Foto/Melissa Paises
Durante la mañana del 15 de septiembre, las Fuerzas Armadas desfilaron para conmemorar el 201 aniversario de la independencia. El desfile militar también sirvió como acto previo, colorido y festivo para el anuncio del presidente Nayib Bukele sobre su intención de buscar la reelección presidencial. Paralelo al desfile militar, una multitud menos numerosa marchó en contra de las medidas del Gobierno de Bukele, la reelección y en contra del régimen de excepción.
El desfile de este 15 de septiembre, para conmemorar los 201 años de Independencia de El Salvador de la corona española, fue aprovechado por el Gobierno de Nayib Bukele para enaltecer una vez más a las Fuerzas Armadas de El Salvador (Faes) que han sido un actor importante durante su gestión. También fue el acto previo, de color y festivo para anunciar que el mandatario buscará la reelección presidencial, a pesar de que está prohibida por la Constitución de la República.
El desfile inició a las 8:30 de la mañana desde la plaza Salvador del Mundo hasta el parque Cuscatlán, por toda la alameda Roosevelt en donde miles de ciudadanos se congregaron junto a empleados del gobierno para presenciar el despliegue militar y apoyar al presidente.
Mientras tanto, otra multitud menos numerosa se desplazó por la Alameda Juan Pablo II hasta la plaza Libertad, en el centro de San Salvador, para protestar en contra de las medidas tomadas por el Gobierno de Bukele y su Asamblea Legislativa, como el régimen de excepción y las seis prórrogas que violan derechos humanos, la inconsulta Ley Bitcoin, la concentración de poder que habilita la reelección presidencial y otras.
En la alameda Roosevelt, muchas familias mostraban que estaban con deseos de presenciar un nuevo desfile, ya que desde 2020 por la pandemia no pudieron estar en uno y el año pasado la presidencia prefirió hacer un pequeño acto cívico desde Casa Presidencial y transmitirlo por radio y televisión, mientras en la mañana de ese día también hubo protestas en contra de la administración Bukele.
Este año, circuló en redes sociales que empleados de algunas instituciones públicas fueron obligados a participar entre la multitud que presenció el desfile militar. GatoEncerrado constató que el partido oficialista Nuevas Ideas movió miles de personas en autobuses desde diferentes puntos del país. Desde Soyapango, por ejemplo, el partido y la alcaldesa Nercy Montano movilizaron alrededor de 5,000 personas para ver cómo estudiantes de la Escuela Militar encabezaron el desfile, seguido del Ministerio de Defensa Nacional que utilizó fuegos artificiales para generar una atmósfera militar.
En total, 4,000 elementos de la Fuerza Armada marcharon sobre la alameda Roosevelt de San Salvador, procedentes de divisiones como: Fuerza Naval, Caballería, Francotiradores, entre otras.
El desfile fue la oportunidad perfecta para que el Gobierno mostrara el equipo que utiliza la institución castrense. Hasta la fecha, el Ministerio de Defensa es una de las instituciones de Gobierno que ha registrado un considerable incremento en su presupuesto, esto al pasar de $145.1 millones cuando Bukele llegó al Ejecutivo en 2019 a $256.6 millones en 2022.
Recientemente, el ministro de la Defensa, René Merino Monroy, quien estuvo presente en el evento cívico entregó a las Fuerzas Armadas un lote de 800 fusiles de asalto ARAD valuado en $1.2 millones.
Con este armamento, los soldados apuntaron a la multitud que aplaudía frenética las detonaciones y disparos de demostración, en medio de un régimen de excepción.
La multitud también celebró con aplausos y gritos cuando las aeronaves militares hicieron su exhibición.
El oficialismo recalcó este 15 de septiembre que las instituciones se presentaban porque “hoy se está viviendo la verdadera independencia”. Por lo tanto, diputados de la bancada de Nuevas Ideas asistieron al evento y saludaron a los asistentes, así como el ministro de Seguridad, Gustavo Villatoro, y la comisionada presidencial, Carolina Recinos. La ministra de Vivienda, Michelle Sol, también se hizo presente para “disfrutar de esta fiesta cívica”.
Finalmente, circularon las 22 Bandas de Paz de centros educativos junto a cachiporras y bailarinas, que totalizaron a tres mil alumnos.
Entre las bandas estudiantiles que vistieron de color las calles capitalinas está el Instituto Nacional de Apopa, que encabezó a los centros escolares; el Complejo Educativo Tomás Cabrera, Complejo Educativo Villa Mariona, Instituto Nacional Francisco Menéndez (Inframen), y el Instituto Técnico Industrial.
Mientras el Gobierno celebraba la Independencia con el desfile de militares armados, vehículos y aviones de guerra, otra marcha de personas descontentas con el Ejecutivo se desplazó hacia la plaza Morazán de San Salvador. Denunciaron que la administración Bukele violenta los derechos humanos durante el régimen de excepción. El mismo día, pero del año pasado una multitudinaria marcha salió a las calles para denunciar la destitución de los magistrados de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia y la destitución de jueces, pero la marcha de este 2022 tuvo menos asistentes.
“No queremos más régimen de excepción, no queremos más persecución contra la juventud y contra las comunidades (…) Este gobierno ha metido en la cárcel a miles de personas que no tienen vínculos con las pandillas”, señaló una manifestante durante la concentración que inició en la Plaza de la Salud, frente al Hospital Rosales.
Entre los que protestaron estaban las familias que denunciaron las capturas arbitrarias de sus parientes en medio del régimen de excepción. Uno de esos casos es el de José Alfredo Vega González, detenido junto a su hermano Vidal Adalberto Vega, el 17 de mayo de 2022. Ambos son pescadores del Bajo Lempa, en el departamento de Usulután. Su madre solo sabe que se encuentran en el Centro Preventivo y de Cumplimiento de Penas Izalco. Los dos representaban el sustento económico de su hogar, así que la familia ha tenido que vender sus animales para pagar los paquetes de artículos de higiene personal que deben llevar al centro penitenciario.
“Hemos sido víctimas de pandilleros y víctimas de la autoridad”, resumió la madre de José y Vidal. Antes de vivir en Usulután, los hermanos y la familia vivían en el departamento de San Salvador, pero ante el acoso de las pandillas y las amenazas de muerte, tuvieron que escapar hasta la zona oriental del país: “para que mis hijos tuvieran libertad, pero nos salió peor”, lamentó la madre.
En la marcha, denunciaron que la mayoría de las personas capturadas durante el régimen de excepción son hombres jóvenes, acusados de pertenecer a las pandillas sin mayores investigaciones por parte de la Fiscalía General de la República y de las fuerzas de seguridad. Por ello, cientos de mujeres, madres, hermanas y esposas, salen con rumbo a los centros penales y otras instituciones estatales en búsqueda de información sobre sus parientes encarcelados.
Para los Siempre Sospechosos de Todo, una organización defensora de derechos humanos, se trata de una procesión de mujeres: “Los gobiernos anteriores habían realizado detenciones ilegales; sin embargo, este gobierno lo ha hecho de manera exponencial. La pregunta es cuál es el margen de error de esta fábrica de víctimas”, cuestionó Víctor “Cracky” Rodríguez, miembro de la organización y agregó, mientras cargaba una figura, que su protesta consistía en un acto artístico para “santificar a las madres que buscan a sus hijos, ¿Verdad que sos una santa?”.
Hasta la fecha, según las denuncias de familias y organizaciones civiles de derechos humanos, han muerto en manos del Estado alrededor de 79 personas en Centros Penales. Algunas de esas han presentado signos de torturas. Sulma Orellana, una manifestante, expresó que marchó en contra de la violación a los derechos humanos: “Estamos marchando por conservar la independencia y por recuperar la libertad. Queremos que El Salvador sea libre (…) Muchas personas han sido detenidas injustamente, han muerto y muchas otras están sufriendo. Hay madres que no saben dónde están sus hijos”, indicó.
Investigaciones periodísticas han evidenciado que el rompimiento de la negociación entre el gobierno y las pandillas provocó un repunte histórico de homicidios entre el 26 y 27 de marzo de este año, con el cual el oficialismo justificó la implementación del régimen de excepción. Ante este panorama, el actual procurador de derechos humanos, Apolonio Tobar, no se ha pronunciado y miles de familias denuncian que la institución no les ha apoyado en cuanto a las detenciones arbitrarias de sus parientes.
“Apolonio (Tobar) es un muñeco callado y de cartón, se lava las manitas protegiendo al dictador”, fue una de las consignas de las Juventudes Antifascistas.
También marchó Eneyda Abarca, quien busca desde hace 9 meses a su hijo desaparecido Carlos Ernesto Santos, de 22 años.
“No encuentro a mi hijo. Necesitamos más apoyo de las autoridades. Necesitamos más avances y esta es la lucha que nosotros tenemos. Desde el primer día andamos buscándolo”, lamentó Eneyda. Mencionó que actualmente sufren desgaste económico, físico, psicológico y emocional por la desaparición de su hijo. Lo han buscado en cada rincón del país: San Vicente, Zacatecoluca, Usulután, San Rafael Obrajuela, son algunos de los lugares de la larga lista, sin embargo, nunca es suficiente. Según la tía de Carlos, fue visto por última vez en el Parque Cuscatlán, desde entonces, recorre el parque casi a diario con la esperanza de encontrarlo.
Las personas también marcharon en contra de la resolución que emitió la Sala de lo Constitucional impuesta por el oficialismo que avala la reelección presidencial. Alexis Torres dijo que este día marchó para decirle al presidente Bukele que no está permitida la reelección, según el artículo 152 de la Constitución de la República. “Han interpretado la ley a su antojo. La sociedad civil debe estar pendiente de defender la Constitución”, recomendó.
Para Antonio, la conmemoración de la Independencia es un día ideal para protestar contra “la falta de transparencia, rectitud, verdad y honestidad”. Lleva tres marchas protestando descalzo y vestido de color blanco. “El gobierno debe decir la verdad sobre en qué están gastando el dinero”, concluyó.