Este 24 de marzo, de 2021, se cumplieron 41 años desde que el arzobispo de San Salvador Monseñor Óscar Arnulfo Romero fue asesinado en la capilla del hospital La Divina Providencia. Las investigaciones apuntan a que un francotirador de la Fuerza Armada de El Salvador lo asesinó, bajo la instrucción del mayor Roberto d’Aubuisson Arrieta, fundador del partido Arena. Romero fue asesinado tras su labor profética de señalar los abusos de autoridad y corrupción en la convulsionada sociedad salvadoreña de los años 70.
En la actualidad, feligreses de la iglesia Católica y simpatizantes del mensaje de Romero conmemoran su martirio en la cripta de la Catedral Metropolitana de San Salvador. En el lugar, algunos dicen estar convencidos de que Monseñor Romero todavía denunciaría los abusos de poder y la utilización de la Fuerza Armada en asuntos políticos y de seguridad pública. Es más, en su homilía de aniversario del martirio, el actual arzobispo de San Salvador Monseñor José Luis Escobar Alas dijo que el mensaje de Romero hoy en día estaría centrado en seguir denunciando la desigualdad, un sistema que oprime a los pobres y protege a los corruptos.
A pesar de las exigencias históricas para que el caso de Monseñor Romero no quede impune, el proceso judicial aún está entrampado.
Este 24 de marzo, la cripta de Monseñor Romero, en el sótano de la Catedral Metropolitana de San Salvador, recibió decenas de visitas de feligreses católicos y simpatizantes del mensaje de Romero. Algunos llevaron ofrendas florales y otros sus peticiones, ya que creen que ahora que es un Santo de la iglesia Católica puede escucharlos e interceder para encontrar el favor divino. Foto/Emerson Flores
El arzobispo de San Salvador, Monseñor José Luis Escobar Alas, se dirigió a la feligresía y dijo que ve con preocupación que un solo partido tenga tanto poder, tras los resultados de las elecciones de febrero. El partido del presidente Nayib Bukele, obtuvo una aplastante victoria por encima de los demás partidos en contienda. El arzobispo recordó que en este escenario, Monseñor Romero exigiría cambios que permitan oportunidades para los más vulnerables. Foto/Emerson Flores
Carmen Recinos y su esposo ponen sus manos sobre la imagen de Monseñor Romero, para pedirle por su familia. Carmen dice estar convencida de que Romero sería perseguido en la actualidad porque “diría sus verdades al gobierno”. Foto/Emerson Flores
Uno de las preocupaciones de Monseñor Romero, según han contado personas que le conocieron, era la de escuchar a las mujeres que relataban los abusos de poder a las que eran sometidas por los cuerpos de seguridad. Foto/Emerson Flores
Afuera de la Catedral Metropolitana, Juan Echeverría se dedica a la venta de artículos religiosos para sobrevivir. Juan dice que esto no es solo negocio, sino que también es una una forma de evangelizar y mantener viva la imagen de Monseñor Romero. Foto/Emerson Flores
Nohemy Durán es una estatua viviente del Centro Histórico de San Salvador. Parte de su indumentaria incluye una imagen de Monseñor Romero para recordar que sus abuelos fueron auxiliados por Romero, cuando por la violencia política y de los cuerpos de seguridad tuvieron que abandonar su vivienda en San Antonio Abad. Foto/Emerson Flores
Una mujer que teje bufandas para vender, se sienta junto a la imagen de Monseñor Romero que fue pintada afuera de la Catedral Metropolitana, como si tratara de recibir la bendición del mártir. Foto/Emerson Flores
Algunos jóvenes feligreses intentan mantener vivo el legado de Monseñor Romero, celebran su vida y reflexionan sobre su mensaje. Foto/Emerson Flores