“No me opondría a una minería que mitigue de forma adecuada su impacto social y ambiental”: Juan Marco Álvarez

Por Oscar González

Por Oscar González

Juan Marco Álvarez tiene una trayectoria de trabajo en instituciones que se relacionan con temas ambientales. Trabajó en SalvaNATURA durante casi dos décadas, entre 1989 y 2008; luego en la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en Suiza, entre 2009 y 2012; y también fue director ejecutivo del Consejo Empresarial Salvadoreño para el Desarrollo Sostenible (CEDES). Ahora es candidato a diputado por el departamento de La Libertad con el Partido Demócrata Cristiano (PDC). Su eslogan de campaña es: “El Salvador Verde y Productivo” y su propuesta está basada en cuatro ejes: una nueva economía, agua para todos, acción para el clima y agricultura productiva y sostenible.

Antes de arrancar con las preguntas de GatoEncerrado para esta entrevista, Álvarez quien tiene en su antebrazo izquierdo la frase en latín “Post tenebras lux”, que se traduce como “Después de la oscuridad, luz” aprovecha para explicar los ejes de su campaña: “Una nueva economía es el principal eje. Porque sin economía no hay dinero y sin dinero no podemos hacer nada por el medio ambiente, lamentablemente”, apunta Álvarez Gallardo. También habla sobre su blog, JMA Green, en el cual ha profundizado sobre los ejes de su propuesta.

Entre los temas abordados en esta entrevista, el más polémico es el de la minería. En el país, la minería metálica se prohibió en 2017. Álvarez no está promoviendo la reactivación minera en su plataforma; sin embargo, al plantear un escenario en el que se busque reactivar la misma, su postura es que no se opondría “si, y solo si, la mitigación tuviera monitoreo internacional”. Aunque la plática con GatoEncerrado fue más sobre temas ambientales, por su trayectoria y propuesta, hubo oportunidad para hablar sobre despenalización del aborto y ley de identidad de género. También criticó el estancamiento del Ministerio de Medio Ambiente provocado por la política del Presidente Nayib Bukele. También dijo que no puede opinar sobre el permiso ambiental otorgado al proyecto Ciudad Valle El Angel, porque no conoce el estudio de impacto ambiental.

Juan Marco Alvarez dijo en entrevista que en el país es necesario reactivar cultivos como el café. Foto/Emerson Flores.

Usted apunta que su posición está entre el conservacionismo y el ecomodernismo. ¿Con qué de cada enfoque se queda y con qué no? 

El tema del conservacionismo tiene que ver mucho con el pasado en términos de conservar la naturaleza. Pero yo entiendo que no se puede conservar la naturaleza con tanta demanda de recursos provocada por una sobrepoblación. Entonces hay un sobre consumismo. Pero tenemos que destinar un porcentaje significativo del planeta precisamente como reserva, o sea como intocable. Hay un biólogo que se llama Edward Wilson, o por sus sigla E. O. Wilson., que dice que debemos destinar el 50 % del planeta a reservas o a parques nacionales. Precisamente, porque esas zonas nos van a dar sustento como población en términos de la riqueza biológica del planeta para conservar lo más significativo, pero también para mitigar los gases de efecto invernadero. Entonces, desde esta perspectiva, soy conservacionista. 

¿Y el ecomodernismo?

El ecomodernismo tiene que ver más con el tema de innovación tecnológica para mitigar el impacto ambiental. Hay temas en los cuales no creo. Por ejemplo, llenar de sulfuro el cielo para captar CO2; sí creo en captura y secuestro de carbono, pero al final el Acuerdo de París lo que busca es descarbonizar la economía de aquí a 2050, para que en 2100, la humanidad no llegue a ese aumento de temperatura promedio más allá de 2º centígrados, idealmente 1.5º como máximo. Hoy día estamos a 1.1º de aumento de temperatura promedio global. Entonces me veo como una mezcla de conservacionista, pero también digamos un impulsador de la sostenibilidad. La sostenibilidad estaba definida como un equilibrio entre lo ambiental, lo social y lo económico, era como un triángulo equilátero, pero ahora los límites planetarios, los límites ambientales, limitan el crecimiento económico que, al final, lo va empujando lo social. Entonces hay un círculo social en el centro, un círculo económico después de ese y hay un tercer círculo que son los límites planetarios, que son nueve según lo definió el Instituto de Resilencia de Estocolmo y Johan Rockström. Al final no dejan de tener razón: hemos sobrepasado la capacidad de que el planeta se renueve en términos del consumo que hace la humanidad. Entonces realmente no hay suficientes recursos para tanta población. 

¿Siempre ha pensado igual?

Empecé un poco más idealista en los noventa, pero ahora soy un poco más pragmático, porque conozco la realidad. De los cambios también que tenemos que hacer. Por eso también me catalogo de ecomodernista, porque he entendido que no podemos ser conservacionistas de manera absoluta. La realidad nos indica que tenemos que buscar un punto intermedio que minimice nuestro impacto ambiental. Porque el consumismo no lo vamos a parar. Porque, a mayor población, mayor consumo de recursos. Lo que tenemos que tener claro todos en el planeta es que ya no hay recursos suficientes.

En el caso de los avances tecnológicos, ¿le parece que a largo plazo contribuirán a hacer frente a problemáticas como el cambio climático?

Si nos ponemos a hablar de la solución al cambio climático planteada por el Acuerdo de París, claramente son insuficientes.

¿Por qué?

Porque los planes nacionales de cada país no son lo suficientemente ambiciosos para cumplir con el Acuerdo de París. Tenemos que ver de qué forma desestimulamos como sociedad el consumo de combustibles fósiles y cómo eliminamos los $600,000 millones de subsidio que recibe la industria. Creo que la cifra ha disminuido un poquito, pero en algún momento llegó a ser esa. Entonces se necesita un cambio de chip económico. Se necesita reconocer que estamos yendo como sociedad hacia un abismo y que el Acuerdo de París es parte de la solución. Vamos a ver qué presentan los países que más emiten gases de efecto invernadero. Estados Unidos, gracias a Dios, está de nuevo en el Acuerdo de París; Joe Biden ya lo dijo. Vamos a ver el plan acción climática que llevará a la cumbre de los gobiernos en noviembre, en Inglaterra. Esa cumbre va a ser vital para medir el nivel de ambición nuevo que llevan los países.

¿Y El Salvador?

El Salvador solo ha presentado una intención de plan de acción climática en 2015, cuando se firmó el Acuerdo de París. Tenemos que ver de qué forma aquí también presentamos un plan de mitigación de gases, pero también de adaptación. Nosotros, como área vulnerable y con pocas emisiones de gases de efecto invernadero, tenemos que apostarle a invertir en restaurar el territorio, porque somos altamente vulnerables precisamente por la degradación ambiental y segundo porque estamos en la parte baja de una gran cuenca, el río Lempa. Todo lo que hagan Guatemala y Honduras nos afecta enormemente.

Hablando del Acuerdo de París, ¿cuál le parece que es su principal debilidad, si es que detecta alguna?

La gran debilidad del Acuerdo de París es que no es obligatorio para ningún país cumplirlo. Entonces de qué sirve al final, sino que es como político a veces. Político y retórico. Creo que los principales países emisores de gases de efecto invernadero tienen que dar el ejemplo. Por eso la espera que hay de Estados Unidos, China y la Unión Europea, que son los tres grandes núcleos emisores. Todo mundo va a estar esperando el liderazgo. Entonces, para mí, la debilidad es esa: que no es legalmente vinculante a los países el Acuerdo de París. Ni chicha ni limonada se podría decir en buen salvadoreño. Pero es lo único que nos queda. Tenemos que ver de qué forma surgen líderes, presidentes en este caso, de países más allá del tico y del gringo, ahora, y de algunos europeos, como Angela Merkel en Alemania, que potencien y obliguen a los demás países a firmar algo mucho más vinculante, que simplemente estar presentando planes de acción climáticas mejorados cada año. Yo creo que como salvadoreños, si no nos hemos percatado de que el cambio climático está encima de nosotros después de este año, puchica. Yo no quiero ver sufrir a nuestra gente vulnerable con años de sequía severa. Eso va a ser terrible, pero viene. Hemos visto cómo ha sufrido nuestra pobre gente en las zonas costeras este año recién pasado. Tremendo. El deslave de Nejapa. No se tiene claro exactamente por qué pasó. Lo que sí sé es que este país necesita más cobertura boscosa. O cultivos tal vez más amigables.

¿Cómo cual?

El café. El café era un cultivo más amigable, particularmente el café de bajío, que ahora se lo va comiendo la milpa. Tristemente. Esto se debe a una acumulación de cosas, incluyendo la baja continua de los precios del café y el endeudamiento recurrente por décadas del sector cafetalero. En su gran mayoría, los pequeños productores de café han perdido su café totalmente o lo han dejado abandonado, se lo comió la roya, se lo acabó la antracnosis. Pero más allá del precio y de la crisis del cambio climático, también tiene que ver mucho la falta de apoyo de los gobiernos. Desapareció Procafé. No hay extensionismo para ayudarle al cafetalero. Ni mucho menos ahora al frijolero, al maicero. O sea, el CENTA es pura paja. Necesitamos reactivar la ENA. Hay que reactivar eso. Hay que reactivar el CENTA. Hay que reactivar Procafé. Hay que promover entidades de asistencia técnica para nuevos cultivos como el marañón y el cacao. Y, principalmente, tenemos que garantizar que el gobierno, con esa ley que acaban de aprobar, de agricultura familiar, realmente se comprometa a comprarle al productor nacional. Esa ley, es una buena ley, pero necesitamos asistencia técnica, capacitación, diplomados técnicos para el pequeño productor. Necesitamos garantizar que el productor pueda vender aquí, no solo al gobierno, sino que sepa colocar su producto. Y minimizar la importación de productos comestibles.

El candidato Juan Marco Alvarez, cuya principal propuesta es ambiental, dijo en entrevista que no puede opinar sobre el permiso otorgado a Valle El Angel, porque no conoce el caso. Foto/Emerson Flores.

Hablando de leyes, ¿cuáles le gustaría impulsar en la Asamblea Legislativa si ganara una diputación?

Además de la Ley de Cambio Climático, me gustaría impulsar una ley que potencie la economía circular. Puede ser que se escape lo que se aprobó hace un año: en enero del año pasado se aprobó la Ley Integral de Gestión de Residuos y Fomento al Reciclaje, pero no ha pasado nada todavía. Tenemos que ver cómo la rescatamos y potenciamos, algo más integral. Necesitamos también un acuerdo internacional para la economía circular para tratar de generar menos desechos y darle mayor vida útil a los productos. No solo tenemos que pensar en reducir, sino en reutilizar, en renovar, en reparar y, por supuesto, en reciclar, y un par de erres más. Ese es el concepto de economía circular que me interesa. 

¿Qué opina de las posturas que aseguran que el modelo económico actual es dañino para el ambiente y que para hacer frente a la crisis ambiental tiene que hacerse un cambio radical?

Yo no creo en una ecoradicalidad, porque no ha funcionado en ningún lado. No he visto ninguna ecoradicalidad exitosa en otros países. No podés parar una dinámica tan pero tan fuerte, ni aunque uno quisiera. En algún momento yo lo pude haber pensado, cuando era más idealista, pero soy una persona más pragmática. Respeto a los ecoradicales, pero no creo que tengan éxito al final.Tenés que trabajar de la mano con los sectores que más impactan en el medio ambiente y ver cómo los cambias. En UICN me tocó manejar alianzas con industrias extractivas, con la minera Río Tinto, la segunda minera más grande del planeta. Con la cementera Holcim. Fue fascinante. Porque muchas veces las empresas no saben. Necesitan acuerparse de científicos, y hasta de oenegés muchas veces, para entender cómo minimizar su impacto ambiental, porque su razón de ser no es esa, es maximizar ganancias. Ojo, muchas están entendiendo que no solo pueden generar ganancias económicas, sino también ganancias ambientales y sociales. Esa es generación de valor. Diferente a solo valor económico. Invertir en restaurar y dejar mejor una cantera que como la encontró, o restaurar una mina para apostarle a biodiversidad e impacto positivo cero, que todavía no es factible, pero Río Tinto le quería apostar a eso. Eso dice mucho de empresas líderes que, al final, pueden jalarse al resto; en este caso, del sector minero para que hagan buena obra. La minería no la vamos a acabar. Aquí se prohibió, pero yo me pregunto: ¿verdaderamente era necesario prohibir la minería aquí en el país? No lo sé. Guatemala tiene mucha minería. Perú tiene mucha minería. Chile tiene mucha minería. Tenemos que ver si verdaderamente esta producción de materiales, los que se extraen de la tierra, son necesarios o no; por lo visto sí, porque el consumidor los está pidiendo. Mientras no haya educación, y mientras continúe la obsolescencia planificada, no va a existir una verdadera economía circular.

Hablaba antes de minimizar los impactos. Pero siempre hay impactos. En este sentido, estos resarcimientos, estas formas de intentar compensar el daño ambiental, ¿son posibles? ¿Se puede compensar el impacto de extraer oro o de talar un bosque?

De que se puede compensar, se puede compensar. Hay formas y se pueden medir. Muchas veces el problema es que, en muchos de los proyectos que se desarrollan, por el espacio no se pueden compensar adecuadamente; entonces se buscan otros sitios para compensar. Una empresa que destruya un bosque urbano, en un área urbana, puede compensar en un parque nacional, reforestando e invirtiendo en su protección. El uso de agua, en el caso de una empresa productora de bebidas. ¿Cómo compenso? Apostándole a ser agua neutral o agua positivo. Si yo quiero apostarle a ser una empresa agua neutral, es decir, devolverle al ambiente la misma cantidad o más del agua que utilizo para producir las bebidas, primero se puede compensar con captación de aguas lluvias para reinfiltración de mantos acuíferos; segundo, dotación de infraestructura de agua potable a comunidades que no tienen agua; y tercero, invirtiendo aguas arriba de una cuenca hidrográfica. Entonces se puede compensar. Y se puede medir y se puede certificar internacionalmente. Esa visión es la que hace falta aquí. 

¿Cómo percibe al actual gobierno en materia ambiental, particularmente al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales?

Comenzó bien. Me consta que estaban trabajando en una estrategia para priorizar acción en dos o tres áreas, pero el COVID-19 vino a sacudir todos los planes de trabajo que tenía el ministerio. Y cuando un presidente obliga a sus ministros a que hagan lo que él les dice, y un ministro no puede tener impacto de acuerdo al mandato de su cartera, estamos en problemas. Entonces yo veo un estancamiento en el Ministerio del Ambiente, provocado por la política del presidente, más ahora en este periodo electoral. El ministro puede tener las mejores intenciones y las tiene. Tiene un staff con capacidad técnica. Pero necesitamos ver acción concreta, y necesitamos ver el aterrizaje de esa estrategia del ministerio que, hoy por hoy, no la tiene. Me preocupa que se haya posicionado al MARN, únicamente, en que va a ser un ministerio que va a desentrampar permisos ambientales. Esa no es una forma de posicionarse en términos ambientales. Más bien, quisiera oir al ministro decir: quiero garantizar que al final de mi periodo el 10 % de áreas protegidas va a tener protección legal adecuada. Ese tipo de métrica es la que me gustaría oír. Espero que después de las elecciones, cuando pase este quilombo, como dicen los argentinos, verdaderamente se enfoque el ministro, y haga obra.

Hablando de permisos ambientales, un tema que ha generado discusión es el de Ciudad Valle del Ángel, ¿usted qué opina del caso?

He querido averiguar. No conozco el proyecto. No conozco el estudio de impacto ambiental. Tengo mucha curiosidad por conocerlo. Pero no puedo opinar ante algo que no conozco realmente. Y entiendo que el estudio no es público. Está como información reservada. Me encantaría ver la mitigación que ha aprobado el MARN para entenderla. He visto presentaciones del Foro del Agua y no veo claridad ahí, en las presentaciones, más que ataques a uno de los grupos. ¿Qué me dice eso? No hay información suficiente.

¿Apoyará su partido sus propuestas en materia ambiental?

Claro. Uno de los principios del PDC es precisamente la mejora del medio ambiente. Eso me ha llamado mucho la atención. El PDC se ha caracterizado, a diferencia de otros partidos, en tirar propuestas relacionadas con el medio ambiente. Hace nueve años, aproximadamente, el doctor (Rodolfo) Parker tiró una ley para proteger la cuenca del río Lempa y en 2018 se desempolvó otra vez, pero no llegó a nada. Hace un año tiró una propuesta el PDC, a través del doctor Parker, que es el jefe de fracción, relacionada con una ley de transición del plástico a base de combustibles fósiles a biodegradable, pero no todo plástico, sino que un tipo en particular. El partido en sí tiene una línea clara y un objetivo ambiental que se viene a reforzar con mi llegada.

El candidato Juan Carlos Alvarez dice que no pude opinar sobre una ley de identidad de género, porque primero debe verla y entenderla. Foto/Emerson Flore

¿Cuál es su postura sobre la despenalización del aborto?

Realmente no creo en la despenalización, cuando estoy en un partido cuyo principio número uno es defender la vida desde la concepción hasta la muerte.

¿Aún en los casos en que la vida de la mujer está en riesgo y no hay posibilidad de vida para el feto?

Como hombre, realmente, no puedo opinar, y tengo interés en escuchar a mujeres que han pasado por esos procesos. Me interesa entender un poquito mejor el por qué de estas causales. Tengo apertura para escuchar, porque sí quiero entender un poco más. Siento que no tengo suficiente información en ese sentido.

¿Cuál es su postura sobre el matrimonio igualitario?

La Constitución lo prohíbe. Yo tengo que respetar la Constitución. Creo que no es necesario pensar en un matrimonio igualitario para la convivencia. De hecho, ya se da. Pero es más un tema legal como el que se ha dado en Estados Unidos por temas de herencia. Pero no creo que esa sea la solución, el matrimonio entre ambos sexos para un tema legal. Y va contra la Constitución. Entonces me ataño a lo que dice la Constitución.

¿Está de acuerdo con una ley de identidad de género?

Lo que pasa es que debe definirse qué es identidad de género, porque al final equidad de género yo lo vengo manejando desde hace años y eso, desde una perspectiva ambientalista, es darle los mismos derechos a la mujer. Si una ley busca poner a la par del hombre en términos de lo que gana, en términos de cómo se le trata a la mujer a la par del hombre, entonces sí. Pero hay diferentes contextos de lo que es una ley de equidad de género. Pero, al final, sí creo en la equidad de género y creo en la igualdad de la mujer y del hombre. 

¿Y con la identidad de género, una ley de identidad de género?

Tendría que verla primero antes de opinar.

Desde su perspectiva, ¿cómo debería estar conformada la autoridad hídrica? ¿Deben participar los entes privados?

Creo que ahora se llama Autoridad Nacional Hídrica.

Sí. ANA.

El ANA, sí. Así como está, solo con entes públicos, en lo personal me parece perfecto, pero sí tiene que haber algún tipo de comité consultivo con el sector privado que es usuario también. En la medida en que no participen todos los usuarios, se queda un poco débil, y las decisiones pueden afectar a los usuarios, en este caso privados, incluyendo agricultores. Entonces, sí tiene que haber algún tipo de comité asesor o consultivo al cual como el ANA está, hoy por hoy definida, pueda acceder a información para una buena toma de decisiones.  

¿Cuál es su postura o cuál sería su posición si se intentará reactivar la minería en El Salvador?

Hay diferentes tipos de minería. Y hablábamos antes de minería restaurativa. Habría que ver si es a cielo abierto, habría que ver qué tipo de minería es, saber si cumple con estándares internacionales, que los hay, pero no me opondría a una minería que verdaderamente tome en consideración y mitigue adecuadamente su impacto social y ambiental, con monitoreo internacional. No nacional. Si solo queda monitoreo nacional de la minería, sí me opondría. Tendría que haber monitoreo internacional de la mitigación del impacto ambiental y social. Con el tema de la minería, he visto y he trabajado con minas fuera de este país; he visto y he trabajado con el Consejo Internacional de Minería y Metales, y considero que la única forma que estaría de acuerdo en reactivar la minería aquí en el país es si hay monitoreo internacional en lo que respecta a la mitigación del impacto ambiental. Si dejamos eso en manos del MARN, no estaría de acuerdo en reactivar la minería. 

Sobre el cambio climático, ¿qué propuesta en específico tiene para reducir las emisiones de carbono?

Son pocas las emisiones de carbono que tiene El Salvador. Pero, si existe un acuerdo que hemos firmado como país, que es el Acuerdo de París, que busca que de aquí al 2050 la economía nuestra esté 100 % descarbonizada, tendríamos que identificar primero de dónde vienen las principales emisiones y ver de qué forma las empezamos a minimizar y después a neutralizar, porque también la agricultura y la ganadería emiten gases de efecto invernadero, no solo son los combustibles fósiles. No hay que olvidar eso. Tendríamos que priorizar en orden de cantidad de emisiones primero a qué podemos apostarle para empezar a disminuir. No es fácil responder. Porque, al final, descarbonizar la economía significa tener un parque vehicular 100 % eléctrico o a base de celdas de hidrógeno. Yo comenzaría por la principal fuente emisora, descarbonizando la principal fuente emisora, que sería la producción de energía, seguida por el parque vehicular. Y así sucesivamente.  

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