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Deficiencias en plan secreto de vacunación dejan en vilo al personal de salud

El día que ingresó el primer lote de vacunas contra COVID-19 a El Salvador, el presidente Nayib Bukele aseguró que la prioridad sería el personal de salud. Sin embargo, a más de un mes del inicio del plan de vacunación aún hay personal de primera línea que sigue esperando ser vacunado, mientras que las autoridades ya comenzaron a vacunar a trabajadores no sanitarios, como policías, militares y personal administrativo. En medio de los cuestionamientos, el Ministerio de Salud declaró reservada la información sobre el plan de vacunación. 

Personal médico y de enfermería, de distintas unidades y hospitales, confirmaron a GatoEncerrado que todavía hay trabajadores de la salud que siguen sin ser vacunados, a pesar de estar en la primera línea de atención de la pandemia. Esta situación los ha dejado en la incertidumbre y con dudas sobre la efectividad del plan de vacunación que está ejecutando el gobierno de Nayib Bukele. 

Para evitar el “desorden” que actualmente han observado, enviaron listados al Ministerio de Salud con el personal que debería haber sido la prioridad. Pero lo que ha ocurrido es que esos listados fueron irrespetados y mientras hay médicos que aún esperan su vacuna, ya han sido vacunados policías, militares, personal administrativo y hasta comunicadores del gobierno que no están en contacto directo con pacientes.

Uno de los problemas que los médicos enfrentan para entender cuáles han sido los criterios científicos para la ejecución del plan de vacunación es la falta de transparencia del gobierno. El Ministerio de Salud decidió mantener en secreto el plan de vacunación hasta 2024. Eso no es lo único que el Ejecutivo ha querido mantener en secreto, también ha puesto en el índice de información reservada todo lo que tiene que ver con los procesos de compras y adquisiciones de las vacunas para enfrentar la COVID-19. 

El gobierno ha prometido que en abril comenzará la fase de vacunación de las personas que tengan más de 50 años, pero tampoco hay información de ningún tipo sobre cómo se ejecutará.

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Por Xenia Oliva

La ejecución del plan de vacunación contra la COVID-19 ha dejado dudas e incertidumbre en una parte del sector salud de El Salvador que todavía no ha sido tomada en cuenta para vacunarse, mientras que militares, policías y personal administrativo que no son de primera línea ya han recibido su primera dosis. Médicos, tanto del Ministerio de Salud como del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS), aseguraron a GatoEncerrado que les preocupa la falta de transparencia del gobierno en su plan de vacunación que mantienen en secreto. En los lineamientos, publicados el 19 de febrero, quedó establecido que entre las personas prioritarias a vacunarse estaban los adultos mayores de 60 años, pero en la práctica lo que ha sucedido es que miembros de los cuerpos de seguridad y personal de instituciones públicas han sido vacunados, sin explicaciones de por qué ellos fueron prioridad. En esa lista no se especificaba el orden a seguir, pero quedaba claro que había un interés por vacunar a grupos vulnerables, ya sea por condiciones de edad, riesgo profesional o antecedentes de enfermedades y discapacidad. Los últimos en esa lista eran los empleados públicos de los tres poderes del Estado. El resto de la población no se mencionaba.

Saber de forma oficial y con certeza cuáles han sido los criterios que el gobierno ha seguido para la creación de los listados del personal médico a vacunar es una tarea imposible tras la decisión del Ministerio de Salud de declarar como información reservada el Plan Nacional de Despliegue de Vacunación contra SARS-COV-2.

La reserva de este plan inició el 11 de marzo y tendrá una duración de tres años; es decir, los salvadoreños no podrán saber de forma oficial cómo se ejecutó el plan de vacunación hasta marzo de 2024. Pero eso no es todo lo que el gobierno del presidente Nayib Bukele quiere mantener en secreto: Salud también decretó en reserva, por cinco años, cualquier información sobre los procesos de adquisición de vacunas contra la COVID-19. Esto blinda las compras que gestiona el gobierno y dificulta que la población pueda detectar de inmediato si hay irregularidades.

El médico infectólogo Iván Solano Leiva, miembro del Comité Asesor de Prácticas de Inmunización (CAPI), dijo a GatoEncerrado que esta es la primera vez en que un plan de vacunación se va a mantener en secreto. Solano Leiva también lamentó que el secretismo y la falta de transparencia “genere inquietud y malestar entre el personal médico”.

El pasado 24 de noviembre de 2020, el portal de la Presidencia de la República publicó el anuncio de la firma del acuerdo entre el gobierno de El Salvador y la farmacéutica AstraZeneca. En ese entonces, el gobierno explicó que la empresa estaba comprometida con suministrar 2 millones de dosis de la vacuna contra la COVID-19 a El Salvador. La noche siguiente, a través de una cadena nacional de radio y televisión, el mandatario reiteró el anuncio, pero no detalló el costo que el país pagará a la farmacéutica. 

Para justificar el secretismo, dijo escuetamente que “los acuerdos de confidencialidad (con la farmacéutica) nos impiden revelar el monto”. 

Un plan que deja dudas al personal médico

El martes 23 de marzo de este año, el Ministerio de Salud presumió en sus redes sociales que ya estaba vacunando a personal no sanitario, principalmente a miembros de la Policía Nacional Civil (PNC) y de la Fuerza Armada. Detalló que lo hacía con el lote de las recién llegadas vacunas marca Pfizer. Mientras eso ocurría, miembros del personal médico y de enfermería de distintos centros de salud confirmaron a esta revista que para esa fecha todavía no habían sido vacunados y ni siquiera tenían claro cuándo les tocaría la primera dosis.

“Estar viendo esto afecta la moral, porque usted está tratando a pacientes que no sabe si tienen COVID. Y aún vacunado, uno no puede bajar la guardia”, dijo Atinoel García, miembro de la junta directiva del Sindicato de Médicos Trabajadores del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (Simetrisss) y médico del ISSS. 

Memorial en Plaza Salud por los médicos que fallecieron en la pandemia. Foto/

El 17 de marzo, el sindicato realizó un homenaje a la memoria del personal de salud que falleció por la pandemia de COVID-19. Ese día, García expuso que para esa fecha aún tenía colegas de primera línea que seguían sin aparecer en los listados para ser vacunados. “Hay unidades, como la Unidad Médica de San Jacinto, en donde no se había vacunado a personal de gripario”, señaló.

Un mes antes, es decir el 17 de febrero, Bukele participó en la primera jornada de vacunación contra la COVID-19. Ese día, cuando ingresó a El Salvador el primer lote de vacunas de la marca AstraZeneca, aseguró que el plan de vacunación del gobierno había sido “elaborado de la mejor manera posible”, con una clara priorización del personal médico.

“Primero, la primera línea de trabajadores de la salud que atiende directamente COVID, luego la primera línea de trabajadores de la salud que, si bien no atienden directamente COVID, pudiesen estar expuestos (…) Por eso se prioriza con ellos, son los que tienen que batallar día a día con el virus, nosotros no tenemos que batallar día a día con el virus, ellos sí y por ende deben ser los primeros. Ellos son los que salvan las vidas o luchan por salvar las vidas, tenemos que priorizarlos a ellos”, dijo Bukele.

Ministro de Salud, Francisco Alabí, y el Presidente Nayib Bukele en la primera jornada de vacunación. Foto/Presidencia de la República

Agregó que después de vacunar al personal médico, los siguientes en el orden de prioridad serían los que están en la primera línea de atención de la pandemia que no son parte del personal de salud, como bomberos, policías y soldados. “Luego, las personas con comorbilidades. Luego, las personas mayores de edad, el resto de la población y por último yo. Lo importante es que hemos hecho una priorización como debe ser. Se ha hecho todo bien, de la mejor manera posible”, detalló.

Siguiendo la retórica oficial, el ministro de Salud, Francisco Alabí, ha insistido en que las autoridades han seguido la lista de prioridades, basada en recomendaciones internacionales y la experiencia nacional. “Ya colocamos (la vacuna) a los profesionales de la salud que han estado en contacto directo con aquellos pacientes que han estado en contagio. También a los profesionales de la salud que han estado en áreas de no contacto directo”, aseguró, el día que ingresó el tercer lote de vacunas al país.

La mayoría de esas vacunas que el país ha recibido ha sido gracias al sistema Covax, el mecanismo del pilar de las vacunas del Acelerador del Acceso a las herramientas contra la COVID-19, lanzado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A través de Covax, el país ha recibido los últimos dos lotes de vacunas. El primero de 33,600 dosis de AstraZeneca, que llegó el 11 de marzo; y posteriormente, el 22 de marzo, otro lote con 51,840 vacunas de Pfizer/BioNtech.

Con todas esas vacunas y a pesar del discurso público que mantiene el Ejecutivo, trabajadores de salud aseguraron a GatoEncerrado que siguen sin recibir su primera dosis. Entre ellos hay personal médico y de enfermería.

Uno de ellos es médico especialista de un hospital de San Salvador, quien prefirió que su nombre no sea mencionado en esta nota. Explicó que el domingo 21 de marzo por la noche, seguía sin ser vacunado y sin saber por qué no aparecía en ninguna lista, pese a que mantiene contacto directo con pacientes: “No tengo claridad, los listados vienen del Ministerio de Salud. De repente llaman a las personas y les dicen cuándo los van a vacunar. Acá estamos tratando de mantener las medidas para protegernos; ya me dio COVID, así que espero aún tener anticuerpos”, dijo.

Fue hasta este jueves 25 de marzo que el médico se enteró de que ya aparecía en el listado para vacunar, pero seguía sin saber en qué fecha sería convocado. Mientras tanto, personal administrativo del Ministerio de Salud ya había sido convocado para vacunarse.

Personal médico que labora en el gripario de una Unidad de Salud de San Salvador, que también pidió no publicar la ubicación exacta por temor a que se retrase más la vacunación, relató a esta revista que el martes pasado seguía en incertidumbre. Eso a pesar de que en los hospitales, unidades de salud y unidades del ISSS se hicieron listados con el personal que debería ser prioridad. En los centros de vacunación, donde fue citado el personal que ya fue vacunado, observaron que el orden de esos listados no fue respetado. 

“Lastimosamente ha sido una planificación improvisada, deficiente, al grado que al mismo tiempo que se estaba vacunando personal de salud de primera línea, también se estaba vacunando administrativo. Eso fue visto por los colegas médicos y enfermeras que estaban en los centros de vacunación”, expuso Rafael Aguirre, secretario general del Simetrisss.

Parte de ese “desorden” lo explicó el cirujano Alcides Gómez, quien también es secretario del Sindicato de Médicos del Hospital Rosales: “Me parece, no quiero especular, que hay desorden. Tengo entendido que el Hospital Rosales hizo su propia programación y luego el Ministerio de Salud lo cambió. No hay claridad en la información”, dijo, luego de comentar que sin previo aviso le llamaron para ir a vacunarse de inmediato.

Médicos como Rafael Aguirre solo pueden explicar el desorden en el plan de vacunación después de concluir que lo ocurrido apunta a una manipulación de los listados y prioridades: “Ese problema fue prácticamente por los listados que del ISSS emanaron hacia el Ministerio de Salud. No reflejaba a los compañeros de primera línea. Fueron desfigurados. No eran los mismos listados que se formaron en las clínicas comunales, unidades médicas, no fueron los mismos los que llegaron al Minsal. En ese lapso de tiempo hubo manipulaciones, no sabemos por parte de quién. Al momento de llegar los listados al Minsal, era gente que no tenía nada que ver con primera línea”, aseguró.

Muestra del desorden es que el personal administrativo del ISSS ya estaba en el proceso de vacunación, cuando el personal médico de la clínica comunal de Santo Tomás todavía estaba esperando la llamada para saber cuándo les tocará ser vacunados.

Ulises Granados, secretario general del Sindicato de Enfermería del ISSS, también confirmó a GatoEncerrado que ha observado a personal médico que aún está esperando la vacuna, mientras que los administrativos y personal que no tiene contacto directo con los pacientes ya fueron vacunados.

“El área hospitalaria ha sido prioritaria, pero el área de clínicas comunales ha quedado en segunda línea. Siempre tenemos contacto. No necesariamente solo en hospitales se tiene contacto”, dijo Ricardo Orellana, médico de la Clínica Comunal de San Martín, quien en el momento de ser entrevistado por esta revista seguía sin ser vacunado. Contó, además, que por la exposición al virus, muchos de sus colegas han sido afectados en su salud.

Sobre esa exposición o vulnerabilidad, Aguirre agregó que el personal de las unidades médicas del ISSS, que todavía no ha sido prioridad en el listado de los vacunados, viene de enfrentarse a la pandemia desde la primera línea: “Todas las clínicas comunales, unidades médicas, se convirtieron en hospitales COVID. Es innegable, no lo puede negar ninguna autoridad. Las unidades médicas tuvieron que improvisarse como unidades hospitalarias. Teníamos pacientes ingresados que fallecieron”.

Fátima Alas, vocera del Movimiento por la Salud doctor Salvador Allende, señaló que no es en los centros de vacunación donde se escoge a quiénes van a llamar para ser vacunados, sino que ellos solo reciben los listados que envía el Ministerio de Salud. Comentó que sabe de casos en los que personal de salud que labora en centros donde se está aplicando la vacuna es llamado para que se mueva a otros centros para poder recibir la primera dosis de su vacuna.

“Inicialmente en el tema de vacunación fueron comunicados algunos criterios y personal que iba a ser sometido a este proceso; sin embargo, al iniciar este proceso se identificó que no necesariamente se cumplieron los criterios. Iba a ser un tema ocupacional y de exposición, pero en la práctica se identificó que tanto personal con cierto nivel de exposición como personal cumpliendo roles un poco más administrativos fueron incorporados en este proceso”, dijo Alas.

El vicepresidente del Colegio Médico, Miguel Majano, también es de los que ve en el proceso de vacunación un “desorden”. Dijo conocer casos de médicos en unidades de salud del ISSS y del Minsal que aún no han sido vacunados. Majano cuestionó que no hay claridad sobre quién está elaborando estas listas para vacunación y bajo qué criterios. “Mucha gente que debería haber sido vacunada, no ha sido vacunada”, dijo.

Sin respuestas

El representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Franklin Hernández, acompañó al ministro Alabí en el recibimiento del tercer lote de vacunas que llegó a El Salvador y su traslado hacia el Centro Nacional de Biológicos (CENABI) donde se almacenaron. Hernández aceptó que las dosis recibidas no han sido suficientes para cubrir a todos y comentó que “estas dosis (las del tercer lote) sirven para cubrir al resto del personal prioritario de primera fase”.

Ante la consulta sobre las quejas del personal de salud por la falta de cobertura a toda el personal de primera línea, Hernández respondió que eso es algo que el gobierno debe aclarar.

 “Yo creo que ustedes deben estar conscientes que no hay suficientes vacunas y todos queremos vacunarnos. Es algo que le corresponde a las autoridades nacionales, que ellos puedan aclarar”, dijo el representante de la OPS.

GatoEncerrado y otros periodistas han intentado preguntar al ministro Alabí por qué todavía hay personal médico de primera línea que aún no ha sido vacunado, mientras que personal que no es de primera línea ya fue vacunado. Pero, el funcionario no solo no ha contestado, sino que no ha permitido preguntas.

El 4 de marzo, en la entrevista Frente a Frente, Alabí dijo que cada vial de las 20,000 vacunas recibidas de AstraZeneca daba para colocar 10 u 11 dosis. Alabí también detalló que el Ministerio de Salud usa “jeringas especializadas” para que queden menos residuos de la vacuna y así poder colocar más dosis. Era la primera vez, desde la llegada del lote, que Alabí mencionaba el dato. Eso generó confusión.

El infectólogo Solano Leiva explicó que Salud está usando jeringas que han sido donadas para la aplicación de la vacuna y permiten no perder dosis de los frascos multidosis. Cada vial de la vacuna AstraZeneca tiene capacidad para al menos 11 dosis.

Desde el día cuando se recibió el primero lotes, el presidente Bukele aseguró que el gobierno aplicaría al menos 2,000 vacunas por día y que paulatinamente se iría incrementando la cantidad de dosis aplicadas a diario.

El 22 de marzo por la mañana, nuevamente en la entrevista Frente a Frente, Alabí informó que ya había aplicado 49,079 vacunas. Por lo que aún no se ha llegado a la meta de aplicar 2,000 dosis por día.

Otra de las preguntas sin respuestas que tiene el personal médico es por qué el Ministerio de Salud ha aplicado a militares y policías vacunas marca Pfizer, que según expertos tienen una mayor efectividad que las de la marca AstraZeneca.

“¿Cuál fue el criterio para poner el lote de la vacuna de Pfizer al Ejército? Cuando no han vacunado al 100 % (del personal médico)”, se preguntó Ricardo Lara, médico epidemiólogo de la Unidad Médica Ilopango. Lara dijo que en su centro de salud se dio prioridad al personal del gripario y a la consulta externa, pero que realmente no se ha logrado vacunar a todo el personal médico que labora en esa unidad.

Además, consideró que el Ministerio de Salud también debería incluir a todos los médicos que realizaron su año social durante la pandemia. “Todos ellos se expusieron, ahorita están sin trabajo, esperando graduarse, pero hicieron una gran labor. Debería ser deber del Estado reconocer su trabajo”.

Otra de las peticiones que han hecho a Salud es que incluya en las listas de vacunación a los estudiantes de medicina que ya realizan sus prácticas en hospitales y clínicas. “De parte de las autoridades de la Universidad de El Salvador (UES) se está realizando la gestión para la pronta vacunación de los miembros de la comunidad universitaria”, publicó la cuenta de la La Facultad Multidisciplinaria de Occidente de la UES.

Por otro lado, tampoco hay información sobre la inclusión de personal sanitario de entidades como el Instituto Salvadoreño de Rehabilitación Integral (ISRI) que están en constante contacto con población de riesgo, como los adultos mayores. 

Otra de las principales quejas ha sido la falta de inclusión del personal de las clínicas y consultorios privados del país: “Nos han estado llamando los colegas privados, que ellos ven pacientes COVID en sus consultorios”, dijo Majano del Colegio Médico, quien señaló que hay zonas del país donde estos consultorios atienden a tantos pacientes como las unidades de salud.

Majano expuso que desde el Colegio Médico han solicitado una reunión con el Ministerio de Salud para que tome en cuenta las necesidades del personal médico del sector privado, pero no han recibido respuesta.

Después de que el Colegio Médico considerara hacer un llamado a la OPS, el Minsal comenzó a llamar a médicos privados mayores de edad para ser vacunados, según afirmó el médico infectólogo Jorge Panameño: “El mecanismo Covax establecía que había que vacunar médicos públicos y privados”.

A pesar de la poca información que el personal médico, tanto público como privado, ha recibido sobre el proceso de vacunación, el ministro sí se ha intentado justificar por qué el gobierno ha decidido vacunar a personal que no está en contacto directo con pacientes COVID.

“En la lista de prioridad al personal de primera línea no sanitario, a este personal de primera línea que está en toda la logística y en la ayuda de la estrategia anticovid en nuestro país. Los maestros, la Fuerza Armada, la Policía Nacional Civil, Protección Civil, bomberos, hablamos de ciertos personajes que forman un papel importante en la promoción de la salud, como es la comunicación”, dijo Alabí.

El ministro de Salud también ha prometido que en las primeras semanas de abril iniciará la fase de vacunación de los salvadoreños con enfermedades crónicas y las personas arriba de 50 años, pero hasta el momento todo eso también es un incógnita y no hay ni la más mínima información sobre el proceso de inscripción y convocatoria. 

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