Machismo y feminismo ¿Son lo mismo pero “al revés”? Aunque ambas palabras terminan con el sufijo –ismo, que suele significar doctrina o movimiento, no tienen nada que ver entre sí. Mientras que el machismo es, según la Real Academia Española (RAE), la “actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres” o “Forma de sexismo caracterizada por la prevalencia del varón”, el feminismo no se trata de la creencia de que la mujer sea superior al hombre, sino que se basa en el principio de igualdad de ambos géneros. 

¿Qué es el feminismo? Sin lugar a dudas es un término bastante difícil de definir puesto que no hay un consenso universal que lo establezca; sin embargo, la base de este movimiento es la búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres en los ámbitos social, político y económico. La RAE lo define como: “Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre”.

La lucha que representa el feminismo puede estar ligada a varios motivos como intentar erradicar la violencia contra las mujeres y los feminicidios, la despenalización del aborto, por las mujeres en la comunidad LGTB+, la representación política de las mujeres, la brecha salarial, entre otros.

Si el feminismo cree en la igualdad del hombre y la mujer, ¿por qué beneficia a la mujer con leyes especiales? La sociedad en la que vivimos es sexista y en varios casos pone en desventaja a la mujer. 

Entre las consideraciones que la Asamblea Legislativa de El Salvador tomó para decretar la “Ley Especial Integral Para Una Vida Libre De Violencia Para Las Mujeres” está: “Que las violaciones de los derechos humanos derivadas de las diferentes formas de violencia que afectan la vida, integridad y seguridad ciudadana, tienen un impacto diferenciado según el género de las víctimas; ya que toda agresión perpetrada contra una mujer, está directamente vinculada con la desigual distribución del poder y con las relaciones asimétricas entre mujeres y hombres en la sociedad”.

En nuestro país hay muchas mujeres y niñas a las que se le han vulnerado sus derechos, por ejemplo en el informe “Observatorio embrazo adolescente y violencia sexual en la Región Oriental” de 2017 dice que los altos índices de embarazo en niñas y adolescentes en el departamento de Ahuachapán se traducen en una maternidad forzada, tomando en cuenta que del total de embarazadas hay una prevalencia de denuncias por violencia sexual. 

Necesitamos más avances tanto a nivel legislativo como social para que las mujeres podamos gozar de total libertad, en un país marcado por la violencia, pobreza e inseguridad no es tarea fácil. Pero, por eso mismo, es de suma importancia brindarle a las mujeres herramientas y medios para que puedan defenderse de sus agresiones y también para que conozcan sus derechos y si aún no tienen ciertos derechos, jurídicamente hablando, que luchen para obtenerlos, así como lo hicieron las sufragistas en su tiempo.

Para finalizar, estoy segura de que lastimosamente existen algunos casos en los que mujeres se han aprovechado de la discriminación positiva que les ha brindado el feminismo, pero no por eso se debe desacreditar a este movimiento cuyo principio es la igualdad, independientemente del género, estrato social, orientación sexual, edad, lugar de origen, etc., algo que muchísimas personas necesitan en esta sociedad, principalmente las más vulnerables.