
Foto/Bladimir Nolasco
Junio 30, 2024
El sábado 29 de junio, una vibrante ola de colores y alegría se desplegó en las calles de San Salvador. A la 1:00 de la tarde, personas de diversos colectivos de la población LGBTIQ+ comenzaron a reunirse en la calle Gabriela Mistral, con pancartas y banderas que simbolizaban su lucha por la reivindicación de derechos humanos en un El Salvador que ha botado los pocos avances conquistados por los colectivos de la diversidad sexual.
Las organizaciones LGBTIQ+, según explicaron, prepararon la marcha desde hace más de tres meses. La convocatoria fue amplia y diversa, llamando a la comunidad y aliados para ser parte de este momento. Conforme avanzaba la tarde, la multitud crecía y el ambiente se tornaba más festivo.
Miles de personas de la población LGBTIQ+ y aliados marcharon sobre la Avenida Olímpica rumbo al Salvador del Mundo. Según organizaciones, es la marcha con mayor concentración en lo que va del 2024. Foto: Bladimir Nolasco.
Las calles se llenaron de música, baile y voces que coreaban consignas de libertad y amor. Cada paso de la marcha resonaba con gritos de lucha y resistencia, recordando a todos los presentes la importancia de seguir adelante en la búsqueda de igualdad y justicia.
Entre los participantes se podía observar rostros jóvenes y mayores, algunos pintados con los colores del arcoíris, otros llevaron carteles que mantenían en alto para exigir el cese de la discriminación y el reconocimiento pleno de sus derechos. La diversidad era palpable, no solo en la apariencia, sino en las historias y experiencias que cada persona llevaba consigo.
Durante la marcha, muchas personas alzaron carteles con mensajes reivindicativos. En este se puede observar la indignación por las personas de la diversidad sexual, mientras se guarda silencio ante los casos de abuso sexual. Criticaron que el Juzgado Primero de Instrucción de Santa Tecla absolvió a 5 militares acusados de participar en la violación de una menor de edad en Mizata. Foto: Bladimir Nolasco.
Algunos llegaron ataviados con trajes bien elaborados, como Karla Johanna Martínez, quien es una mujer transgénero que se preparó durante meses para confeccionar un traje de la Mujer Maravilla, utilizando los colores de la bandera trans como capa. Su objetivo, según explicó a esta revista, era claro: comunicarle a la gente que todos tenemos derecho a la igualdad y la inclusión.
Karla Johanna Martínez, vistiendo un traje de la Mujer Maravilla, marcha con orgullo sobre el bulevar de los Héroes durante la manifestación del orgullo LGBTIQ+ reivindicando los derechos y la visibilidad de la comunidad en El Salvador. Foto:Bladimir Nolasco.
Otros participantes optaron por llevar símbolos de orgullo, ya fuera portando la bandera o llevándola dibujada con maquillaje en sus rostros. No era solo una celebración, sino una declaración de existencia en un país donde el gobierno y los conservadores discriminan.
En medio del bullicio, Gonzalo Montano, figura destacada del Movimiento Ampliado LGBTIQ+ de El Salvador, alzó su voz para denunciar los atropellos sufridos bajo el Gobierno de Nayib Bukele, recordando que la lucha por los derechos de las personas LGBTIQ+ es también una lucha por la democracia.
Pese a la intensa lluvia, Gonzalo Montano de AMATE El Salvador denunció los retrocesos en materia de derechos humanos y el cierre de espacios inclusivos que ha llevado a cabo el Gobierno de Nayib Bukele en los últimos cinco años. Foto: Bladimir Nolasco.
“Estar aquí nos hace sentir fuertes y valientes, pero también nos llena de orgullo que nuestra manifestación es la que más personas ha convocado en el año. El escenario al que nos enfrentamos es complicado no solo para nosotros, sino para todos los ámbitos de movilización social”, afirmó Montano.
El activista también denunció los retrocesos que ha enfrentado el movimiento de la diversidad sexual en los últimos cinco años de Gobierno de Bukele. Entre estos retrocesos se encuentra el incumplimiento y la inaplicación del Decreto Ejecutivo 56, que prohibía toda forma de discriminación por orientación sexual e identidad de género en las instituciones del Estado.
El Decreto Ejecutivo 56 fue una iniciativa del Gobierno del expresidente Mauricio Funes, en 2010, como una medida histórica que buscaba prohibir la discriminación por orientación sexual e identidad de género en la administración pública. El decreto dejó de tener validez y dejó de ser aplicado desde que el Gobierno de Bukele eliminó la Secretaría Inclusión Social.
Bukele, quien llegó al poder con promesas de modernización y justicia, ha promovido retrocesos en la protección de los derechos LGBTIQ+ al no impulsar políticas que continúen garantizando la seguridad y la igualdad de estas personas. En lugar de avanzar hacia una mayor inclusión, la inaplicación del Decreto Ejecutivo 56 ha suscitado preocupaciones y denuncias de organizaciones sociales y defensores de derechos humanos. Para muchos, la inaplicación del decreto simboliza no solo la falta de compromiso del gobierno actual con la protección de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, sino también un retroceso palpable en los logros alcanzados en los últimos años. Según activistas de la diversidad sexual, esta acción ha dejado a muchas personas en una situación de vulnerabilidad y desprotección.
Por esa razón, en la marcha, los manifestantes alzaron la voz contra la exclusión de la comunidad LGBTIQA+ en la atención de salud pública y educación. Además, condenaron que la legislatura pasada, dirigida por el partido oficialista Nuevas Ideas, envió al archivo todas las iniciativas de ley que las organizaciones habían presentado para el reconocimiento de derechos.
“Estos eventos, junto con una reelección presidencial ilegítima, no solo representan una mala gestión de gobierno, sino también el fin de 32 años de una democracia que, aunque débil, no empujaba a sus retractores al exilio”, reiteró Montano.
La marcha también se llevó a cabo en solidaridad con pueblos que sufren bajo regímenes antidemocráticos. “Marchamos hoy para exigir el respeto y garantía de nuestros derechos humanos y con el apoyo de los movimientos feministas, estudiantiles y juventudes. Marchamos hoy en solidaridad con los pueblos de Palestina, Ucrania, Armenia, Sudán, República Democrática del Congo, Haití y otros territorios donde los regímenes antidemocráticos violentan los derechos humanos de las poblaciones”, afirmó Karla Guevara, del Movimiento Ampliado LGBTIQ+.
“Con genocidio no hay orgullo", sobresalía en uno de los carteles denunciando el genocidio en Palestina. Desde octubre de 2023, alrededor de 37,202 palestinos han sido asesinados en Gaza, de los cuales el 70 % son mujeres y niños, afectando también a la población LGBTIQ+. Los datos específicos sobre las muertes de personas de la diversidad sexual en Palestina son difíciles de obtener debido a la situación y la falta de reportes detallados. Foto: Bladimir Nolasco.
Por otra parte, en un acto de valentía y determinación, Ceci Rodríguez, portavoz del movimiento "Las Hijas de Safo", alzó su voz para denunciar la situación en la que se encuentran personas expulsadas de El Salvador por motivos políticos. Estas personas, según dijo, se ven obligadas a huir de sus hogares y de su país a causa del hambre y el acoso de las autoridades, consecuencia directa de la destrucción deliberada de la democracia.
Ceci Rodríguez, activista lesbofeminista, denuncia bajo la intensa lluvia el despojo de mujeres lesbianas de sus espacios laborales, la falta de acceso a servicios de salud y los desplazamientos forzados debido a la inseguridad y la discriminación laboral hacia las mujeres lesbianas. Foto: Oscar Hernández.
Rodríguez señaló que debido al régimen de excepción que se ha prolongado por más de dos años, representantes de las organizaciones de sociedad civil han sufrido persecución. Criticó que el régimen ha sido utilizado por el Gobierno como parte de su estrategia para perseguir las voces opositoras y conseguir una reelección presidencial que estaba prohibida por la Constitución. Estos acontecimientos, según la activista y que han sido ampliamente documentados por la prensa nacional e internacional, están debilitando de forma significativa la ya frágil democracia en El Salvador. Rodríguez señaló que también le llama la atención que, a pesar de la situación en el país, algunos gobiernos extranjeros guardan silencio y se niegan a brindar asilo y refugio a quienes piden asilo.
La activista tambien señaló que el movimiento lesbofeminista se hizo presente a la marcha para denunciar la precarización laboral de las mujeres lesbianas por el despojo de sus medios de trabajo, la falta de espacios para que ellas puedan estudiar, la discriminación que afrontan las niñas lesbianas en las escuelas y en el Ministerio de Salud.
“Estamos aquí para decir que vamos a resistir y no importa las formas en que quieran callarnos, no nos van a callar, porque estamos resistiendo y hablando por todas aquellas que no pueden”.
Entre los diplomáticos hay algunas excepciones. Un bloque diplomático se unió a la marcha. En el mismo estaban los embajadores y personal de las embajadas de México, Chile, Estados Unidos y el Reino Unido, quienes mostraron su solidaridad con la lucha del movimiento LGBTIQ+.
El embajador Británico, David Lelliot, se unió a la marcha junto a otros diplomáticos en apoyo al movimiento LGBTIQ+, a pesar de críticas por el gesto de ondear la bandera LGBTIQ+. Lelliot reafirmó su compromiso con los derechos humanos. Foto: Bladimir Nolasco.
La marcha avanzó a pesar de la lluvia persistente. Las cachiporras trans continuaron bailando bajo la lluvia, desafiando las inclemencias del clima y mostrando su compromiso inquebrantable con la causa.
Elecktra, originaria del departamento de San Miguel e integrante destacada del colectivo Perlas de Oriente, compartió con GatoEncerrado que la marcha no solo era un acto festivo y de adornar las calles, sino una lucha constante por los derechos fundamentales: “Estamos retrocediendo periódicamente en materia de derechos humanos”, dijo.
Elecktra brilló en la marcha del Pride usando una tiara en su cabeza, la cual llevaba con elegancia como si la calle fuera su pasarela de belleza y sobre su cintura dejaba caer una banda.
Elecktra de San Miguel se une a la multitud en la marcha LGBTIQ+, representando el compromiso por los derechos y la igualdad. Foto: Bladimir Nolasco.
Por otra parte, Milena Pérez captó inmediatamente la atención de los presentes y de los curiosos que pasaban en sus autos debido a su atuendo extravagante: un traje animalista adornado con corbata y tirantes. Pero lo que más destacó no fue solo su maquillaje, sino las manitas que adornó alrededor de su cabeza, un símbolo evidente de su compromiso por los derechos de las personas sordas y la diversidad en lenguas de señas. Milena es una integrante de la Academia Manos que Hablan, quien enfatizó la vulnerabilidad que enfrentan las personas sordas dentro de la comunidad LGBTIQ+.
Milena Pérez de la Academia Manos que Hablan destacó la vitalidad del lenguaje de señas en la comunidad LGBTIQ+, enfatizando la necesidad urgente de educación para fomentar la inclusión y el respeto hacia las personas sordas. Foto: Oscar Hernández.
“Si las personas sordas heterosexuales son vulnerables, imagínense cuánto más lo son las personas sordas de la diversidad sexual”, expresó Milena y agregó que existe una grave falta de información y servicios de salud accesibles en lenguaje de señas, lo que dificulta aún más su situación. Además, destacó la desinformación entre personas que usan el lenguaje de señas, quienes muchas veces desconocen sus propios derechos, lo que les impide salir del clóset y exigir sus derechos con la misma confianza que otros miembros de la comunidad.
La marcha llegó a su clímax en el monumento Divino Salvador del Mundo, donde un grupo de fervientes religiosos aguardaba con pancartas proclamando mensajes como “Jesucristo puede librarte de la homosexualidad”, mientras vestían de negro con camisas con el lema “¡Cristo viene pronto! ¡No pierdas más tiempo!”. En respuesta, los participantes de la marcha rodearon pacíficamente a los religiosos, pero coreando con fuerza: “¡Fuera, fuera, fuera!”.
Los religiosos intentaron hablar a través de un pequeño parlante, instando al público a arrepentirse, pero la firmeza de los manifestantes LGBTIQ+ obligaron finalmente a los religiosos a retirarse del lugar. Este enfrentamiento simbolizó no solo la confrontación de ideas opuestas, sino también la determinación de la comunidad LGBTIQ+ de defender sus derechos y exigir respeto en un espacio público que les pertenece tanto como a cualquier otro ciudadano.
Activistas LGBTIQ+ confrontan a un grupo religioso con grandes carteles que proclamaban 'El infierno existe, solo Cristo salva'. Los activistas reafirmaron que el amor y la diversidad son valores fundamentales que merecen respeto en la sociedad. Foto: Bladimir Nolasco.
David, proveniente de Argentina y quien se identificó como miembro de la Iglesia Peregrina, expresó su pesar por el incidente y brindó su apoyo al movimiento de la diversidad sexual con palabras elocuentes: “Lo que ustedes hacen está bien. Ninguna institución, líder político o religioso de ninguna denominación debe dictarles como vivir su fe. Nadie posee la verdad, y mucho menos el monopolio sobre Dios. Jesus está aquí en el sentido más profundo; ese Cristo Queer que rompió las reglas, nos acompaña hoy”.