Foto/Bladimir Nolasco
Septiembre 15, 2024
Este 15 de septiembre, como es tradición de cada año, miles de salvadoreños se congregaron en la avenida Roosevelt de San Salvador para conmemorar el 203 aniversario de la independencia de España. Desde temprano, las bandas musicales de paz llenaron la avenida, los policías y los soldados marcharon en formación y los helicópteros sobrevolaron el desfile oficial, en un show militar aplaudido por las familias que acudieron a observar el espectáculo.
En paralelo, salvadoreños organizados en diversos colectivos, sindicalistas, feministas, ambientalistas y ciudadanos también marcharon, pero por razones distintas. Cerca del Hospital Nacional Rosales, sobre la 25 Avenida Norte, se reunieron para protestar en contra de lo que califican como un retroceso en los derechos humanos en El Salvador, la corrupción, las desigualdades y los lujos del mandatario Nayib Bukele, como la reciente adquisición de un helicóptero por casi $6 millones para la Presidencia de la República.
Con pancartas y consignas, los manifestantes exigieron transparencia al Gobierno de Bukele que se ha caracterizado por ocultar información en medio de escándalos por graves casos de corrupción. Asimismo, exigieron la liberación de las personas inocentes que han sido capturadas arbitrariamente y encarceladas en el régimen de excepción, pidieron la liberación de presos políticos y demandaron que el gobierno desista de sus megaproyectos que afectan el medio ambiente y que deje de favorecer a los empresarios que explotan los recursos naturales con fines comerciales y urbanísticos.
La marcha había sido convocada originalmente en el parque Cuscatlán, pero el espacio fue ocupado por la Policía Nacional Civil (PNC) para el desfile oficial. Esto no disuadió a los manifestantes, quienes tenían por objetivo llegar hasta Parque Libertad, bajo el calor de San Salvador, sosteniendo pancartas y gritando consignas. En el recorrido, los carteles no solo denunciaban la represión, sino también la falta de políticas efectivas en temas ambientales, transparencia, seguridad y la creciente impunidad en casos de desapariciones forzadas. Foto/ Bladimir Nolasco.
Entre los manifestantes se encontraba Eneida Abarca, una madre que ha dejado en evidencia cómo el Gobierno de Bukele ignora y deja en impunidad los casos de desapariciones en El Salvador. Carlos Abarca, su hijo, desapareció el 1 de enero de 2022, y desde entonces Eneida no ha faltado a una sola protesta. Su presencia es inconfundible: lleva el rostro de su hijo estampado en camisas y carteles, exigiendo respuestas que no llegan. “Se me ha negado el acceso a la verdad y la justicia”, dijo Eneida a GatoEncerrado.
En su lucha por encontrar a su hijo, Eneida ha tocado muchas puertas. Presentó un escrito a la Comisión de Seguridad y Justicia en la Asamblea Legislativa solicitando que citen al ministro de seguridad, Gustavo Villatoro, para que responda sobre la desaparición de Carlos. Pero su solicitud fue enviada a otra comisión, que, según ella, actualmente ya es inexistente. “Hasta la fecha no me han notificado nada”, detalló con frustración. Foto/Bladimir Nolasco
Los afectados por el caso de desfalco millonario que cometieron los directivos y algunos empleados de la Cooperativa de ahorro y crédito Santa Victoria (Cosavi) se unieron a la marcha para exigir que las autoridades salvadoreñas no dejen en impunidad lo ocurrido y que así todos los afectados puedan recuperar sus ahorros. Julio Flores, vicepresidente de la junta directiva de los afectados, señaló que la mayoría de las víctimas son personas de la tercera edad que dependían de sus ahorros para vivir y costear sus medicinas. “Hasta ahora ya van 11 muertos”, dijo Flores, refiriéndose a las 9 víctimas del accidente aéreo —en el que fallecieron miembros de la cúpula de la Policía y el prinicipal implicado en el caso, Manuel Alberto Coto Barrientos— y 3 de los afectados por el fraude.
Flores criticó el silencio del gobierno y la falta de acción de la Asamblea Legislativa al no formar una comisión investigadora. “La muerte de Coto no cambia nada, él solo era un peón”, afirmó, y señaló que el gobierno debe saber dónde está el dinero robado , acusando a la superintendencia de manejar más de 250 millones sin consentimiento de los afectados.
El ambiente en la marcha también fue propicio para la creatividad. Entre los manifestantes un hombre decidió disfrazarse de Nayib Bukele. Vestía gafas obscuras y camisa negra de mangas largas, imitando el estilo característico del mandatario. En sus manos sostenía un helicóptero de cartón, en el que se leía: “El dinero alcanza para mis lujos”, el mensaje era una clara referencia al helicóptero de casi $6 millones que la Presidencia de la República adquirió recientemente para trasladar a Bukele. Una mujer hizo un billete con el rostro del mandatario con una leyenda que dice: "El dinero no está alcanzando, porque se lo están robando", en referencia a la frase que Bukele repite: "El dinero alcanza cuando nadie roba". Foto/Bladimir Nolasco
Uno de los aspectos más notables de la marcha fue la presencia de mujeres, muchas de ellas alzaron sus voces con exigencias claras y contundentes. Algunas demandaban a los funcionarios que redujeran sus altos salarios, mientras que otras reclamaban más inclusión y un alto a la corrupción. Foto/Bladimir Nolasco
Aydee Gómez caminaba entre los manifestantes con una sombrilla y la foto de su hija, Fatima Lucrecia Interino Gómez, una mecánica industrial y albañil, quien fue encarcelada arbitrariamente bajo el régimen de excepción. Originaria de Ahuachapán, su hija Fátima fue detenida hace 29 meses mientras se encontraba descansando en su casa. Agentes de la Policía Nacional Civil llegaron a sacarla: “Yo peleo por ella, y no tiene nada que ver con pandillas”, dijo Gómez, con tristeza y agregó: “Nosotras odiamos a los pandilleros porque por ellos tengo un hijo muerto, y le prendieron fuego a mi casa. No sé porqué el gobierno privó de libertad a mi hija”. Foto/Bladimir Nolasco
Manuel Argueta, representante de un Movimiento de Vendedores, alzó su voz durante la marcha para denunciar la situación que enfrentan miles de vendedores ambulantes en San Salvador: “¿Y los salvadoreños dónde quedamos? No estamos en contra de que haya negocios de otros países, estamos en contra de que a los vendedores salvadoreños, que por años hemos estado allí (en el centro de San Salvador), nos desalojen y nos engañen con promesas que no se han cumplido”.
Argueta reiteró que, a pesar de las promesas gubernamentales y de la alcaldía de San Salvador Centro, los espacios y mercados destinados para los vendedores nunca se construyeron. En cambio, dijo, se ha priorizado la entrada de negocios extranjeros, dejando en incertidumbre a más de 50 mil vendedores que han sido desalojados. Con un tono de urgencia, exige al alcalde Mario Durán que cesen los desalojos y las agresiones constantes que sufren por parte del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM). Para ellos, la lucha por un espacio digno donde ganarse la vida es una cuestión de supervivencia. Foto/Bladimir Nolasco
Dora Leiva, una residente de Cabañas, viajó hasta la capital para unirse a la marcha con un propósito claro: denunciar la constante amenaza de la privatización del agua. Leiva proviene de una comunidad que aún no cuenta con acceso al agua potable: “Los pozos se están secando, el agua se la están llevando para otro lado”, señaló.
“Nosotros somos lisiados de guerra y hemos sufrido atropellos. Por eso estamos marchando este día”, agregó con determinación. Para Leiva y otros manifestantes, la crisis del agua no es solo un tema ambiental, sino también un tema de justicia social. Foto/Bladimir Nolasco
A la marcha también se sumaron representantes del partido FMLN, como Benito Lara. Este partido de izquierda perdió todas las cuotas de poder en las instituciones del Estado; excepto en el Parlamento Centroamericano, donde conserva dos escaños que no tienen incidencia en nada. El FMLN fue gobierno en dos periodos consecutivos 2009-2019, pero ahora está devenido en un instituto político desprestigiado. Foto/Bladimir Nolasco
La marcha culminó en el Parque Libertad, donde diversos voceros de organizaciones civiles hicieron denuncias públicas sobre la situación del país y el rumbo que el Gobierno de Bukele le ha dado. Fran Omar, representante del Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular, enfatizó que esta fecha no solo marca el 203 aniversario de independencia de El Salvador, sino que también es un momento para denunciar los graves retrocesos en materia de derechos humanos.
“Desde hace tres años, como Bloque de Resistencia y Rebeldía Popular, hemos estado denunciando esta grave situación. Las violaciones a derechos humanos han sido una constante bajo este gobierno”, señaló Omar y agregó que durante los último dos periodos legislativos, controlados por el partido oficialista Nuevas Ideas, la población ha estado sometida bajo el régimen de excepción, lo que ha resultado en miles de personas inocentes encarceladas, debido a capturas arbitrarias. Asimismo, denunciaron las muertes en centros penales y despidos masivos en el sector público que han vulnerado gravemente los derechos laborales.
“La violencia (de Estado) ha aumentado, y ante esta situación, nosotros como ciudadanos responsables, no podemos quedarnos con los brazos cruzados”, concluyó Omar, llamando a la acción y a la vigilancia constante en la defensa de los derechos fundamentales. Foto/Bladimir Nolasco