Acto II: Levantar la imagen presidencial

Si el Gobierno tiene un problema inmediato, lo soluciona con una (o varias) imágenes en redes sociales. Los mensajes enviados desde el Ejecutivo, en medio de la emergencia por COVID-19, han dado pie a la confusión y a la desesperación de algunos salvadoreños. El último ejemplo: las miles de personas que desbordaron las calles buscando descifrar cómo se aplica al subsidio de $300 para afrontar la cuarentena.  

La mañana del lunes 30 de marzo era un tanto inusual para el personal de Comunicaciones de la Presidencia de República, como también lo era para las miles de personas que hacían fila frente a las diferentes sedes del Centro de Atención por Demanda (Cenade).

Los miles de ciudadanos, que inundaban los alrededores de los Cenade, estaban ansiosos por saber cómo podían aplicar a los $300 de subsidio para afrontar la parálisis económica que viven. Siguieron las indicaciones del presidente Nayib Bukele de presentar su queja en los Cenade, en caso de no haber sido beneficiados con el dinero. La gente atendió; pero, a las 8:30 a. m., el mismo Bukele ordenó el cierre de todos los centros, por el alto riesgo de contagio de coronavirus. 

En otro escenario, el equipo de Comunicaciones de la Presidencia preparaba los próximos mensajes a difundir en las redes sociales. Así que desplegó todos sus recursos en la calle: camarógrafos, fotógrafos y sonidistas. Mientras que la azorada multitud de salvadoreños se disipaba frente al Cenade de la avenida Roosvelt, en San Salvador, la estrategia que calmaría los ánimos de quienes se han visto afectados por el COVID-19 comenzaba a ponerse en marcha.  

A las 9:39 a. m. del lunes 30 de marzo de 2020, la Secretaría de Prensa de la Presidencia lanzaba un primer tuit sobre la “primera entrega de paquetes alimenticios para familias directamente afectadas por la emergencia del #COVID19”. Así decía el anuncio en Twitter sobre la entrega que se realizaría en el área metropolitana de San Salvador. 

El primer tuit contenía un video en el que se observaban los paquetes que habían sido resguardados en un salón espacioso para beneficiar a 60 mil personas. En primer plano aparecía estampado el logo de Bienestar Social y abajo, un poco más pequeño, también era legible el nombre de la primera dama, Gabriela de Bukele.

Oleada fotográfica

Las redes sociales oficialistas, especialmente la cuenta de la Secretaría de Prensa de la Presidencia, como la de Bienestar Social y el Ministerio de Cultura, comenzaron a compartir el arduo trabajo que hacían en diferentes municipios para hacer llegar una ayuda. 

Los mensajes procesados intentaban ayudar a contrarrestar lo sucedido afuera de las sedes del Cenade, donde ya no existía paciencia ni mucho menos interés de detenerse a aplaudir la primera entrega de alimentos que se hacía para entonces.  

Los paquetes alimenticios son “resultado de donaciones recibidas de parte de empresas, ciudadanía e instituciones de Gobierno”, se leía en uno de los mensajes que la Secretaría de Prensa de la Presidencia compartió. 

Las fotos comenzaron a circular: personas y militares cargando y descargando sacos, el nombre de Gabriela de Bukele en primer plano que volvía a parecer y las fotos de los beneficiados que fueron seleccionados para esta entrega. 

Algunas páginas de contenido, que sirven de megáfono para toda la información oficialista, empezaron a hacer post en sus sitios y a difundir el trabajo. “Inicia la primera entrega de paquetes alimenticios”, decía El Blog; “Primera Dama, a través del programa ‘Bienestar Social’ activa entrega de paquetes alimenticios a familias vulnerables”, se leía en Diario La Huella; “Familias agradecen a Primera Dama por beneficiarlos con paquetes alimenticios”, mencionaba Última Hora y así otras similares. La foto que no faltaba: la persona que, con su sonrisa, agradecía el buen gesto humanitario.

El bloqueo

Frente a la casa de Tatiana Alemán, una activista y artista salvadoreña, se armaba un tumulto la mañana del lunes. El equipo comunicacional de la Presidencia y otros de Bienestar Social rondaban la zona residencial haciendo la entrega de los paquetes. Buscaban un par de personas a las que pudieran hacer la toma y el cuadro perfecto. Un video o foto bastaba para colgarlo en tiempo real en redes sociales. 

Tatiana era una de las beneficiadas; su nombre había sido incluido en una lista creada por la comunidad.

El equipo tocó la puerta de la casa de Tatiana a las 10:20 a. m. Cuando ella salió, las cámaras se prepararon para la foto. “No quiero”, pidió ella para evitar fotos. Pero la siguieron grabando mientras recibía el paquete. “¡Qué no quiero!”, insistió. Se tiró el saco en la cara para evitar salir en las imágenes. Tatiana describió a GatoEncerrado que el hecho de que hicieran tomas que ella no había permitido “se sintió amenazante”, por el irrespeto a su derecho de no ser partícipe de la estrategia mediática.

Horas después de la confrontación, a las 5:30 p. m., Tatiana recibió un mensaje directo desde la página de Facebook de Comunicaciones del Ministerio de Cultura. Le decían que esperaban que el paquete de canasta básica sirva de apoyo para afrontar la emergencia. El mensaje la dejó perturbada.

El feedback 

“En  caso de que no aparezca ningún familiar, podrás dirigirte al Centro de Atención por Demanda (CENADE) más cercano…”: escribió Bukele en su Twitter, a las 10:26 p. m. del 29 de marzo, dirigido a quienes no fueron beneficiadas con el subsidio. Pero olvidó que ese mensaje alcanzaría a un porcentaje considerable de personas que, desesperadas, estarían al día siguiente, y de forma masiva, en los Cenade. 

Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana, señala que hay un punto primordial al que se debe apuntar: el ineficiente papel de comunicación del Gobierno a la ciudadanía, sumado a una página web que no solo no cargaba, sino que era inaccesible para buena parte de la población que necesitaba saber si era aplicable al subsidio de $300.

La desinformación y la incertidumbre que se vive en medio de la emergencia, según Escobar, hizo que la gente se volcara a las calles a buscar esa información de la que el presidente había hablado, sobre el subsidio.

El mayor problema que Escobar encuentra, en medio de toda la crisis por el COVID-19, es que el presidente sigue descargando en los gobiernos anteriores lo ocurrido frente a los Cenade. Los mensajes del presidente también descargan en la gente parte de la responsabilidad.  

Lo ocurrido con el Cenade no solo se ha tratado de minimizar, como parte de una estrategia gubernamental, sino que se desvía la atención cuando se sabe que el tema puede afectar la imagen del presidente, dice Escobar.

“¿Cuál es el mayor publicista de este país? El presidente”, se responde Escobar y añade que en El Salvador un tema solo se magnifica si lo pone en el ojo público el mismo Bukele o cuando lo plantea a conveniencia.

“Obviamente, no puede omitir lo que pasó (en los Cenade), ya sería un extremo que lo hiciera. Pero paralelo se ponen otros temas. No se puede minimizar la realidad, minimizar lo que pasó”, continuó. 

Sin embargo, más allá de querer cuidar su imagen presidencial, sostiene Escobar, ayer se propició en definitiva un hecho que querían evitar: el descontento de la gente.  

“Aquí se está jugando la elección 2021, aunque diga que no. Eso está de por medio”, consideró el director de Acción Ciudadana. De lo contrario, si no se estuviera pensando en “clave electoral” , Escobar esperaría que Bukele saliera y le dijera a la gente “nos equivocamos. Vamos a verificar”. “Pero, ¿por qué tengo que minimizarlo? ¿Por qué tengo que demostrar que el Gobierno es infalible? ¿Por qué no puedo demostrar que el Gobierno se puede equivocar y que, de hecho, se equivocó? Aunque diga: ‘Ya no me importa la elección de 2021’, eso no es cierto”.  

Escobar dice muy seguro que el error del Gobierno es no informar correctamente. En este caso, “a la gente le quedaron dudas, pero ahora quieren descargar eso en nuestro desorden como sociedad”, declaró a GatoEncerrado.

En medio de esa descarga, también añade un nuevo elemento usado por Bukele en sus mensajes: la divinidad, que hoy revierte en contra de la ciudadanía. Para Escobar, la figura ha sido utilizada como una forma de conectar con la población. Trae a colación el 9F, cuando el presidente dijo: “Dios me habló”. “Pero ahora le da vuelta al estilo del Antiguo Testamento, que es un Dios de castigo, que va a castigar”.

Escobar insiste que en un momento de epidemia, se necesita dar certidumbre a la ciudadanía a través de una comunicación directa, con información veraz, oportuna y eficiente sobre lo que está ocurriendo. “Los mensajes que tergiversan la realidad no son los adecuados. Una comunicación manipulada sobre la realidad no beneficia a la ciudadanía”.

En la difusión de los mensajes oficiales y el contacto con la prensa, la Presidencia cuenta con $11.3 millones dentro de su presupuesto de 2020. Solo la Secretaría de Comunicaciones, a cargo de Sofía Medina, pareja de Xavi Zablah  presidente de Nuevas Ideas y primo del presidente Bukele, cuenta con $8.8 millones presupuestados; $2.5 millones fueron destinados a la Secretaría de Prensa de la Presidencia, manejada por Ernesto Sanabria.    

Entrada la tarde del lunes, todos los tuits, videos y fotografías que habían sido compartidos sobre la entrega de los paquetes alimenticios fueron borrados de las cuentas oficiales de la Presidencia. Ni de la entrega de los paquetes, ni del nombre de Gabriela de Bukele sobre los sacos quedó registro alguno.

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