Monserrat, inundó la comunidad y colapsó casas enteras. El momento, captado en video por un ciudadano, cuando dos de esas casas fueron arrastradas por la quebrada se hizo viral en redes sociales.

Ahora, que es noviembre y que las noticieros anuncian una nueva temporada de huracanes, Nora tiene temor de que la quebrada vuelva a desbordarse y esta vez sea su casa la que se lleve la quebrada. Hace cinco meses, Nora tuvo esperanza en medio de la tragedia, cuando el presidente Bukele prometió la construcción de casas para los damnificados por la tormenta Amanda. Pero desde el 1 de junio, cuando el presidente llegó a las afueras de la comunidad, ella no ha tenido nuevas noticias sobre las casas prometidas. Así que, por ahora, solo le queda esperar que el invierno no arrastre su casa por la quebrada.   

La casa de Nora, construida principalmente de lámina, resiste a la Tormenta Iota. Foto/Carmen Valeria Escobar

Antes del discurso de Bukele, el Ministro de Gobernación y candidato a alcalde de San Salvador, Mario Durán, dio cuentas al presidente sobre la situación de la comunidad. Como un cabo respondiendo a su sargento relató: “1,500 familias afectadas, 50 casas perdidas en su totalidad, 200 casas inundadas” en el país. 

En el caso de la Nuevo Israel, la oficina de Acceso a la Información del Ministerio de Vivienda confirmó a GatoEncerrado que tiene censadas a un total de 110 familias y 349 personas. Una fuente del Ministerio de Vivienda, quien trabaja en el proyecto de reubicación de la comunidad y que aceptó a hablar con esta revista bajo anonimato, detalló que la distribución de casas para los damnificados será así: 16 para los habitantes del pasaje Quiroa I, 8 casas para los habitantes del pasaje Quiroa II, 12 casas para los habitantes del pasaje 10 de octubre, 4 casas para los habitantes del pasaje San Antonio y 10 casas para los habitantes de los pasajes Unión, Linares y Victoria. 

Confiar en el presidente seis meses después

Aurelio, otro habitante de la comunidad Nuevo Israel, tenía un mes de haber enterrado a su esposa cuando la tormenta Amanda cayó y destruyó completamente la casa que había sido el hogar de su familia. Con su hija y su nieta lograron huir cuando el agua ya les llegaba a las rodillas. En cuestión de segundos, corrieron para salvarse y desde la gradas del pasaje observaron cómo el agua se llevó sus cosas, algunos de sus perros y finalmente su casa entera. Cinco meses después, Aurelio platicó con GatoEncerrado en el Instituto Nacional Técnico Industrial (INTI), donde se encuentra albergado. La casa que el presidente prometió que iba a ser construida 15 días después de la tormenta aún no existe, así que lo más probable es que pase navidad y año nuevo en el albergue.

“Cuando vimos que el agua subía y subía, nos fuimos, con mis tres perritos que aún nos quedaban, a la Casa de la Cultura. Pero como estaba muy llena, nos trasladamos al INTI y desde esa fecha he estado acá”, rememoró Aurelio, para quien las aulas del INTI y un camarote son su hogar temporal.

A pesar de que las casas todavía no existen, Aurelio aseguró que aún tiene esperanza en la promesa de Bukele y señaló que todo es culpa de los diputados de la Asamblea Legislativa, quienes se han dedicado a estorbar al presidente.

“Nos tiene acá (en el INTI), pero esto no es seguro porque en enero van a comenzar las clases. Pero si yo supiera que no nos van a regalar nada, ya habría ido a ver cómo hago, pero como hay una esperanza que nos da el presidente, esperamos que cumpla porque tiene principios espirituales y sé que no nos va defraudar”, dijo Aurelio.

El día que Bukele llegó a prometer las casas, dedicó 20 minutos, de un discurso media ahora, para insultar a los diputados por supuestamente entorpecer su gestión. Insistió, fiel a su estilo, que la Asamblea Legislativa juega a retener los fondos que él ha necesitado para cumplir con sus obligaciones.

“Para mí que (el presidente) sí va a dar las casas, pero no ha podido solventar el problema de nosotros por la cuestión política. Acuérdese que hay problemas, porque la Asamblea le detiene préstamos, porque le da una parte pero no lo necesario para poder hacer todo, porque tiene que hacer demasiado”, dijo Aurelio. 

Al estilo de Bukele, la ministra de Vivienda, Michelle Sol, también fue emisaria del discurso presidencial y acusó a los diputados de retener los fondos: “El listado (de zonas a rescatar) estaba respaldado por un estudio realizado por expertos para seleccionar las zonas con necesidad de intervención (por la vulnerabilidad ante la crisis climática); los diputados de forma antojadiza cambiaron las comunidades poniendo en riesgo el desembolso de esos fondos”, dijo la ministra, el 13 de octubre a la comunidad. La funcionaria también señaló, en esa fecha, que los diputados estaban a punto de dejar perder un préstamo con el gobierno de Alemania a través KFW (el banco de Desarrollo del Estado de la República Federal de Alemania) para construcción de viviendas y mitigación de riesgos. El préstamo fue aprobado finalmente el 26 de noviembre con todo y las observaciones que hizo el presidente Bukele.

El día que la ministra Sol llegó a la comunidad, cinco meses después de la promesa de Bukele, explicó que ya tenía un proyecto para resolver la situación de riesgo denominado “Alternativa de solución habitacional”. 

Ese proyecto, según una respuesta enviada a GatoEncerrado vía acceso a la información, se resume en tres páginas que contienen solamente el diseño de un edificio de apartamentos dúplex de 43.12 metros cuadrados, de dos habitaciones con un espacio compartido para sala y cocina. El escueto documento no contiene objetivos, estudio sobre la necesidad de la comunidad, estudios geográficos, urbanísticos o de impacto ambiental sobre la zona donde se va pretende construir, ni un censo sobre la capacidad de estos apartamentos, entre otros.

 “Alternativa de solución habitacional”

GatoEncerrado buscó personalmente y por teléfono a la ministra Michelle Sol para entender qué es exactamente lo que el Gobierno está ofreciendo a los habitantes damnificados de la comunidad, pero ignoró las peticiones de entrevista o solicitudes de declaraciones en eventos públicos. 

Durante su visita a la comunidad Nuevo Israel, la ministra detalló más de lo reflejado en el documento. Explicó que una de las opciones para construir las nuevas casas es la finca La Bretaña en San Martín y otra es Las Iberias en San Salvador.

Para los habitantes de la comunidad, sin embargo, la promesa de Bukele sigue sin estar muy clara. Dentro de la Nueva Israel, los habitantes se han opuesto a trasladarse hasta La Bretaña en San Martín. Explicaron que está a más de 23 kilómetros de distancia en autobús y eso equivale a más de una hora de tráfico en el camino hacia sus trabajos, por lo que no ven viable esa opción. También les intimida el hecho de que el Gobierno los lleve a un territorio de pandillas. Temen que el cambio de residencia pueda ser perjudicial para su seguridad y su vida.

Mientras tanto y desde mayo cuando la tormenta Amanda cayó, el INTI ha funcionado como albergue para algunas familias de la comunidad Nuevo Israel que ya no pudieron regresar debido a que sus casas fueron totalmente destruidas. En ese mes, el INTI recibió a 65 familias y 160 personas, según una fuente de Protección Civil que se encargó de trabajar en la movilización y registro de los habitantes. Con el tiempo, las familias se fueron regresando a las casas que todavía quedaban habitables. Cuando GatoEncerrado visitó el INTI, 21 familias evacuadas por la tormenta Amanda aún permanecían albergadas, cinco familias por la tormenta Eta y nueve por la tormenta Iota. 

Para llegar al albergue, algunos habitantes de la comunidad Nuevo Israel comentaron que la persona que los alertó sobre la posibilidad de riesgos y les indicó que en caso de emergencias se movieran al INTI fue Efraín Guatemala, quien además de ser director de Gestión Social del Ministerio de Obras Públicas (MOP) es candidato de Nuevas Ideas al Parlamento Centroamericano. 

Reubicación debe ser en zona fuera de riesgos

Aurelio, quien hace parte de las 21 familias albergadas en el INTI, también comentó que el Gobierno los llevó a visitar el terreno en Las Iberias, que es una de las opciones para construir las nuevas casas. La ministra Sol explicó que “el terreno en Las Iberias perfectamente les queda mucho más cerca de la Nuevo Israel (que San Martín)”. 

El terreno, que se encuentra en las proximidades de una quebrada, preocupa a los habitantes de la comunidad Nuevo Israel, porque eso es lo que les gustaría evitar si aceptan ser reubicados.

Miguel Hernández, docente de la Universidad de El Salvador y especialista en vulnerabilidad y riesgo, explicó a esta revista que no es recomendable el asentamiento en los alrededores de las quebradas y cárcavas por la vulneración del suelo que lo hace susceptible a desbordamientos, como sucedió en mayo. Para Hernández, la única solución viable a largo plazo es la movilización de la comunidad a zonas fuera de riesgo, ya que ni siquiera es opción quedarse en la Nuevo Israel con un nuevo muro de contención, ya que implicaría inversiones millonarias que se desgastan con el tiempo.

 “Son suelos muy vulnerables y susceptibles a una tormenta de alta duración como estas que estamos viviendo ahora o como una tormenta de una hora en la que caen 100 milímetros de agua. Ahí tenemos un serio problema, porque las comunidades que viven en estos sitios están muy vulnerables a sufrir estos daños. Al igual que la Nuevo Israel, muchas en donde están poblados los cauces de las quebradas están en una situación de vulnerabilidad muy clara. La inversión en la prevención sale caro, pero al final de cuentas sale más barato porque la vida de las personas no tiene precio, mientras que las obras  se van. Lo viable es invertir en desarrollo humano”, explicó Hernández a GatoEncerrado

La situación de la comunidad Nuevo Israel solo ilustra la vulnerabilidad que existe en todo el país ante los eventos climáticos y la necesidad de que el Estado salvadoreño desarrolle un plan de reubicación de comunidades a zonas seguras. De acuerdo con expertos en cambio climático, la situación es urgente, ya que cada año las poblaciones viven en zonas cada vez más vulnerables.

El 2020, por ejemplo, ha sido un año histórico. Entre otras cosas, este año rompió el récord con la temporada de más huracanes en el Océano Atlántico desde 1861, con un total de 31 hasta la fecha. El año que más cerca estuvo de ese registro de huracanes fue 2005 con 27.  Los huracanes Eta, Theta e Iota, que luego se degradaron a tormenta tropical, fueron parte de esos eventos climáticos.

Berta Olmedo, meteoróloga y secretaria ejecutiva del Comité Regional de Recursos Hidráulicos del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA),  explicó a GatoEncerrado que las altas temperaturas en el océano Atlántico, provocadas por el calentamiento global, generan mucha energía termodinámica, que tiene como consecuencia las tormentas y huracanes.

 “Para que se dé una tormenta, depresión y un huracán deben haber condiciones muy particulares. Se forman porque el océano está muy caliente. Los dos elementos que necesita una tormenta son calor y humedad”, explicó Olmedo.

 

La temperatura de los océanos

Entre otros factores que aportaron a la temporada de huracanes de 2020 se sumó el “fenómeno de la niña”. Durante este fenómeno, la cuenca del océano Pacifico se enfría; y usualmente cuando esto sucede, el océano Atlántico se calienta. En países como Nicaragua, Honduras y Guatemala, el agua ha alcanzado una temperatura de 28 °C, cuando la temperatura promedio en estas zonas debería rondar los 26 °C. En palabras simples, el vapor generado por las altas temperaturas en el océano Atlántico provocó la temporada con más huracanes en la historia reciente. Si el planeta sigue calentándose, los expertos dicen que lo más probable es que haya más huracanes y cada vez más intensos.

Para enfrentar este tipo de situaciones, el presidente Bukele ha recurrido a la religión y a decretar días de oración para que “Dios sane nuestra tierra y nos libre de todo mal”. 

Los académicos y expertos, por su lado, recomiendan que el Estado salvadoreño ejecute actividades para enfrentar la crisis climática, reubique a las personas que están en riesgo y vulnerabilidad y que acate las alertas tempranas de huracanes y eventos climáticos.

“El 28 de abril (un mes antes del huracán degradado a tormenta Amanda), avisamos que íbamos a tener una temporada de huracanes más intensa a su valor promedio, porque veíamos temperaturas más elevadas. Es muy probable que lo que estamos observando en el océano se vea exacerbado por los efectos del cambio climático”, explicó Olmedo a GatoEncerrado

La temporada de huracanes ha puesto a prueba la fragilidad de El Salvador en tiempos de emergencia. Como siempre, quienes han sido más afectados son quienes tienen menos recursos para recuperarse. Iota perdió fuerza antes de llegar a El Salvador, pero si hubiese llegado con la fuerza con la que se esperaba, la casa de Nora no existiría. Es más, la comunidad de Nuevo Israel probablemente fuera una montaña de escombros. Mientras tanto, Nora y su nieta descansan. Se sienten afortunadas de que su casa se libró de otra tormenta, pero saben que no es una fortuna con la que pueden contar para siempre. Como todos en la comunidad, Nora y Aurelio aún tienen esperanza de que el presidente cumpla con su promesa de hace seis meses.

Casa destruida en su totalidad durante el paso de la Tormenta Amanda en mayo 2020. Foto/Carmen Valeria Escobar

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