Periodista y activista social.
En primer lugar, “Miss Universo” y toda la propaganda montada a su alrededor sirvió para alimentar la fantasía de un “país diferente” y una especie de orgullo nacional basado en la creencia de que ahora “el mundo nos mira con buenos ojos”.
Por Leonel Herrera*
Antes de Nayib Bukele fue el dictador Arturo Armando Molina el último presidente salvadoreño en realizar el concurso de belleza “Miss Universo” en 1975. Con el certamen de belleza, este militar -asesino de estudiantes universitarios, sindicalistas y opositores políticos- llegado al poder mediante un escandaloso fraude electoral, intentó desviar la atención pública de sus políticas represivas, las injusticias sociales y la miseria en que vivía la inmensa mayoría de la población.
Recordar el antecedente histórico es importante para constatar que, al menos en El Salvador, organizar estos eventos banales que distraen y emocionan a la gente es propio de gobernantes autócratas que siguen la vieja estrategia del circo romano de hace dos mil años. Bukele, 48 años después de Molina, habría tenido objetivos similares para montar este glamuroso concurso mundial.
En primer lugar, “Miss Universo” y toda la propaganda montada a su alrededor sirvió para alimentar la fantasía de un “país diferente” y una especie de orgullo nacional basado en la creencia de que ahora “el mundo nos mira con buenos ojos”. “Por primera vez aquí se hace este tipo de eventos”, me dijo una señora, en un comedor, repitiendo una frase icónica de las ínfulas de grandeza del mantra publicitario oficialista. Le recordé que no era la primera vez.
“Escogieron a El Salvador por tener al mejor presidente”, me dijo un joven conductor de UBER, aún más despistado que la señora del comedor. Le conté que República Dominicana rechazó organizar el certamen porque consideró demasiado alto el costo financiero y que entonces Bukele se ofreció considerando los réditos, especialmente políticos de cara a su reelección inconstitucional.
Para una muchacha que viajaba en un bus, el país consiguió ser sede de “Miss Universo” porque “es el más seguro de América Latina”, como dijo Bukele en la ONU. Ella ha escuchado que el actual gobierno negoció con las maras y liberó ilegalmente a un jefe de la pandilla Mara Salvatrucha-13 conocido como “Crook”, pero cree que son “mentiras de El Faro”. Le aclaré que lo publicó ese medio digital, pero lo ha confirmado el FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Estas ilusiones esconden el verdadero país y la situación real de la gente: los encarcelados inocentes del régimen de excepción, alimentos y demás productos básicos más caros, incremento de la pobreza, bajos salarios, migración forzada, crisis alimentaria, falta de viviendas, deterioro del medioambiente, corrupción, despido de empleados públicos, endeudamiento interno y externo, despilfarro en propaganda, abandono de la educación, militarización, desmantelamiento del INJUVE y el INSAFORP, falta de independencia judicial, violaciones de derechos humanos, pactos con maras y favores a cabecillas pandilleros que empañan la mejora en seguridad percibida por la población.
En segundo lugar, “Miss Universo” fue un descarado acto propagandístico orientado a potenciar la candidatura ilegal de Bukele, a escasos tres meses de las elecciones a las que se presentará violentando siete artículos de la Constitución de la República que prohíben la reelección presidencial continua.
El candidato inconstitucional recibió a las concursantes en Casa Presidencial, pareció el principal actor en el evento final del certamen y antes hizo que las “misses” lucieran una gorra con el mensaje “Bukele 2024”. Los 12 millones de dólares pagados a una empresa en quiebra por el derecho de realizar el certamen y los 100 millones que -según la embajadora y ex miss El Salvador Milena Mayorga- el gobierno gastó en el concurso, realmente fueron invertidos en la ilegal campaña electoral del mandatario.
Entre paréntesis: el marco del concurso de belleza Bukele, junto a su hermano Karim, también inauguró la nueva Biblioteca Nacional (BINAES) donada por China, lo hizo como si se tratara de un parque de diversiones. El candidato inconstitucional prefirió exaltar su figura, en vez del nombre del país que puso los fondos y construyó la obra. Saludó con sombrero ajeno, como dice la frase popular.
Y en tercer lugar, “Miss Universo” fue presentado como un esfuerzo de “posicionar al país y atraer inversiones”. Esta razón parece “lógica”, pero también es una ilusión falsa. Ojalá vinieran inversiones al país como resultado del concurso, lo deseo como ciudadano preocupado por el desempleo y la falta de oportunidades; sin embargo, tengo serias dudas porque no conozco el caso de ningún país que atrajo inversiones organizando concursos de belleza, juegos deportivos o eventos similares. China, Vietnam y Singapur lo lograron con otras estrategias.
Las inversiones suelen ir a donde los Estados tienen reglas claras y las instituciones funcionan, hay mano de obra calificada y población con poder adquisitivo, se fomenta el consumo y promueve la innovación, se amplía el mercado interno y se generan posibilidades de exportación. En Centroamérica, Costa Rica es el que atrae más inversión extranjera; coincidentemente es el país con mayor nivel educativo, mejor sistema de salud, el que más protege el medioambiente y políticamente es el más estable, con mayor institucionalidad, más democrático y sin ejército.
Los inversionistas no dicen, como pensarían los fans de Bukele: “¡Wow!, El Salvador organizó el Miss Universo, es un país cool, tiene al mejor presidente.. Voy para allá a poner empresas”. Las cosas son un poco más serias y complejas, muchachos y muchachas. No es sólo “soplar y hacer botellas”.
Ya sucedió con el Bitcoin: se aprobó una ley para poner a este criptoactivo como “moneda de curso legal”, se prometió construir una “Bitcoin City”, se ofreció exoneración de todos los impuestos “para siempre” y se anunció la emisión de los “Bonos Volcán”. Sin embargo, no vino ningún inversionista de verdad, sólo “evangelistas criptomonederos” que vagabundean con sus trasnochadas ideas “libertarias” y anarcocapitalistas.
Como golpe de realidad, un día antes de la ceremonia final del concurso de belleza, la fábrica HanesBrands, ubicada en Lourdes, Colón, anunció su cierre, después de operar durante 30 años. Ya despidió a 702 empleados y pronto lo hará con otros más de 700. En total, unas 1,500 personas quedarán sin trabajo. La maquila estadounidense decidió irse, a pesar de “Miss Universo” (y a pesar de lo “cool”, del “país más seguro” y del “mejor presidente”).
Difícilmente atrae inversiones un país donde las reglas dependen del estado de ánimo y la voluntad de una sola persona que tiene el control de todo el aparato estatal, maneja irresponsablemente las finanzas públicas, agota las fuentes de financiamiento interno y no consigue préstamos en la banca multilateral, que no respeta las reglas democráticas y negocia con criminales.
Así que, terminado el show que entretuvo y distrajo a unos más que a otros, solo queda el desempleo, cierre de empresas, fuga de capitales, ingresos familiares insuficientes, amenaza de hambre, hospitales sin medicinas, escuelas esperando ser reconstruidas, la UES sin fondos y aún en manos del gobierno, calles (por donde no pasaron las “misses”) en ruinas, presos inocentes, la liberación ilegal del Crook, propaganda incesante, falta de transparencia, más migración hacia “el norte”, amenazas de desalojo y la democracia asesinada con la candidatura inconstitucional de Bukele.
Eso.
Periodista y activista social.