Denuncian la permisividad ambiental del bukelismo que agrava la crisis climática
Por Francisco Otero
Junio 4, 2024
Diversas organizaciones de sociedad civil realizaron una caminata ecológica este 4 de junio, en San Salvador, como lo hacen desde hace 24 años a propósito del Día Mundial del Medio Ambiente. En esta ocasión, denunciaron que la política pública en materia ambiental, que ha mantenido Nayib Bukele desde que llegó al poder en 2019, ha sido la de otorgar y agilizar permisos ambientales que agravan la crisis climática en El Salvador.
Criticaron que la visión mercantilista del gobierno pone en segundo plano los bienes naturales y prioriza la urbanización, la construcción de centros comerciales, la industria turística e incluso impulsa megaproyectos que no cumplen con los requerimientos técnicos de la Ley de Medio Ambiente, por lo que terminan afectando manglares, zonas de recarga hídrica y zonas protegidas. Bajo el argumento oficialista de “no se puede detener el desarrollo”, el gobierno ha permitido proyectos que no solo perjudican la biodiversidad, sino también la calidad de vida de la población salvadoreña.
En la marcha, también señalaron que la Asamblea Legislativa ha ignorado, postergado e incluso obstaculizado propuestas de ley sobre seguridad alimentaria y cambio climático, por lo que exigieron que estos temas sean retomados urgentemente.
Los participantes de la caminata ecológica se desplazaron desde el Parque Cuscatlán hasta la Asamblea Legislativa, donde entregaron un escrito para que retome la propuesta de “Ley de Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional” presentada en 2013, “que tiene como objetivo el apoyo a las comunidades en la producción de alimentos y la tenencia de tierra”, según explicó Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (Unes). En la entrada de la Asamblea, la caminata chocó contra la barricada y agentes de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía Nacional Civil (PNC).
La caminata ecológica fue encabezada por las iglesias históricas, quienes expresan que “la casa común resiste y exige justicia ambiental” ante los diversos daños ocasionados por sectores empresariales en nombre del “desarrollo económico”. Foto/Francisco Otero
Como parte de las expresiones simbólicas de la caminata ecológica, una de las participantes vacía el agua de un tecomate para mostrar la importancia de cuidar el agua ante los proyectos mineros transfronterizos, como la Mina Cerro Blanco en Guatemala, que podría contaminar las cuencas de El Salvador, especialmente el río Lempa que abastece al menos a 4 millones de personas salvadoreñas. Foto/Francisco Otero
Miembros de las iglesias históricas entonan la canción de Mercedes Sosa “Solo le pido a Dios”, en cuyos versos solicitan a un ser supremo “que lo injusto no les sea indiferente”. Foto/Francisco Otero.
Miembros de la organización ADES Santa Marta sostienen una manta en la que invitan a la sociedad salvadoreña a sumarse para salvar la tierra de la contaminación y destrucción ambiental. Foto/Francisco Otero
Una activista, quien también es parte de los pueblos originarios, sostiene una roca volcánica. En en la cultura náhuat, los volcanes son asociados a las moradas de dioses relacionados con la fertilidad y el bienestar de la comunidad. Foto/Francisco Otero
En su paso por la 25 avenida norte de San Salvador, una multitud de personas que exigen el cuidado del medio ambiente, contrastan con una sociedad que se moviliza con métodos altamente contaminantes para el aire, como los vehículos que utilizan combustible derivado del petróleo. Foto/Francisco Otero
Una mujer que participó de la caminata ecológica muestra su cartel con una exigencia para evitar la contaminación del aire, que es uno de los elementos vitales para la salud del planeta y en consecuencia de los seres humanos. Foto/Francisco Otero
“Fuera dueñas del Valle el Angel” se lee en el cartel que sostiene una mujer que participa de la caminata ecológica, quien denuncia el mega proyecto urbanístico en el norte de San Salvador que ha impulsado la familia Dueñas en complicidad con el Gobierno de Bukele. Ese proyecto, según las organizaciones, estaría afectando una importante zona de recarga acuífera, agarbando la escasez de agua en los distritos aledaños. Foto/Francisco Otero
Una activista sostiene un cántaro vacío, que “simboliza la escasez de agua en muchas comunidades de El Salvador y la importancia del cuidado de este recurso tan vital para todo el entorno”. Foto/Francisco Otero
Una persona de la tercera edad, que se asistió a la caminata ecológica, sostiene un cartel que invita a reflexionar sobre la importancia de rechazar la explotación minera metálica y que la ley que prohibe la minería no sea derogada, para conservar el agua. Foto/Francisco Otero
Como parte de las expresiones de la caminata ecológica, un asistente levanta un cartel con una contundente crítica a la destrucción del medio ambiente que es disfrazada de “progreso”, mientras que a la destrucción de productos hechos por la humanidad generalmente se le llama vandalismo. Foto/Francisco Otero
Silverio Morales, líder indígena, participa en la caminata ecológica sosteniendo unas mazorcas de maíz, que en la cosmovisión de los pueblos originarios simboliza la vida, la fertilidad y la abundancia, elementos que se encuentran amenazados por la destrucción del medio ambiente en El Salvador. Foto/Francisco Otero
A la llegada de la caminata ecológica a la entrada de la Asamblea Legislativa, los participantes fueron recibidos por una barricada colocada por personal de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía, para impedir el paso. Foto/Francisco Otero
Los ambientalistas, religiosos, personas organizadas y ciudadanos que participaron en la caminata no pudieron conversar con ningún diputado de Nuevas Ideas, el partido de Nayib Bukele. Al contrario, fueron recibidos por policías que no los dejaron acercarse hasta la entrada de la Asamblea. Foto/Francisco Otero
La única diputada del partido Vamos, Claudia Ortiz, fue quien recibió las dos piezas de correspondencia que las personas organizadoras de la marcha pretendían entregar en la Asamblea. La diputada se comprometió a entregarlas, para que el oficialismo pueda recibirlas. Foto/Francisco Otero