Horas después de la confrontación, a las 5:30 p. m., Tatiana recibió un mensaje directo desde la página de Facebook de Comunicaciones del Ministerio de Cultura. Le decían que esperaban que el paquete de canasta básica sirva de apoyo para afrontar la emergencia. El mensaje la dejó perturbada.
El feedback
“En caso de que no aparezca ningún familiar, podrás dirigirte al Centro de Atención por Demanda (CENADE) más cercano…”: escribió Bukele en su Twitter, a las 10:26 p. m. del 29 de marzo, dirigido a quienes no fueron beneficiadas con el subsidio. Pero olvidó que ese mensaje alcanzaría a un porcentaje considerable de personas que, desesperadas, estarían al día siguiente, y de forma masiva, en los Cenade.
Eduardo Escobar, director ejecutivo de Acción Ciudadana, señala que hay un punto primordial al que se debe apuntar: el ineficiente papel de comunicación del Gobierno a la ciudadanía, sumado a una página web que no solo no cargaba, sino que era inaccesible para buena parte de la población que necesitaba saber si era aplicable al subsidio de $300.
La desinformación y la incertidumbre que se vive en medio de la emergencia, según Escobar, hizo que la gente se volcara a las calles a buscar esa información de la que el presidente había hablado, sobre el subsidio.
El mayor problema que Escobar encuentra, en medio de toda la crisis por el COVID-19, es que el presidente sigue descargando en los gobiernos anteriores lo ocurrido frente a los Cenade. Los mensajes del presidente también descargan en la gente parte de la responsabilidad.
Lo ocurrido con el Cenade no solo se ha tratado de minimizar, como parte de una estrategia gubernamental, sino que se desvía la atención cuando se sabe que el tema puede afectar la imagen del presidente, dice Escobar.
“¿Cuál es el mayor publicista de este país? El presidente”, se responde Escobar y añade que en El Salvador un tema solo se magnifica si lo pone en el ojo público el mismo Bukele o cuando lo plantea a conveniencia.
“Obviamente, no puede omitir lo que pasó (en los Cenade), ya sería un extremo que lo hiciera. Pero paralelo se ponen otros temas. No se puede minimizar la realidad, minimizar lo que pasó”, continuó.
Sin embargo, más allá de querer cuidar su imagen presidencial, sostiene Escobar, ayer se propició en definitiva un hecho que querían evitar: el descontento de la gente.
“Aquí se está jugando la elección 2021, aunque diga que no. Eso está de por medio”, consideró el director de Acción Ciudadana. De lo contrario, si no se estuviera pensando en “clave electoral” , Escobar esperaría que Bukele saliera y le dijera a la gente “nos equivocamos. Vamos a verificar”. “Pero, ¿por qué tengo que minimizarlo? ¿Por qué tengo que demostrar que el Gobierno es infalible? ¿Por qué no puedo demostrar que el Gobierno se puede equivocar y que, de hecho, se equivocó? Aunque diga: ‘Ya no me importa la elección de 2021’, eso no es cierto”.
Escobar dice muy seguro que el error del Gobierno es no informar correctamente. En este caso, “a la gente le quedaron dudas, pero ahora quieren descargar eso en nuestro desorden como sociedad”, declaró a GatoEncerrado.
En medio de esa descarga, también añade un nuevo elemento usado por Bukele en sus mensajes: la divinidad, que hoy revierte en contra de la ciudadanía. Para Escobar, la figura ha sido utilizada como una forma de conectar con la población. Trae a colación el 9F, cuando el presidente dijo: “Dios me habló”. “Pero ahora le da vuelta al estilo del Antiguo Testamento, que es un Dios de castigo, que va a castigar”.
Escobar insiste que en un momento de epidemia, se necesita dar certidumbre a la ciudadanía a través de una comunicación directa, con información veraz, oportuna y eficiente sobre lo que está ocurriendo. “Los mensajes que tergiversan la realidad no son los adecuados. Una comunicación manipulada sobre la realidad no beneficia a la ciudadanía”.
En la difusión de los mensajes oficiales y el contacto con la prensa, la Presidencia cuenta con $11.3 millones dentro de su presupuesto de 2020. Solo la Secretaría de Comunicaciones, a cargo de Sofía Medina, pareja de Xavi Zablah –presidente de Nuevas Ideas y primo del presidente Bukele–, cuenta con $8.8 millones presupuestados; $2.5 millones fueron destinados a la Secretaría de Prensa de la Presidencia, manejada por Ernesto Sanabria.
Entrada la tarde del lunes, todos los tuits, videos y fotografías que habían sido compartidos sobre la entrega de los paquetes alimenticios fueron borrados de las cuentas oficiales de la Presidencia. Ni de la entrega de los paquetes, ni del nombre de Gabriela de Bukele sobre los sacos quedó registro alguno.