La contaminación, la extracción desmedida del líquido y la crisis climática están dejando sin agua los acuíferos. Los impactos influyen directamente en la escasez de agua para los pobladores y su calidad de vida.
Las fronteras, las formas culturales y los cientos de kilómetros que separan a Nejapa, en El Salvador, de Santa Cruz Chinautla, en Guatemala, se desdibujan a la hora de hablar de la contaminación del agua, la poca intervención institucional y la vulneración en la salud de sus habitantes.
La extracción desmedida del manto acuífero de Nejapa por la industria, la construcción y los cultivos de caña, amenazan el acceso al líquido y podrían causar daños irreversibles a las zonas calificadas de máxima protección de captación de agua.
En el municipio de Chinautla hay tres ríos contaminados por aguas servidas, desechos sólidos y lixiviados: el río Chinautla, el río Saljá y el río Las Vacas. Según un estudio de disponibilidad hídrica de la Universidad Rafael Landívar, el municipio de Chinautla está en estrés hídrico extremo desde hace años.
El panorama en los afluentes es apabullante, puesto que recorren no menos de 30 kilómetros alimentados por los drenajes de la ciudad de Guatemala; cuando crecen arrastran toneladas de basura, provenientes también del vertedero más grande de desechos sólidos de la capital en la zona 3. La contaminación es similar en el río San Antonio, en Nejapa, San Salvador, que por 20 años ha recibido descargas de aguas negras de todo el municipio. Apenas este año, empieza a encaminarse el cumplimiento del artículo 117, de la Constitución salvadoreña que manda a proteger los recursos naturales como deber de Estado.
DATO
La microcuenca del río San Antonio es tributario del río Acelhuate. Nace en el municipio como vertiente del acuífero de Nejapa.
En Chinautla convergen tres ríos: Chinautla, Saljá y Las Vacas, a pesar de ello el municipio está en estrés hídrico.
Luisa Miranda tiene 27 años, es madre soltera; su núcleo familiar se compone de 7 personas, quienes viven en la última vivienda del Caserío conocido como El Relámpago en Nejapa. No tienen electricidad y no fue sino hasta hace dos años que les introdujeron el servicio de agua potable por el que todos los meses pagan $7.25, a pesar que en verano sólo cae dos veces al mes y en invierno dos veces por semana.
Luisa, sale todos los días a trabajar al campo, siembra maíz, caña, recolecta alimentos y corta café. Al regresar a casa descansa por unos minutos, sus pies y sus manos tienen el color de la tierra, se limpia con una prenda de ropa el cuello y los brazos.
Después, toma un cántaro para ir a traer agua a un nacimiento ubicado a diez minutos de su casa. El camino es estrecho, entre árboles altos, flores silvestres, canto de pájaros. Pero Luisa ya no presta atención a estos detalles porque es parte de una rutina agotadora en busca de agua. Desde pequeña ha cargado cántaros, haciendo de 10 a 15 viajes diarios. El agua del nacimiento, es de gran ayuda pero no es potable y se agota.
DATO
En cuanto a leyes y en específico a la protección del recurso hídrico se pueden citar: Ley de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA), Ley de Riego y Avenamiento, Reglamento Especial de Aguas Residuales y Manejo de Lodos, Reglamento Técnico de Aguas Residuales, Reglamento de Calidad del Agua, el Control de Vertidos y Zonas Protección. Sin embargo, a lo largo y ancho del país la contaminación química, biológica y por desechos sólidos se da en los ríos y lagos, a pesar que existen leyes que sancionan a quienes contaminan.
En Guatemala, para este tema existe el Reglamento de las descargas y reuso de aguas residuales y de la disposición de lodos, Acuerdo 236-2006 del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN). Pero las sanciones sobre los entes que contaminan las cuencas hídricas, queda a discreción de MARN. Además hay dispersión en la regulación de las descargas residuales, aguas de reuso y lodos, ya que inicialmente fue establecida para cumplir con el Código de Salud y a su vez con el artículo 93 de la Constitución Política: el Derecho a la Salud. El acuerdo y las sanciones sobre la contaminación del agua tiene menos jerarquía y aplicabilidad y queda a discreción del ministerio de ambiente.
Nejapa alberga material eruptivo del volcán de San Salvador y extractos de tierra blanca de la caldera de Ilopango. La base del suelo está en la formación bálsamo que tiene cuatro millones de años y la Cuscatlán de dos millones, estas características le permiten tener un alto grado de impermeabilidad, según explicó el hidrólogo, Julio Quiñónez Basagoitia.
“El acuífero (de Nejapa) tiene la peculiaridad que está completamente confinado, pertenece a la formación Cuscatlán, el piso o basamento pertenece a la formación bálsamo que son formaciones de millones de años, esa antigüedad le ha permitido tener esa compactación de estratos impermeables”, dijo.
El agua del acuífero es de excelente calidad porque se infiltra en los bosques de la zona del volcán y no tiene contactos con otros afluentes hídricos, sumado a su formación geológica, hacen que el proceso de potabilización sea económico. También su profundidad, a 150 metros, ahorra recursos al proceso de extracción. Siendo así, Nejapa es un acuífero muy valioso, quizás el más importante en cuanto a suministro de agua potable para San Salvador, por su calidad y fácil acceso.
Un informe de 2015 de ANDA revela que en ese entonces extraían el 38 % de agua, con miras a aumentar un 2 %. Mientras que la extracción privada era del 53 % y se incrementaría al 60 %. El documento registra 40 pozos de extracción en Nejapa, 15 eran de ANDA y destinados a la región metropolitana, uno de la alcaldía y los 24 restantes, de empresas privadas entre ellos 11 eran de Industrias La Constancia (ILC).
Se solicitó la actualización sobre la cantidad de agua extraída, número de pozos y distribución a la Oficina de Acceso a la Información de ANDA y fue denegada, el argumento: “puede generar una ventaja indebida a una persona en perjuicio de un tercero”. (Desde el 21 de mayo se solicitó una entrevista a la unidad de comunicaciones de la autónoma y no se obtuvo respuesta).
En 2014 Quiñonez, llevó a cabo un estudio sobre la situación del agua en Nejapa, las condiciones hídricas y la extracción de agua de la Planta Nixapa (de La Constancia) y el riesgo de una ampliación. La empresa pretendía incrementar de 21.4 litros por segundo a 51.5, es decir, 31.1 litros por segundo más. En ese momento, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, (Marn), ANDA, la alcaldía y el estudio de especialistas determinaron que la ampliación era ambientalmente inviable porque la extracción causaría que los niveles del manto acuífero bajarán drásticamente. El documento reveló que ILC, el riego de cultivos y otros pozos que no eran reportados a ANDA, sumaban “una capacidad instalada de explotación de 34.67 millones de metros cúbicos”, mientras que el manto tenía una recarga hídrica de 18.10 millones de metros cúbicos al año. Es decir, que el déficit era de 16.57 millones de metros cúbicos.
“Definitivamente se tenía un déficit, en aquel entonces se demostró que el municipio podría entrar en estrés hídrico porque era demasiada la extracción. Ahora, si se compara el nivel de extracción de todos los proyectos actuales podemos asegurar que el manto acuífero está al límite y ya estamos viendo los impactos del estrés hídrico, en la falta de agua en las comunidades”, enfatizó.
En esa época, ILC extraía 21 litros de agua por segundo, en 24 horas suma 1,838,400 litros, equivalente a 9,192 barriles de agua, suficiente para distribuir 2 barriles a 4,596 familias y cubrir las necesidades básicas de tres personas. El estudio revelaba que si se seguía la extracción al ritmo de 2014 y se tenían en cuenta los impactos de la crisis climática como el aumento de temperatura y reducción de lluvias, el manto dejaría de existir para 2041.
Para Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), se prioriza el agua para las industrias antes que las comunidades porque representa un negocio millonario. “El agua es un negocio, a nosotros nos llega un metro cúbico de agua cinco barriles y vale dos dólares. A un barril, embotellandolo se le pueden sacar hasta US$800”.
La UCA y organizaciones que durante 15 años han trabajado por la aprobación de una ley, no se oponen a que se dé agua a las industrias, solo piden que la sociedad sea la prioridad.
“No nos oponemos a que la industria, la ganadería, que la construcción tengan agua, pero si usted la reconoce como un derecho humano, se priorizará antes a los hogares que para una gaseosa o una cerveza”, dijo Serrano.
Desde el 19 de mayo se buscó una entrevista con ILC para conocer sus proyectos sociales en Nejapa, pero no se obtuvo respuesta. En su sitio web informan que desde 2016, a través del programa Agua para Nejapa, la empresa ha beneficiado a 2,020 personas de doce comunidades con agua potable. Una minoría si se tiene en cuenta que con el agua que extraen en un día, se podrían beneficiar a más de 4,000 familias.
DATO
Nejapa: La cuenca del río San Antonio tiene contaminación química por las aguas grises de la planta de tratamiento que desembocan en su afluente.
Chinautla: Los tres ríos que recorren el municipio están contaminados por los desechos sólidos que se arrastran de la capital y las aguas grises.
Nejapa: Estudios llevados a cabo en 2014 por el Marn, Anda y Foro del Agua revelaron que el manto acuífero ya estaba sobreexplotado y tenía un déficit de 16.57 millones de metros cúbicos de agua al año.
Chinautla: Es uno de los municipios de la zona central del país con menos cantidad de agua, a pesar de tener tres cuencas interrelacionadas.
Nejapa: Las familias de Nejapa pagan a ANDA por un servicio que no reciben. En verana es cuando menos les caye el agua, pero siempre deben de cancelar el pago que ronda entre los $4.25 y $9.50.
Chinautla: Algunas familias tiene agua gracias a los proyectos comunales que ellos mismo han impulsado porque la municipalidad, que es la encargada de distribuir el servicio, no lo garantiza.
La sobreexplotación del agua no es el único problema que enfrenta Nejapa, la contaminación biológica también acecha la calidad de agua de la cuenca del río San Antonio y agrava aún más la situación de contaminación del Acelhuate, el río que cruza la ciudad de San Salvador arrastrando desechos industriales, aguas negras y servidas de colonias y comunidades enteras. Es considerado como el afluente más contaminado de este país.
Según la periodista e investigadora ambiental Nina Lakhani, “en El Salvador el 90 % de los ríos están contaminados”. Para ella en Centroamérica la explotación de los recursos naturales afecta directamente a las poblaciones. Aseguró que en la región los conflictos por el agua ya están presentes y la carencia del recurso es visible, sobre todo en El Salvador.
“La falta de agua está provocando migración en todo el mundo, incluso en centroamérica y no estamos lejos de ver conflictos por el agua. El procurador de derechos humanos dijo hace cinco años que en El Salvador los seres humanos no podrán seguir (viviendo) si no hay una transformación del uso de agua y (se evita) la contaminación de agua radical”.
Para el hidrólogo Quiñones, “los escenarios de cambio climático establecen que, si seguimos así, a finales de siglo El Salvador estaría en condición gravísima de agua, porque tendremos menos lluvia y aumento de la temperatura”. Por tanto, resulta de vital importancia que haya una ley de agua que garantice el acceso al líquido en cantidad y calidad a las personas, pero también que regule la cantidad de agua que se asigna a la industria y el comercio.
“La ley del agua lo que establecería es que aquellos lugares estratégicos para la población de El Salvador que se hayan de cuidar y preservar no van a ser sujetos a intervenciones de carácter urbanístico y cambio de suelo y no sería impositivo sino basado en análisis y estudios científicos. Todos sabemos que en el país en estos momentos es fácil aprobar una ley (de agua) lo que no sabemos es qué tipo de ley será”.
Todo empezó en el año 2000 cuando a tres kilómetros de su nacimiento, en la comunidad El Junquillo 2, se construyó una planta de tratamiento de aguas residuales que fue incapaz de procesar las aguas de 12,846 personas y de la industria de la zona alta de Nejapa. Luego de unos meses colapsó por la sobrecarga y falta de mantenimiento, así lo determinó el Marn y la municipalidad. La planta se ubica a menos de 20 metros del río.
La contaminación biológica llega a las comunidades aledañas, quienes por la falta del servicio buscan el río o sus ramales para lavar y llevan agua para sus actividades cotidianas. José Raymundo durante 20 años, ha evitado que las tuberías se tapen, sin ningún tipo de protección respiratoria u otra, usa un palo de madera para remover las aguas pestilentes.
“Siempre hay una situación tremenda porque el mal olor siempre va a permanecer. A veces cuando empieza a bajar esa agua de las fábricas en la noche, esto (las aguas) llega hasta allá por las bodegas, y el mal olor es peor”.
La Ley de medio ambiente establece que quien deteriore procesos esenciales, tiene “como obligación la restauración o compensación del daño”, esto supondría que quien esté a cargo de la planta de tratamiento de aguas, y las empresas que dejan ir sus aguas grises, debería de responder por el daño causado a los ecosistemas de la cuenca.
El Reglamento Especial de Aguas Residuales de El Salvador establece en el artículo 7 que “toda persona natural o jurídica, pública o privada, titular de una obra, proyecto o actividad responsable de producir o administrar aguas residuales y de su vertido en un medio receptor, deberá instalar y operar sistemas de tratamiento para que sus aguas residuales cumplan con las disposiciones”.
Fuentes oficiales han consignado que “la planta actual genera los siguientes problemas: a) enfermedades gastrointestinales y de la piel; b)emisión permanente de malos olores, c) rebalse de aguas no tratadas que contaminan la zona de descarga y las viviendas aledañas (…)”.
No puede pensarse el derecho al agua sin saneamiento. En este sentido la población esperará que la nueva planta de tratamiento cumpla con dicha parte de la ley, en lo que esto sucede, Luisa y otras familias de Nejapa, seguirán cargando cántaros de agua sin la certeza de que es potable. La industria y proyectos habitacionales, seguirán extrayendo millones de metros cúbicos de agua y comercializando un recurso que es finito.
En este lado de Chinautla, unos hogares van encontrando una porción de tierra y otros parecen estar en el vacío. El cantón Santa Marta, se ubica a 5.6 kilómetros al sureste de Santa Cruz Chinautla. Aquí desciende el río Las Vacas, ocasionalmente, cuando crece inunda a más de un centenar de casas; ha derribado construcciones, incluida una escuela de nivel primario municipal. Tanto el río de Chinautla como el de las vacas son contaminados por aguas servidas de las zonas norte de la ciudad capital.
La casa de Sulmi de la Cruz, contigua a una calle principal que es sinuosa. Ella, sus hermanas y su mamá, Luz Altán, se sienten favorecidas de su ubicación y de tener un pequeño pozo que les abastece cuatro pilas diarias (una pila es un poco menos que un barril). “Mi papá nos enseñó que el agua no se vende, compartimos lo que podemos”, indicó Luz. Sacan agua siguiendo el consejo del abuelo de Sulmi: nunca saquen agua a medio día, porque el pozo se seca.
Este cantón, es más cercano a la zona 6 capitalina, por lo que una parte recibe el líquido de la Empresa Municipal de Agua de Guatemala (EMPAGUA), el resto de vecinos dependen de la distribución municipal de Chinautla, con ambos servicios han tenido problemas de escasez.
Sulmi es representante del Consejo Comunitario de Desarrollo (COCODE) de Santa Marta, explica que en su comunidad es mínimo el porcentaje de familias que cuentan con pozo.
“Comúnmente el agua viene cada 5, 10 o 15 días. Hicimos un sondeo para saber cuántas personas cuentan con pozo propio, de 200 casas solo 10 cuentan con uno. El problema radica en que la mayoría de estos pozos se encuentran a orillas del río de Las Vacas, entonces hay cierta contaminación por las aguas negras. Se hizo un estudio en Linda Vista (otra comunidad del municipio) donde se demostró que el agua tiene heces fecales”.
Estela López, residente de la parte baja de Santa Marta, a quien afecta directamente el río Las Vacas, explica que también los vecinos del cantón contaminan con basura y sus drenajes están conectados al afluente. “No es tan fácil, algunas familias no lo hacen, pero otras argumentan: ¿para qué pagar? si la basura se la van a llevar a la zona 3 y cuando crece la regresa otra vez aquí”.
Sobre el estado de los ríos de Chinautla, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) aparenta saber muy poco. José Luis Portillo, director de Cuencas, aseguró que al hablar de calidad de agua, se está hablando del consumo.
“Es una competencia fundamentalmente de la municipalidad y quien analiza es el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social”. Portillo es abogado, su experiencia previa fue como asesor de la directora de la Autoridad para el manejo sustentable de la cuenca del lago Atitlán y su entorno, (AMSCLAE).
La municipalidad de Chinautla, a través de su Unidad de Información Pública compartió una copia de los análisis de calidad de agua de los 18 pozos a su cargo, con fecha de diciembre de 2020, según los resultados las aguas subterráneas no presentan contaminación.
Los análisis fueron realizados por la empresa SOLPUR, S.A. consultamos a varios expertos, entre ellos a la bióloga Sofía Aguilar, opinó que “es notorio que las aguas subterráneas son de las más expuestas a contaminación por la infiltración de desechos, al ser Chinautla un municipio altamente poblado es extraño que los pozos no estén contaminados, se sugiere repetir las pruebas para tener certeza”.
Para los resultados fisicoquímicos, la bióloga recomendó realizar otro análisis “ya que no se tomó en cuenta la concentración de fosfatos, el cual es un contaminante frecuente en los cuerpos de agua”.
Marco Morales, especialista en hidrología en Guatemala, se negó a emitir una opinión o evaluación al respecto.
“La fuente de la información es importante, y los laboratorios que pueden certificar resultados tienen que tener una acreditación de calidad de los métodos empleados, si mal no estoy es una certificación de calidad de ISO17025 y la normativa de agua potable y aguas residuales habla de que los laboratorios deben estar certificados para que los resultados tengan una validez de índole formal-legal. Es evidente que no es el caso de este laboratorio”.
Según la Secretaría de Planificación del gobierno (SEGEPLAN) SOLPUR, S.A. soluciones de purificación, aparece como “inactiva”. La empresa aparece en redes sociales como proveedora de químicos para la purificación de agua y no como laboratorio, además no figura como laboratorio certificado en la página digital de la Oficina Guatemalteca de Acreditación (OGA).
Otros detalles en los análisis que llaman la atención, son los horarios en que se sacaron las muestras y la similitud en los porcentajes, para el jefe del Laboratorio Microbiológico de Referencia (LAMIR) de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Sergio Lickes, esto no era tan extraño como que las muestras presentaran parámetros de cloro, el agua de un pozo no puede tener cloro, ya que este elemento se incorpora en el proceso de tratamiento.
Lickes encontró otro hallazgo de interés: “los resultados son comparados con la versión anterior de la norma COGUANOR. La versión vigente es la 29005 1a. Revisión”.
El dilema de la acreditación en Guatemala es que “los controles en las normas COGUANOR y la adhesión a la OGA, son absolutamente voluntarios”, dijo Carlos Fernández del Cid, master en salud laboral y ambiente ocupacional. Se solicitaron los estudios de calidad de agua, que por ley debería realizar el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS); su respuesta es que no cuentan con esa información.
Para conocer en qué otros aspectos puede reflejarse la contaminación del agua, se solicitó al MSPAS, el compendio de las 20 morbilidades más comunes en el municipio, según la doctora Aida Barrera, 12 de ellas se relacionan con la escasez o la calidad del agua.
La experta menciona que para curar la escabiosis (sarna) se necesita agua potable para lavar toda la ropa de cama y de vestir al mismo tiempo. “En general las morbilidades que presenta Chinautla remiten a educación, agua y saneamiento ambiental”.
El río Las Vacas se infiltra en los pozos de las viviendas contiguas y en el río Chinautla, aunque las mujeres de Chinautla no lo usan para consumo, es habitual que lo atraviesen descalzas. El MSPAS, no registró la enfermedad del vecino de Juan Lázaro, líder comunitario, quien vio como uno de los trabajadores que extraen arena manualmente del río, contrajo “algo” que le impidió obtener ingresos para su subsistencia durante semanas.
La contaminación impacta a Chinautla en decrecimiento económico y atenta contra prácticas culturales. La cerámica de barro, una herencia trasladada por generaciones mayormente entre las mujeres de Chinautla también se vio afectada.
Julio González, director de Madreselva, una organización ambientalista que ha acompañado y documentado las vulneraciones en Chinautla, explicó que hace una década se empezó a creer que la alfarería estaba hecha con el agua contaminada del río.
“La municipalidad de la capital contaminó cada vez más la cuenca del río, con eso mataron la economía porque la gente de la capital entendía que la alfarería se estaba trabajando con aguas sucias. Lo cual no era cierto. Eso empezó con una debacle que se sumó a la crisis ambiental: el río, cada vez llevaba más aguas residuales y basura. La municipalidad construyó un vertedero mal manejado que no es un relleno sanitario y los problemas para Santa Cruz crecieron y aumentaron porque el mismo vertedero requirió arena, entonces se empezó a extraer más arena del río”.
En el MARN nos explican que Chinautla por su ubicación estratégica está siendo afectada. “La cercanía del municipio de Guatemala. Derivado del manejo de desechos sólidos hay contaminación, pero no hay respuesta de la municipalidad de la ciudad capital de Guatemala”, dijo Portillo el director de cuencas.
La compleja realidad de Chinautla se ve como una espiral de abusos sobre un pueblo minoritario de identidad poqomam. En el 2006 el colector de aguas servidas de la zona 6 capitalina colapsó, y según argumenta González “la municipalidad se vio obligada a quitarle carga y a verter más agua sucia a la cuenca del río. Del 2010 a la fecha, cada vez que hay inviernos fuertes o se presenta un fenómeno hidrometeorológico, Chinautla se inunda. Esto no es casual”.
La opinión de Marco Morales, el experto del agua, le imprime más profundidad al problema, dice que este es un río que debería ser intermitente, pero funciona como un instrumento de contaminación: “Marzo y febrero son meses secos, pero se verá que está cayendo una cascada de aguas negras que son de los drenajes y de los lixiviados del basurero. Esa parte del río está llevando las aguas residuales, todas las aguas no tratadas, desechos peligrosos e incluso radiactivos”.
Las violaciones al derecho a la vida, a su patrimonio y a su cultura ancestral, emanan de la inacción de las instituciones públicas. “No solo es el derecho humano al agua, sino el derecho a un ambiente sano”, concluyó González. La población Poqomam, al reivindicar sus raíces indígenas se ha hecho más fuerte. Esto se verá a detalle en la última entrega de este reportaje.
Este reportaje fue realizado con el apoyo de la International Women’s Media Foundation (IWMF) como parte de su iniciativa de Adelante en América Latina.