Nayib Bukele anunció en la madrugada del 28 de octubre la instalación de un cerco de seguridad en la colonia 10 de Octubre, del distrito de San Marcos, por la supuesta presencia de pandilleros en ese lugar. Al día siguiente, GatoEncerrado hizo un recorrido por la zona y conversó con algunos residentes, quienes expresaron estar de acuerdo con las medidas de seguridad implementadas por el gobierno, aunque estas vulneren los derechos humanos de la población. Ingrid Escobar, de Socorro Jurídico Humanitario, atribuye esta postura al miedo que puede significar para muchos estar en contra de las medidas del gobierno. Los habitantes también manifestaron su resentimiento por el abandono de los gobiernos de Arena y del FMLN en materia de seguridad y se mostraron dispuestos a respaldar la continuidad del régimen de excepción.
Noviembre 13, 2024
Puedes escuchar más notas de GatoEncerrado en Spotify y demás plataformas de podcast. Síguenos y comparte nuestro contenido con amigos y familiares. GatoEncerrado es un medio de comunicación independiente que hace periodismo explicativo, para entender lo que está pasando en El Salvador.
Síguenos en Spotify
“Que Dios me perdone, pero si las personas que no andan haciendo nada bueno tienen el valor de violar los derechos humanos de otra persona que sí anda trabajando conforme a la ley, ¿por qué a ellos no se les puede hacer nada y a la gente que anda trabajando en su sano juicio sí?”, fueron las palabras de Aydé Machado, una mujer de 38 años que apoya fielmente el régimen de excepción implementado por el presidente inconstitucional, Nayib Bukele, desde marzo de 2022, y que a pesar de haberle pedido perdón a Dios, no tuvo ningún problema en expresar que no pasa nada si bajo esta medida se violan los derechos de las personas.
Frente a su casa y bajo la sombra de un árbol, Aydé coloca su venta de café con pan que ofrece todos los días a los vecinos y demás personas que pasan por la zona. El reloj marca las 4:00 de la tarde de este 29 de octubre, y a unos cuatro metros, ante la mirada de varios policías que estaban en un microbús, ella accedió a conversar con esta revista sobre el cerco de seguridad con 2,000 soldados y 500 policías que se instaló por orden de Bukele en la colonia 10 de Octubre, en el distrito de San Marcos, en San Salvador Sur. Un operativo que, según el presidente de facto, se ejecutó porque tenía información de inteligencia policial sobre supuestos miembros de pandillas que se estaban reagrupando en esa colonia.
Aydé coincidió con la versión de las autoridades y aseguró que en los últimos días vieron a jóvenes con supuesta apariencia de pertenecer a pandillas. Agregó que uno de los delitos que había incrementado en la zona era el hurto de vehículos, esto a pesar que a menos de 200 metros se encuentra la delegación policial.
Además de estar a favor del cerco de seguridad, la vendedora también apoya la continuidad del régimen de excepción, a pesar de que desde su entrada en vigencia en marzo de 2022, han ocurrido cientos de violaciones de los derechos de los salvadoreños. Organizaciones no gubernamentales como Socorro Jurídico y Cristosal han denunciado procesos judiciales en los que no se cumple el debido proceso, además de capturas arbitrarias por parte de policías y soldados a quienes sus jefes han nombrado “jueces de la calle”. GatoEncerrado también ha documentado y publicado casos de graves violaciones a los derechos humanos en este contexto.
Aydé incluso se cuestiona por qué habría que tener algún tipo de consideración cuando los miembros de las pandillas hicieron daño a la población.
“Yo creo que violar mi derecho es que esté aquí tranquila haciendo mi trabajo y venga alguien de repente a querer perjudicarme, ahí si está violando mi derecho. Pero si viene la autoridad y lo pone en su lugar eso no es violar su derecho, porque el derecho él lo pierde cuando comenzó a molestarme a mí. Gracias a Dios que hacen esto y sería bueno que al final sea en todos los lugares, que vayan así y que no bajen la guardia”, concluyó Aydé.
En la 10 de Octubre, una colonia que surgió como un asentamiento de personas damnificadas del terremoto del 10 de octubre de 1986, hay más personas que comparten los pensamientos y opiniones de Aydé sobre el régimen de excepción y el cerco de seguridad que implementó Bukele.
José Portillo está por llegar a la tercera edad y vive en la colonia 10 de Octubre desde 1987. A sus 59 años dice que Dios le ha permitido conocer cómo ha evolucionado el fenómeno de las pandillas en El Salvador y cómo la derecha e izquierda política del país contribuyeron a que estas se masificaran, porque les dieron beneficios económicos.
De hecho, la colonia en la que vive se hizo conocida por ser uno de los lugares que se tomaron las pandillas. El simple hecho de quedarse dormido en un microbús de la ruta 11 que hace su recorrido por la zona y pasar el límite —un túnel de la Autopista Comalapa— era sinónimo de muerte, y más si se trataba de un hombre joven. Así lo cuentan los habitantes de ese lugar.
Sentado en una silla, frente a la mirada de decenas de soldados y policías que pasaban a cada instante por su negocio, José asegura que Nayib Bukele es un “enviado de Dios” y ha hecho el milagro de devolver la paz a El Salvador.
“Creo que estamos viviendo un ambiente bastante tranquilo después de que empezó la seguridad promovida por el presidente Nayib Bukele. Estamos agradecidos con Dios por darnos un presidente como él, y esperamos que siga la seguridad así como la hemos tenido y que no vuelva la etapa oscura que vivimos durante años”, dijo Portillo.
Para él, hablar de si se violan los derechos humanos con el régimen de excepción no tiene tanta relevancia porque dice que todos los gobiernos los han violado. Incluso, da a entender que quienes han sido detenidos por supuestamente ser miembros de pandillas, deberían agradecer que gracias al régimen de excepción aún están con vida.
Sobre si Bukele es o no un dictador, José lo tiene claro: no lo es. Dice que eso se lo mencionaron antes de que ganara el primer mandato constitucional.
“Yo me decía: ¿qué dictadura es mejor, si esta dictadura que tenemos es peor? Mire, una dictadura es aquella que oprime a la gente y cuál era la dictadura que estaba oprimiendo a la gente, la dictadura de las maras. Usted no podía entrar a cualquier colonia”, dijo Portillo.
La guerra expulsó en 1989 a José Alfredo Flores del distrito de San Agustín, en Usulután, una zona con presencia guerrillera en ese momento. A sus 15 años tuvo que refugiarse en San Salvador con algunos familiares porque querían obligarlo a que se uniera a la guerrilla.
Ahora tiene 50 años y desde hace 18 recorre los pasajes y la calle principal de la colonia 10 de Octubre vendiendo pan francés o minutas, un raspado de hielo endulzado con jarabes de diferentes sabores. Antes también fue motorista y cobrador de la Ruta 11. La tarde del martes 29 de octubre se movilizaba en una moto que ha modificado para adaptar un carretón y llevar el producto que vende.
Luego de preguntarle por el precio de las minutas, porque era necesario ante el incesante calor, Flores conversó con GatoEncerrado sobre el despliegue militar que había en la zona. De inmediato dio a conocer que estaba de acuerdo con todo lo que se realizaba, y él, al igual que las demás personas entrevistadas, no dudó en darle un cheque en blanco a Bukele para actuar a su conveniencia con el régimen de excepción y el cerco de seguridad.
Flores culpa a Arena y al FMLN de no haber podido completar sus estudios. Su resentimiento hacia estos partidos políticos es tal que, a pesar de mencionarle algunos informes en los que se comprueba que hay violaciones a los derechos humanos o que la misma Corte Interamericana de Derechos Humanos ha pedido al gobierno de Bukele que derogue el régimen de excepción, él se mantiene firme en su apoyo a estas medidas.
“El político siempre lo vamos a tener atajando lo bueno. Lo que ellos no pudieron hacer en aquel tiempo, que dejen hacer lo que el hombre (Nayib Bukele) está haciendo, porque esa es pura mentira. Cómo voy a preferir yo que me estén matando a andar libremente. Eso ellos lo tuvieron que hacer hace años, pero fue algo que no hicieron. Ellos nada más que se tapen la boca y que dejen hacer lo que Nayib Bukele está haciendo porque es un bien para el pueblo”, mencionó Flores.
Desde que se aprobó el régimen de excepción el 27 de marzo de 2022 se han establecido más de 10 cercos de seguridad. El primero fue en octubre de ese mismo año cuando supuestos miembros de pandillas asesinaron a un mandador en una finca de café en Comasagua, La Libertad.
En la zona norte de Apopa también se establecieron cercos de seguridad en las colonias Tikal 1, 2 y 3, colonia Chintuc y Reparto Valle del Sol. Otro lugar en donde se implementó la misma medida fue en el Reparto La Campanera, en Soyapango.
En más de una ocasión, Jonathan Rivas, de 33 años, ha sido detenido por policías que han visto sus tatuajes en los brazos y el cuello. Él dice que es el trabajo de ellos y hay que respetarlo, a pesar de que se han reportado muchos casos en los que jóvenes han sido detenidos porque un agente policial los vio nerviosos o por el simple hecho de andar un tatuaje artístico y creer que es para cubrir alguno alusivo a estructuras de pandillas.
Rivas, quien en la pandemia decidió emprender en el rubro de la barbería, dice que en la colonia 10 de Octubre no se violan los derechos humanos. Él asegura que “la seguridad ante todo”. Es más, hasta felicita el trabajo que hacen los policías y soldados.
“El trabajo de ellos (policías y soldados) es el trabajo de ellos y hay que entenderlo. Y si en el pasado alguien hizo algo malo, hay que pagarlo”, dijo Rivas.
Mientras corta el cabello a uno de sus clientes, cuenta una de las tantas anécdotas que sufrió a manos de pandilleros de la colonia, como cuando lo obligaban a que les cortara el cabello a cambio de no atentar contra su vida.
En lo que no coincide con otros vecinos es en asegurar que hayan supuestos miembros de pandillas o grafitis en la zona, argumento que dieron las autoridades para implementar el cerco de seguridad en esta colonia de la zona sur del distrito de San Marcos.
Aunque expresa que es común que lo detengan para revisarlo e indagar si pertenece o no a alguna estructura delictiva, no considera que esto sea una “violación a sus derechos humanos”.
A menos de 100 metros de la barbería de Jonathan se encontraba Óscar, un padre de familia cuyo verdadero nombre no será utilizado por petición suya. Él también apoya las medidas implementadas por el gobierno en temas de seguridad.
Óscar aseguró que no ve que se irrespete los derechos de las personas y no considera que haya fallas con el régimen de excepción. Esta medida ya ha sido prorrogada por trigésimo segunda ocasión gracias a los votos de los diputados y diputadas de Nuevas Ideas y sus aliados en la Asamblea Legislativa.
Para Ingrid Escobar, directora de Socorro Jurídico Humanitario, este tipo de opiniones se ven influenciadas por dos factores: el miedo a ir en contra de la narrativa del gobierno y tras una llamada anónima terminar detenido, y que algunos sienten más seguridad con la detención de líderes de pandillas que antes controlaban las calles y pasajes de la 10 de Octubre.
“Hay un papel importante que juega el miedo. Saber que su comunidad recientemente ha sido intervenida por 2,500 elementos, en su mayoría militares, para capturar a seis presuntos delincuentes no es tan bonito, sino más bien parece una estrategia para meter miedo. Obviamente cualquiera que sepa que un periodista le hace una consulta sobre si prefiere a los militares en la comunidad a pesar de que le violen los derechos humanos, lo que va a decir automáticamente es sí, por el miedo mismo que esto puede significar cuando ahora con una llamada anónima se va preso. También, el hecho que antes esa comunidad haya sido una de las más controladas por pandillas, especialmente por el programa Hollywood, de los que hay varios siendo procesados en Estados Unidos”, mencionó Escobar.