Series de TV

Muchos años después, Netflix volvió realidad la magia

Diciembre 13, 2024

Detrás de escena del personaje Aureliano, delante del pelotón de fusilamiento. Foto/Netflix

Por Malcolm Cartagena

Licenciado en comunicaciones

Tuvieron que pasar casi 60 años para que la obra cumbre de Gabriel García Márquez, “Cien años de soledad”, pasara de la literatura al arte audiovisual. La plataforma de streaming Netflix adquirió los derechos de la obra en 2019, y luego de varios años de producción, la primera de dos temporadas se estrenó el pasado 11 de diciembre.

La grandeza de la serie radica precisamente en haber sido capaces de llevar a la pantalla una obra que, hasta hace algunos años, se creía imposible, al menos en formato de película o miniserie. Ahora, Netflix lo ha hecho muy bien y, según se sabe, habrá al menos dos temporadas, por lo que cabe esperar una historia contada en al menos 16 capítulos. Ojalá que sean más, porque hay tanta riqueza en ese libro que creo que perfectamente podrían hacerse tres temporadas.

Creo que los que hemos leído el libro, algunos muchas veces, sabemos que ahí está contenida una buena parte de nuestra historia latinoamericana, desde mediados del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, y que todos podemos vernos reflejados en los distintos personajes y en esa época que, aunque distinta a la nuestra, por momentos se asemeja mucho a la actual, lo que la vuelve atemporal. Por ejemplo, ¿quién no tuvo un abuelo que nos contaba que sus padres fueron a la guerra, que hablaba de partidos liberales y partidos conservadores? Tal vez no tuvimos un sacerdote que levitara, como en el libro, pero sí personas que se convertían en animales. También se mencionan las famosas relaciones incestuosas en la familia, algo tan común en nuestra Latinoamérica.

Pienso que esta riqueza cultural —plasmada en el libro magistralmente por García Márquez— ha sido muy bien representada en la serie. Es una producción excelente. Ahí están las escenas emblemáticas que todos hemos leído y, al menos hasta la parte donde vamos del libro, creo que se han dejado muy poco fuera; todo está ahí. Quizá algún personaje requería más tiempo, como Melquíades, aunque recordemos que más adelante seguirá estando presente. Tal vez faltaron un par de visitas en las que muestra un catalejo y otras cosas, pero creo que queda clara su importancia como personaje.

Por otra parte, tal como ocurre en el libro, el motor o la fuerza que sostiene la casa de los Buendía es Úrsula Iguarán, y creo que en su versión adulta, interpretada por Marleyda Soto Ríos, es de los mejores personajes, con una actuación enorme. Me parece formidable el papel que ella hace. La historia que hemos visto hasta ahora versa, en gran parte, sobre cómo ella trata de mantener en pie una casa que poco a poco se va derrumbando, y que cuando creemos que está a punto de caerse del todo, vuelve a llenarse de vida con una nueva generación.

Dentro de la complejidad del libro, una buena parte del reto de Netflix para contar esta historia era cumplir con quienes la hemos leído en repetidas ocasiones y estamos pendientes de cada detalle, pero también llegar a una generación actual a la que no le gusta leer y que, a lo mejor, este será su primer acercamiento a la obra del Gabo. En ese sentido, creo que ha sido acertado abordar la historia de forma cronológica y no en el orden en que van los capítulos del libro, pues eso la ha vuelto más entendible.

Finalmente, quisiera referirme al pueblo de Macondo. Entiendo que prácticamente lo construyeron desde cero allá en Colombia, en un lugar descampado. Lo han ido adaptando al paso del tiempo, y esto es algo que se agradece, pues el pueblo también va envejeciendo junto a la familia Buendía. Gracias a ello, el famoso peso de la historia, el peso de los años y de todo lo que habremos sabido para cuando lleguemos a los últimos episodios, será igual que en el libro. Creo que esa es una de las sensaciones más hermosas cuando uno está a punto de terminar esta obra, porque surge el deseo de que no termine. Me parece que, tal como vamos, nos ocurrirá algo similar con la serie.

No queda más que disfrutar de los ocho capítulos de la primera parte todas las veces que podamos y esperar ya la segunda temporada, donde aún falta mucho por ver: la compañía bananera, el sabio catalán, la masacre, entre tantas cosas más.