Otro factor que destaca el documental es la narrativa con la que presentan a los personajes, como Scottie Pippen, Dennis Rodman y Toni Kukoc en sus épocas como jugadores, al dirigir los sucesos entre 1991 y 1998, años que fueron fundamentales en la carrera deportiva de Jordan y que definieron su relación con los jugadores mencionados. En el transcurso de los capítulos, narran la influencia que tuvo Michael en el desarrollo deportivo de cada uno.
No obstante, al ser una producción biográfica y controlada por el mismo Jordan, hay sucesos que se quitan o pierden fuerza. Obviamente, siempre va existir un sesgo y la imagen de Jordan como mito no va ser desacreditada tan fácilmente. Por eso, temas como sus rivalidades con Isaiah Tomas y Reggie Miller son apenas trastocados en el documental como meras anécdotas y siempre justificando las acciones de Jordan, como el no haber participado en el Dream Team para las olimpiadas del 92 en Barcelona, si convocaban a Tomas en el equipo.