En 2008, la Asamblea Legislativa recibió una propuesta de ley para garantizar, entre otras cosas, comida de calidad a los salvadoreños. 12 años después, la discusión está entrampada por falta de consenso entre partidos políticos y la crisis sanitaria por COVID-19 agudiza la hambruna. ¿Cómo sobrevivir a la crisis?
“Tenemos hambre”, gritaron los salvadoreños que llegaron hasta las escasas 16 sedes de los Centros Nacionales de Atención y Administración de Subsidios (Cenade), el pasado 31 de marzo. Estaban ahí para preguntar por los $ 300 que prometió el Gobierno de El Salvador a quienes se han visto afectados por la cuarentena domiciliaria obligatoria, impuesta para evitar la propagación del COVID-19.
El grito, y la presencia de miles de salvadoreños agolpados en largas filas frente a las puertas de los Cenade, desnudó una realidad de pobreza y hambruna que ya existía en el país, pero que se ha agudizado por las medidas tomadas ante la pandemia. El grito desesperado de los salvadoreños también evocó la deuda que el Estado salvadoreño tiene de garantizar seguridad y soberanía alimentaria para que, entre otras cosas, nadie muera de hambre o esté desnutrido. Instituciones internacionales, como Oxfam, han insistido en años anteriores que la desigualdad, la pobreza y el hambre afecta más a las mujeres y niñas, especialmente en las emergencias.
Un informe de Oxfam de 2019 revela que un total de 277,769 salvadoreños estaban en crisis alimentaria en julio de ese año. En 18 municipios, donde se realizó el estudio, se comprobó que al menos una vez en ese mes salvadoreños se fueron a la cama con hambre. Esos municipios son parte del denominado “Corredor seco centroamericano”. El estudio, en el que también participaron organizaciones como World Vision y Save the Children, indicó que 152,747 de esas personas están en la fase dos de inseguridad alimentaria significativa; 69,350 están en la fase tres de crisis alimentaria y 5,130 se ubican en la fase cuatro de emergencia que requieren ayuda de inmediato. Las mayores afectadas, como lo reconfirmó el estudio, son mujeres.
A pesar de la situación precaria de muchas familias, El Salvador aún carece de una ley que garantice alimentación de calidad para todos los salvadoreños, especialmente para los más vulnerables. En 2008, diferentes organizaciones ambientales y de la sociedad civil llevaron una propuesta de ley a la Asamblea Legislativa para resolver el problema.
Después de 12 años, la propuesta no ha sido aprobada y tampoco hay avances en la discusión. Durante la actual legislatura, que inició en mayo de 2018, los diputados solamente han acordado que un equipo técnico realice una propuesta metodológica para desentrampar los puntos polémicos.
Audelia López, diputada del FMLN, aseguró a GatoEncerrado que parte del retraso en la discusión es responsabilidad del diputado presidente de la Comisión Agropecuaria, Mauricio Linares Ramírez, por no implementar lo acordado en la Comisión Agropecuaria.
El documento que contiene la propuesta de ley, y que es la que los diputados han estudiado, consta de 101 artículos. De esos, 73 han sido aprobados. Según la diputada López, esos artículos fueron aprobados porque no incluían temas polémicos. Los restantes, según la funcionaria, están entrampados por la falta de consenso entre el FMLN y los partidos derecha: Arena, Gana, PCN y PDC.
Los temas sin acuerdo, según detalló López, son: el concepto de soberanía y el derecho a la información sobre quiénes elaboran alimentos y quiénes los que los comercializan. Sobre este último punto, la polémica ha girado en torno a colocar de forma visible y entendible toda la información del contenido de los alimentos.
La discusión también está entrampada en el capítulo que trata sobre la participación ciudadana para asegurar el control, propuesta y monitoreo, el enfoque agroecológico en la ley, el derecho al agua y la tierra. Asimismo, el tema de las semillas y del financiamiento de la ley y las sanciones para asegurar su cumplimiento.
“¿Por qué no hay consenso? Porque afecta los intereses de sectores económicos que ven en la alimentación un negocio y no un derecho. Donde el Estado está obligado a garantizarlo de calidad y en cantidad de forma inocua”, dijo la diputada López a esta revista.
Mauricio Linares Ramírez, presidente de la Comisión Agropecuaria y diputado de Arena, se defendió de los señalamientos y negó ante GatoEncerrado que haya presiones económicas en medio de la discusión. Agregó que sobre esta ley, los diputados ya han tenido reuniones con el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pero que ha sido el FMLN quien se ha ausentado de algunos encuentros.
“El 5 de diciembre de 2019 se aprobó la metodología sobre el estudio de la ley. Antes de eso nos estuvimos reuniendo con gente de la FAO para ver cómo agilizábamos la aprobación de la ley. Lastimosamente, el FMLN no llegó más que a un par de reuniones”, dijo Linares.
El diputado arenero dijo que la metodología aprobada ya se está aplicando. De hecho, según el funcionario, ya se realizaron informes y estudios técnicos que han sido entregados a los miembros de la comisión.
Linares también confirmó que entre los artículos en los que no hay consenso con el FMLN, está el del uso de la semilla nativa.
“En el caso de las semillas, ya existe una Ley de Semillas. Pero ellos (FMLN) quieren que se le ponga colmillo a la ley de Seguridad Alimentaria, cuando ya existe una ley. Ellos quieren que se preserve la semilla nativa, lo cual nosotros compartimos, pero hay que ver cómo se garantiza con las variedades que tenemos; por ejemplo, la H-59 que reparte el Gobierno. Hay que trabajar con otras variedades que no son transgénicas, pero que sí dan buenos rendimientos para garantizar una buena producción al sector”, dijo Linares.
La Ley de Semillas que menciona Linares existe desde 2001. En sus 37 artículos, expone básicamente normativas del tratamiento y comercialización de las semillas “básicas o de fundación, semillas registradas y semillas certificadas”. En esa ley, sin embargo, no hay ninguna mención sobre las semillas nativas o criollas.
Otro de los impases es el tema del manejo de la publicidad de los alimentos. “En el caso de la publicidad, ya existe una ley de publicidad. Ellos (FMLN) quieren que se incorpore a la ley un articulado similar al que ya se tiene en una ley existente. Nosotros estamos buscando un consenso para tener lo principal del articulado dentro de la Ley de Soberanía Alimentaria”, comentó el diputado Linares.
En El Salvador, en contraste con las afirmaciones del diputado Linares, no existe exactamente una ley de publicidad, sino algunas normativas secundarias que regulan la publicidad en los alimentos. Por ejemplo, el artículo 86 literal “d” del Código de Salud, establece que será el Ministerio de Salud quien controlará a posteriori la propaganda comercial de artículos alimentarios y bebidas, para evitar que constituyan peligro para la salud al anunciar cantidades o propiedades que en realidad no poseen.
De igual forma, el Ministerio de Salud ha autorizado al Ministerio de Educación para que regule y controle la comercialización de alimentos que no contribuyen a una alimentación saludable dentro de las tiendas y cafetines escolares.
Mauricio Linares dijo que su partido Arena está a favor de la protección de la agroecología y el agua. Sobre el agua, explicó que aún deben crearse las condiciones para captarla.
“Tenemos como meta aprobarla en tres o cuatro meses. Creo que el consenso ya casi está y creo que se podría dar, pero lo principal en este momento, es garantizar políticas públicas para el sector agropecuario”, afirmó.
El diputado Linares agregó que Arena presentó, recientemente, una pieza de correspondencia ante la Comisión Agropecuaria, con el fin de apoyar a sectores ganaderos, quienes piden ayuda por la pérdida diaria de unas 200 mil botellas de leche durante la cuarentena domiciliaria.
Al cierre de esta nota, la Asamblea Legislativa aprobó la ley transitoria denominada “Ley especial transitoria de medias al sector agropecuario para garantizar la seguridad alimentaria a nivel nacional, ante la pandemia del COVID-19”.
Entre los beneficios que trae la ley, según el sitio web de la Asamblea Legislativa, está la suspensión el pago de capital e intereses a los productores, incluyendo personas naturales o jurídicas, así como cooperativas agropecuarias que tienen deudas contraídas con fondos provenientes de créditos agropecuarios por tres meses, vigentes con el sistema financiero del país, sea con bancos privados o banca estatal.
Además, las cuotas no canceladas por la emergencia deberán ser saldadas en un plazo de hasta seis meses. También contempla que el Banco de Fomento Agropecuario, el Banco Hipotecario y el Banco de Desarrollo de El Salvador (BANDESAL) deberán crear las líneas de crédito necesarias para productores de granos básicos y todo el sector agropecuario, las cuales tendrán una tasa de interés para el usuario final, no mayor del 5% de interés anual.
Sin una ley que obligue al Estado a garantizar seguridad y soberanía alimentaria… ¿Qué les queda a los salvadoreños ante la crisis económica que se viene como efecto colateral de la pandemia por COVID-19? La técnica de la UNES, Jennifer Guzmán, dice que lo mejor es preparar un huerto agroecológico casero. Estos son algunos consejos para intentarlo y no fracasar en el intento.
La técnica de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), Jennifer Guzmán, explicó a GatoEncerrado que la propuesta de Ley de Soberanía implica que en el país se puedan definir políticas alimentarias propias y consecuentes, decidir el producir y consumir alimentos saludables y nutritivos, tomando en cuenta las necesidades de la población y, especialmente, romper con las cadenas de dependencia del mercado y agroquímicos que envenenan las tierras.
“Su aprobación permitiría decidir la redistribución de tierra, siendo como prioridad el cultivo de granos básicos y hortalizas para la alimentación del país, eliminando así la actual y perversa realidad de emplear las tierras más fértiles para la producción brutal de caña de azúcar destinada para la exportación y enriquecimiento de unos pocos”, dijo Guzmán.
Un informe de la FAO, publicado el 27 de abril, afirma que la pandemia repercutirá́ en un incremento del hambre y la pobreza en los países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
El informe señala que el principal desafío en el corto plazo es garantizar el acceso a los alimentos de la población que está cumpliendo con las medidas de seguridad sanitaria, especialmente para quienes han perdido su fuente de ingresos.
“Es clave que los gobiernos declaren la alimentación y la agricultura como actividades estratégicas de interés público nacional, con apoyo de todos los órganos del Estado y de la población. Es esencial mantener vivo el sistema alimentario, para que la crisis sanitaria no se transforme en una crisis alimentaria”, explicó durante la presentación del estudio, Julio Berdegue, representante regional de la FAO.
Entre las medidas que la FAO da para afrontar esta crisis está reforzar los programas de apoyo nutricional para madres en edad fértil y niños menores de cinco años de edad, asegurar la alimentación escolar, expandir los programas de protección social y promover hábitos de consumo saludable. Asimismo, recomienda facilitar el transporte y acceso económico a insumos productivos y a maquinaria e infraestructura agropecuaria.
En el caso de El Salvador, el MAG afirma que el abastecimiento de comida está asegurado en el país para los próximos meses, gracias a la cosecha pasada. Ese abastecimiento es para la compra y venta en el país.
La oficina de prensa del MAG también asegura que El Salvador produce 15.8 millones de quintales de maíz, y su población consume 17.3 millones de quintales. En cuanto al frijol, la oficina detalla que El Salvador produce y consume 2.4 millones de quintales. El MAG agrega que, en el caso del frijol, se importa medio millón de quintales al año para evitar alzas en los precios. Sobre el arroz, la información oficial es que también hay abastecimiento. Los agricultores y comerciantes, sin embargo, están en cuarentena domiciliaria.
Yessenia Calderón, especialista en nutrición de la oficina de la FAO en El Salvador, explicó a GatoEncerrado cuáles son los alimentos que no deben faltar en la mesa ni en los huertos de las familias salvadoreñas en medio de la pandemia por COVID-19.
“La cuarentena ha brindado un mensaje claro: Alimentación saludable y sobre todo nutritiva, es igual a condición saludable y refuerzo de sistema inmunológico. Esto es importante aprovechar”, dijo Calderón.
La especialista subraya que la comida chatarra no es sostenible para la familia en estos momentos, pues incrementa el gasto económico y la calidad de sus nutrientes no son parte del listado de alimentos protectores. Eso, junto a un bajo nivel de actividad física, produce incremento de peso, generando a su vez enfermedades crónicas no transmisibles, causando un factor de riesgo para contraer coronavirus.
En el caso de dietas especiales, para niñez y adultos mayores en casa, la especialista en nutrición recomendó que, en estos ciclos de la vida, la alimentación puede ser diferenciada en cuanto las cantidades de alimentos, condición física, consistencias, temperaturas, adaptación de hábitos culturales y que sean asequibles para las familias.
“Por ejemplo, a los adultos mayores cuando se considera las condiciones físicas, los alimentos deben brindarse en caldos o sopas espesas si hay problemas de dentadura, los tiempos de comida brindarlo de manera fraccionada o respetar su capacidad gástrica, entre otros”, agregó.
A medida que el tiempo pasa, la incertidumbre de cuánto tiempo más se extenderá la cuarentena se anida en el pensamiento de los salvadoreños, sobre todo de una población cuya y alimentación depende de lo que vendan o ganen al día.