Es difícil catalogar la animación como un producto exclusivo para niños. A lo largo de las últimas dos décadas, hemos visto propuestas con contenidos más maduros que tienen un espacio dentro de la cultura mainstream, como es el caso de los Simpson, Daria, The Critic, las películas de Satoshi Kun, en otros.
La libertad creativa que permite la animación, en cuanto a forma de narrar y estructurar una historia, ha generado proyectos audiovisuales que van desde el surrealismo más exacerbado hasta la experimentación con los entornos y objetos cotidianos (como La Casa Lobo y Alice). The Midnight Gospel, como sus antecesores, busca la experimentación con la combinación de la animación de Pendleton Ward y el humor negro de Duncan Trussell, al estilo podcast.
La historia nos presenta a Clancy, un personaje pintoresco, con una obsesión extraña por los zapatos y quien posee un podcast espacial. Durante los ocho episodios que dura la serie, la protagonista se aventura a entrevistar personajes, que van desde presidentes, perros, alces, hasta la mismísima muerte. En cada una de sus aventuras, los temas de las entrevistas que realiza Clancy se relacionan con los problemas que suceden en los mundos que visita.