Foto/Emerson Flores
El enviado especial de los Estados Unidos para el Triángulo Norte confirmó que en su visita a El Salvador pidió una reunión con el presidente Bukele, pero no recibió respuesta. El mandatario salvadoreño no ha dado ninguna explicación y, por el contrario, opacó la visita de Zúñiga con anuncios de cambios en su gabinete y una propuesta para disminuir fondos a las alcaldías.
Ricardo Zuñiga, enviado especial del gobierno de Estados Unidos para el Triángulo Norte para lidiar contra las causas de la migración, calificó de exitosa su visita a El Salvador el pasado 7 y 8 de abril y restó importancia al desaire del presidente de la República Nayib Bukele al negarse a sostener una reunión personal.
“En términos de los detalles de por qué decidieron no aceptar nuestra petición para ver al presidente, tendría que hablar con el gobierno de El Salvador. Yo puedo decir que, para mí, la visita fue un éxito y todos los líderes, los presidentes, tienen su agenda y su trabajo qué hacer, y no le doy mucha importancia, porque lo que vemos aquí es que tuvimos reuniones plenamente exitosas”, respondió el diplomático a una pregunta de un periodista durante una conferencia de prensa en la que participó GatoEncerrado, vía telefónica este 9 de abril, tras su regreso a Estados Unidos.
Zuñiga llegó a El Salvador el pasado 7 abril después de visitar Guatemala, donde sí sostuvo un encuentro con el presidente de ese país Alejandro Giammattei.
En su primer día en El Salvador, el diplomático se reunió con representantes del sector privado, organizaciones de la sociedad civil y anunció un donativo de $2 millones para apoyar el trabajo de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en El Salvador (Cicíes). Ese mismo día, por la noche, se reunió con la canciller salvadoreña Alejandra Hill Tinoco. En su segundo día, mantuvo conversaciones con periodistas y luego visitó el Centro de Recepción para Personas Migrantes Retornadas junto a la canciller y al director de Migración, Ricardo Cucalón.
La reunión con la canciller y la visita al centro de migrantes fue comunicada en la cuenta del encargado de negocios de la embajada de los Estados Unidos en El Salvador, Brendan O’Brien. Pese al bombardeo de información que suelen publicar las cuentas oficiales del gobierno de El Salvador, esta vez, las cuentas de Cancillería y de Presidencia de la República ignoraron los eventos. El presidente Bukele tampoco se pronunció; por el contrario, opacó la visita del enviado especial del presidente Biden con anuncios de cambios en su gabinete y una propuesta para disminuir fondos a las alcaldías. Previo a la llegada de Zúñiga, Bukele también había anunciado una donación de 150,000 vacunas por parte de China Popular, adversario de Estados Unidos.
Según medios de comunicación y agencias internacionales, el presidente Bukele no aceptó reunirse con Zúñiga debido a que funcionarios del presidente Joe Biden no le concedieron una reunión en un viaje exprés que hizo a Washington en febrero pasado, antes de las elecciones de diputados y alcaldes. En su momento, Bukele lo negó.
En los últimos días y en medio de los llamados de congresistas estadounidenses a respetar el estado de derecho, el presidente Bukele se ha encargado de hacer eco de su relación con China Popular. Sin embargo, para el experto en política internacional, Napoleón Campos, los chinos no tienen ningún plan estratégico de inversión para Centroamérica y en especial para El Salvador, ya que su principal objetivo se cumplió cuando el expresidente del FMLN Salvador Sánchez Cerén rompió relaciones diplomáticas con Taiwán y reconoció a China.
El analista también consideró que China no entrará a relacionarse intensamente con ningún país que esté en confrontación con Estados Unidos porque están observando los giros de la administración Biden, después de la tensión que mantuvieron con la administración del expresidente Donald Trump. Con un dicho popular agregó: “Los chinos no van a venir a meterse a un gallinero” ni en África ni en América Latina “donde esté presente algún interés estratégico de Estados Unidos”.
Desde septiembre del año pasado, el presidente Bukele ha recibido llamados de atención con cartas de congresistas estadounidenses, tanto del lado demócrata como republicano, quienes han mostrado su preocupación por los graves ataques a la institucionalidad democrática, irrespeto a la separación de poderes y a los medios que hacen periodismo independiente.
Antes de la llegada de Zúñiga al país, el vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, dijo que esperaban que el presidente Bukele “restaure una fuerte separación de poderes, allá donde se han erosionado, y que demuestre el compromiso del gobierno con la transparencia y con la rendición de cuentas”.
De hecho, el enviado especial de Estados Unidos llegó en un momento en el que se espera la liberación de un informe del Departamento del Tesoro y del Departamento de Estado para identificar corruptos y violadores a la democracia y al estado de derecho, el cual fue solicitado por la congresista Norma Torres.
“Y esa es como la pérdida de norte que, a mi juicio, hay en estos momentos de la administración Bukele, porque no estaban preparados para tener este cobro de facturas por las conductas antidemocráticas como ahora con las armas de la diplomacia se las está cobrando uno de nuestros socios claves que es Estados Unidos”, mantuvo Campos, en una conversación con GatoEncerrado.
Para Campos, Bukele no tiene opción sino la de rectificar. “Por eso, yo no le veo una opción ‘b’ a Nayib Bukele sino una única opción ‘a’, que es la de rectificar; porque sino el país se vuelve insostenible. Hay un peldaño terrible de las sanciones que son el bloqueo parcial al envío de remesas. Entonces, ¿queremos llegar a que el país escale hasta ahí en la relación con Estados Unidos porque Nayib Bukele no quiere rectificar democráticamente?”, se preguntó el analista.