Foto/Emerson Flores

Un discurso para defender al Plan Control Territorial y Régimen de Excepción

El presidente de la República, Nayib Bukele, inició su discurso de tercer año de gobierno con la proclamación de estar “a punto de ganar la guerra contra las pandillas”. Similar al año anterior, un grupo de invitados en el área del mezzanine del Salón Azul de la Asamblea Legislativa se mantuvo vitoreando al presidente y abucheando el nombre de los diputados de oposición, la novedad fueron los gritos de “reelección”, sin temor alguno a la pérdida de derechos de ciudadanía.

Por Xenia Oliva

Por Xenia Oliva

“¡Reelección! ¡Reelección! ¡Reelección!”, fueron parte de los vítores que lanzaban las personas que pudieron ingresar al área de visitantes del mezzanine de la Asamblea Legislativa. Desde temprano, movían carteles con mensajes de apoyo al gobierno de Nayib Bukele y otros pidiendo su reelección.  “Van 3 años. Faltan 7”, decía uno de los mensajes con una fotografía del mandatario pegada en medio. 

Hubo unos diputados, como William Soriano, que ingresaron al área y se tomaron fotografías con los visitantes, quienes además de los cánticos de apoyo pasaron el tiempo haciendo la ola antes de que iniciara la sesión solemne. 

Cuando Bukele ingresó al Salón Azul, los gritos de “Reelección” siguieron, incluso durante su discurso y después de este. 

La mayor conmoción de aplausos y gritos de reelección se dio después de que Bukele dijera: “Estoy aquí para decir a todos algo que muchos pensaron que era imposible, y que hasta hace poco nadie hubiera creído que fuera así, estamos a punto de ganar la guerra contra la pandillas”. 

Una de las invitadas estaba tan emocionada, que no se fijó que su cartel estaba al revés en varias ocasiones. 

Apoyo. Algunas personas llegaron a la Asamblea para dar mensajes de apoyo al gobierno. En varios ocasiones también gritaron pidiendo la reelección del mandatario.

Hasta ese momento, Bukele solo había iniciado dando sus saludos a los presentes en la Asamblea Legislativa. Dedicó parte de su saludo a la primera Dama, Gabriela de Bukele, destacando su trabajo por la primera infancia, aunque no mencionó directamente la Ley Nacer con Cariño. Entre el resto de sus saludos incluyó al procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, aunque Apolonio Tobar no estuvo presente en la sesión solemne. 

El director de Centros Penales, Osiris Luna, y el director de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín, fueron parte de los funcionarios ausentes. Mientras que hubo figuras nuevas, como Max Keiser, uno de los principales voceros del bitcoin, y Daniel Baldwin, traído por el gobierno para impulsar la producción de cine. 

Al igual que en el discurso de segundo año de gobierno, el presidente Bukele se enfocó en un “enemigo” de la nación. El año anterior fue el aparato ideológico y los poderes fácticos. En esta ocasión, las pandillas y quienes les “respaldan”. 

De igual forma, después de sus saludos y su proclamación inicial, Bukele volvió a hacer un recuento de la historia del país, en este caso enfocada en la evolución del fenómeno de la violencia. 

Curiosamente, a diferencia de discursos anteriores, el presidente Bukele no mencionó la tregua entablada entre gobiernos anteriores y pandillas. Sino que en esta ocasión se refirió a que la oposición estaba en contra del Plan Control Territorial porque habían hecho de la violencia su negocio. Bukele mencionó que ahora la prisiones ya no son cuarteles de las pandillas donde hay fiestas, ni salen órdenes, señaló que sí lo era en gobiernos anteriores. Pero no dijo directamente la palabra tregua o habló de que negociaron con criminales como lo hizo en su discurso del año pasado. 

“Por eso, la oposición, esos partidos, sus panfletos, sus oenegés satélites, que al final solo son títeres de titiriteros mucho más poderosos que ellos, comenzaron a bloquearnos y a crear una campaña contra el Plan Control Territorial porque sabían que estábamos poniéndole el fin a su negocio”, dijo el presidente. 

Tras su recuento histórico, Bukele habló de los logros alcanzados durante sus primeros años de gobierno en el tema de seguridad y defendió al Plan Control Territorial.

“No empezamos a vencer a las pandillas con el Régimen de Excepción, que la semana pasada esta Asamblea extendió por tercer mes consecutivo. Ya llevamos tres años fuera de la lista de los países más violentos del mundo y eso tampoco ha sido al azar. Esta victoria la empezamos a preparar y a planificar antes de asumir la presidencia y dimos el primer paso 19 días después, el 20 de junio de 2019, cuando lanzamos el Plan Control Territorial”, dijo.

Bukele señaló que los partidos de oposición bloquearon el financiamiento del Plan Control Territorial. “A pesar de los bloqueos logramos conseguir algunos fondos para seguir financiando el plan y ya con esta nueva Asamblea logramos aprobar el financiamiento hace unos meses”, dijo Bukele. 

Este financiamiento por $109 millones fue aprobado por la nueva Asamblea Legislativa pocos días después de haber iniciado en mayo del año pasado, es decir que ya transcurrió un año desde que fueran aprobados los fondos. Además fue ratificado a inicios de julio 2021.

El presidente de la República saluda a su madre Olga Ortez. Atrás están sus hermanos.

Bukele expuso que con la fase II del Plan Control Territorial comenzaron a construir oportunidades en las comunidades afectadas por la violencia. “Para arrebatarle a las pandillas sus semilleros”. Sin embargo, durante el régimen han sido recurrentes las denuncias de jóvenes detenidos solo por vivir en comunidades consideradas marginales o estigmatizadas. Al mismo tiempo, hay denuncias de detenciones de personas que ya eran parte de programas de rehabilitación.  

“Tuvimos éxito en cada fase, aunque algunas de ellas todavía se están implementando, y los resultados nos dieron la razón: redujimos los homicidios en más del 80 % ¿Cómo pueden decirnos que no existe el plan de control territorial?”, cuestionó Bukele. 

Justifica la imposición de los magistrados y fiscal 

La siguiente parte del discurso de Bukele se centró en la situación actual del régimen de excepción, tras una escalada de violencia que dejó 87 personas asesinadas durante tres días entre el 25 y el 27 de marzo.  

“Sin embargo, y a pesar de todo, a finales de marzo las pandillas lograron coordinar un ataque a escala nacional que dejó 87 salvadoreños muertos. Y si bien esa cantidad era normal en cualquier grupo de tres días del gobierno anterior, era totalmente inaceptable para este gobierno”. 

El 26 de marzo de 2022 se convirtió en uno de los peores días en la historia del país, con 62 homicidios registrados en 24 horas. Esta cifra superó el récord diario de los homicidios registrados en agosto de 2015, uno de los meses más violentos en la historia del país. 

Bukele expuso cómo el Régimen de Excepción les ha permitido atrapar más rápido a los pandilleros y dejarlos más tiempo en prisión con las reformas aprobadas.  

El presidente, además, aseguró que el nuevo call center para recibir denuncias contra pandilleros está recibiendo cientos de llamadas. 

El magistrado de la Sala de lo Constitucional Luis Javier Suárez Magaña se toma una selfie con su colega José Pérez Chacón y el alcalde de San Salvador, Mario Durán.

Bukele agradeció a los agentes de la Policía y la Fuerza Armada, pero también al nuevo fiscal impuesto por la Asamblea Legislativa, Rodolfo Delgado. 

“Se hubieran imaginado que hubiera pasado si hubiéramos seguido el consejo de la comunidad internacional y hubiéramos dejado el fiscal anterior. Por eso también quiero hacer este reconocimiento extensivo a esta nueva Asamblea. Sin ustedes nada de esto hubiera sido posible. Los que antes ocupaban estos curules, solo se preocupaban porque el viejo sistema se mantuviera para seguir haciendo de la violencia a un negocio”.

El siguiente punto de Bukele fue asegurar que El Salvador es un país soberano. “Y ese mismo mensaje va para nuestros amigos y no tan amigos de la comunidad internacional”. 

Bukele volvió a retomar el tema del aparato ideológico, asegurando que intenta manipular. “Dicen que aquí hay una dictadura, porque ahora sí hay liderazgo, hay valentía, hay firmeza y hay visión para hacer lo que el pueblo salvadoreño necesita, en lugar de quedarse dormido en las reuniones”, dijo en referencia al anterior presidente, Salvador Sánchez Cerén.

Bukele expuso que se debe tener claro quiénes son los que condenan al gobierno. Aseguró que son dos grupos: las organizaciones internacionales y la oposición. El primero se refirió a las entidades defensoras de derechos humanos que han hecho señalamientos ante las denuncias por violaciones. 

El presidente nuevamente presentó sus estadísticas de los homicidios registrados en mayo, para asegurar que El Salvador se ha convertido en el país más seguro de América Latina. En esta ocasión fue directo al decir que no toma en cuenta las muertes de los pandilleros. 

“Nos ha costado muchísimo, pero fuimos ganando cada batalla, vencimos a la vieja Asamblea que se oponía todo, vencimos a la vieja Sala, que de seguro hubiera declarado inconstitucional el régimen excepción o las leyes contra las pandillas, vencimos a jueces y fiscales que los hubieran dejado libres a los pandilleros capturados y lo hicimos todo democráticamente, los que dicen lo contrario, simplemente no les gusta la democracia”, sostuvo Bukele. 

El presidente hizo un llamado a los salvadoreños: “apoyemos sin titubeos esta batalla, no desaprovechemos la única oportunidad que vamos a tener, no hay otra, lo logramos ahora o no lo logramos nunca”. 

Al terminar su discurso, Bukele no necesitó pedir un juramento como el año anterior. Los ciudadanos visitantes comenzaron a aplaudir y  gritar “Reelección”. La emoción en sus rostros seguía ahí aún después de que Bukele saliera del Salón Azul. 

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