El Bambú II es una comunidad que fue levantada dentro del cementerio La Bermeja, en San Salvador. La gente de la comunidad tiene de un lado el río Acelhuate y del otro, a unos cuantos pasos, el área destinada para enterrar a fallecidos por COVID-19. Desde la entrada principal a El Bambú II se cuenta a diario los pick-ups de las funerarias que ingresan para enterrar más cuerpos. Solo ese día, los habitantes dicen haber contado diez. Hasta el 2 de junio, según confirmó el mismo alcalde Ernesto Muyshondt, hubo 104 inhumaciones de casos confirmados y sospechosos.
Los pequeños cubos de lámina, que han levantado para vivir, se distribuyen a lo largo del cerro sobre el río y son vulnerables desde tiempo atrás. Pero, ahora, Amanda terminó por debilitar los cimientos de sus viviendas.
Bethzabé Luna, madre de cinco hijos, es una de las personas que permanece resguardada en el albergue de la escuela Honduras junto a una cinco familias más. Cuenta que la madrugada de ese 31 de mayo, tuvieron miedo en quedar soterrados o que sus viviendas se fueran en la correntada al ver que los muros de tierra se desprendían por pedazos.