Construcción Paseo El Prado. Dron/ GatoEncerrado

El Acuerdo de Escazú entra en vigor mientras El Salvador protege proyectos urbanísticos

El Salvador se negó a firmar y ratificar el Acuerdo de Escazú. En teoría, ese acuerdo, que entra en vigencia este 22 de abril, garantiza que los gobiernos de la región transparenten toda la información en materia ambiental, permitan que los ciudadanos puedan participar en la toma de decisiones relacionadas con la protección de recursos naturales y que se proteja y no criminalice a defensores ambientales. 

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Por Óscar González

El Acuerdo de Escazú entró en vigencia este 22 de abril, en el Día de la Tierra, en 24 países que lo firmaron en Latinoamérica y el Caribe. La mitad de estos ya lo ratificaron. Pero El Salvador, a pesar de que fue uno de los países que lo negoció y lo adoptó en 2018, no lo firmó y consecuentemente tampoco lo ratificó.

La firma del acuerdo no convertía a El Salvador en Estado parte, pero enviaba un mensaje de compromiso del país con honrar el espíritu de negociación que terminó el 4 de marzo de 2018 en Costa Rica, donde se adoptó el acuerdo”, explicó a GatoEncerrado el coordinador del equipo impulsor del acuerdo, César Artiga.

El coordinador explicó que, a pesar de todo, aún queda la adhesión para que El Salvador pueda volverse parte del acuerdo. Sin embargo, el presidente Nayib Bukele dejó claro a GatoEncerrado, en septiembre de 2020, que el acuerdo no está en sus planes porque afecta a proyectos urbanísticos.

“Lo firmaríamos si se hicieran pequeños cambios que parecerían de forma, pero son importantes para garantizar que se cuide el medioambiente, que es lo que que pretende el Acuerdo, sin evitar el desarrollo de nuestros países, que les falta desarrollo. Es decir, nosotros no podemos dejar de construir viviendas”, explicó Bukele, cuando esta revista le preguntó si iba a firmar el acuerdo.

En el remoto caso de que el ejecutivo salvadoreño reconsidere su posición, lo que queda por hacer es que la presidencia de la República presente el proyecto de ley de adhesión a la nueva Asamblea Legislativa, para que la comisión de Relaciones Exteriores estudie si es viable. Si resuelve que sí, debe elaborar un dictamen favorable para que el pleno lo apruebe con 43 votos. Para la adhesión no hay fecha límite, como sí lo hubo para la firma y ratificación del acuerdo.

¿Qué es el Acuerdo de Escazú?

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el Acuerdo de Escazú es el primer tratado ambiental de la región, cuyo objetivo es garantizar “los derechos de acceso a la información ambiental, participación pública en los procesos de toma de decisiones ambientales y acceso a la justicia en asuntos ambientales, así como la creación y el fortalecimiento de las capacidades y la cooperación, contribuyendo a la protección del derecho de cada persona, de las generaciones presentes y futuras, a vivir en un medio ambiente sano y al desarrollo sostenible”.

El acuerdo en sencillas palabras, y entre otras cosas, garantizará que los gobiernos de la región, caracterizados por la opacidad e impunidad, sean transparentes sobre permisos ambientales, concesiones a grandes corporaciones que explotan los recursos naturales y demás mecanismos relacionados con la protección y uso de los recursos. Asimismo, que los ambientalistas y ciudadanos puedan tener voz y voto en las decisiones sobre políticas ambientales y que no sean criminalizados por su labor. 

Escenarios posibles

Ya que El Salvador no firmó ni ratificó el Acuerdo de Escazú, aún queda la posibilidad de adherirse. Para que esto ocurra, César Artiga, impulsor del acuerdo en El Salvador, plantea cuatro escenarios. Aunque algunos son más improbables que otros.

Primer escenario
Con la llegada de la nueva legislatura, que estará dominada por los diputados de la autodenominada bancada cyan de Nuevas Ideas, presidencia envía a la Asamblea el proyecto de ley de adhesión y, los diputados de Nuevas Ideas en alianza con los de GANA, impulsan la adhesión. Este escenario es “improbable” para Artiga.
Segundo escenario
La comunidad internacional, sobre todo los países que tienen convenios de financiación o de donaciones con El Salvador, ejercen algún tipo de presión o realizan exigencias al Estado salvadoreño al vincular la entrega de fondos al Acuerdo de Escazú. Este escenario es poco probable, pero no se descarta.
Tercer escenario
Los organismos, fondos y programas de Naciones Unidas acompañan al Equipo Impulsor del Acuerdo de Escazú para que el acuerdo le interese al Estado en dos temas particulares: cooperación internacional y la agenda 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). De esta forma, el tema no se posiciona meramente por lo ambiental, sino por temas de interés del gobierno salvadoreño. Este escenario es probable, dependiendo de si la carpeta técnica y de políticas públicas que prepara el equipo logra sus objetivos. Este escenario es poco probable, pero no se descarta.
Cuarto escenario
Se posiciona en el imaginario de la gente qué es el Acuerdo de Escazú y cuáles son los beneficios que tiene para ellos. Esto gracias a que el equipo promotor logra “traducir” Escazú para las personas, para que vean cuál es su aplicación práctica. Este escenario se aleja de cómo se desarrolle la adhesión desde el gobierno o el tiempo que esta tome. Prepara a la gente y a las organizaciones para cuando eso pase. Este escenario es probable, pero depende de qué tanto “la gente se apropie del instrumento, que lo use como herramienta de trabajo, y lo implemente de oficio”.

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