Opinión

8 de marzo: por ellas, por nosotras, por nuestro país

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Irene Gómez

Abogada y Maestra en Derechos Humanos y Educación para la Paz.

Experta en temas de desplazamiento forzado, justicia transicional, impunidad y derechos de la mujer.

Nací un 12 de octubre de mil novecientos… y tantos; no comparto mi edad porque una mujer no debe hacerlo después de que pasa los 30. Soy una señora, y no por mi edad, sino porque estoy casada, ¡Gracias a “Dios” no me dejó el tren! Ahora solo debo tener hijos (y de preferencia “varones”, porque las “hembras” son muy complicadas), para que cuando esté mayor puedan cuidarme y mantenerme. 

Por Irene Gómez*

A lo largo de nuestras vidas, las mujeres escuchamos ese tipo de frases, que incluso en algún momento hemos replicado y asumido como propias. Esto se debe a los roles de genero impuestos dentro de la sociedad patriarcal, esperando que el comportamiento de las personas se adecúe de acuerdo a su sexo, así como los hombres “deben” llevar el sustento a la casa, las mujeres “deben” cuidar de sus hijos y darle mantenimiento al hogar.

A esto se suman los estereotipos de género, haciendo ver a la mujer como sumisa, dependiente, paciente, la que expresa sus emociones, la del sexo débil; al contrario, el hombre se supone dominante, independiente, que no debe tolerar nada, no debe llorar o expresar sus sentimientos y por supuesto es el sexo fuerte. Según la Oficina del Alto Comisionado de Las Naciones Unidas de Derechos Humanos (OACNUDH), estos estereotipos son dañinos cuando generan violaciones a los derechos y libertades fundamentales, lo cual es un problema sufrido por las mujeres en la actualidad. 

Durante la historia de El Salvador, es posible observar cómo han evolucionado los derechos de las mujeres gracias a las luchas y conquistas sociales de miles de ellas y que han logrado que se nos reconozca en algunos escenarios políticos, aunque todavía falte mucho por avanzar.

Prudencia Ayala, mujer reconocida por exigir el derecho al voto femenino, postulándose como presidenta de la República cuando aún era prohibida la participación de las mujeres en la política. Ella y otras mujeres lucharon incansablemente hasta que se incorpora en la Constitución de 1950, por primera vez el derecho al voto igualitario. 

Otra mujer digna de reconocimiento por sus aportes y ejemplo es la doctora María Isabel Rodríguez, que ha luchado toda su vida por el derecho a la salud, a la educación, a la equidad, los derechos de las mujeres y justicia, convirtiéndola en Heroína de la Salud Pública de Las Américas. 

En la actualidad, existen mujeres fuertes y defensoras de derechos humanos que merecen ser reconocidas, como la periodista Celia Medrano, experta en desplazamiento forzado interno, migración y otros temas. Actualmente es una de las cinco finalistas para ocupar la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), siendo la única centroamericana en la lista, y atacada por el presidente salvadoreño Nayib Bukele por señalamientos que ella ha realizado a vulneraciones de derechos humanos que se han perpetrado durante este gobierno, por lo que, el actual funcionario intenta evitar su postulación. 

Otra mujer importante dentro de la lucha de los derechos de la salud y el agua en El Salvador fue Margarita Posada, quien falleció en julio de 2020 en una ambulancia, tras no ser atendida en ningún centro de salud. Defensora de los derechos, luchó los últimos 15 años por una salud de calidad para la población salvadoreña, asesinandola el mismo sistema al no brindarle la atención que necesitaba. 

También podemos mencionar a Ima Guirola, quien ha trabajado en la defensa y difusión de los derechos de las mujeres desde CEMUJER y ha sido parte de la demanda de inconstitucionalidad que se presentó en la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en contra la infame Ley de Amnistía General para la Consolidación de la Paz de 1993, que protegió durante años a perpetradores de crímenes de lesa humanidad y de guerra en El Salvador, que hasta 2016 que fue declarada inconstitucional, pudiéndose abrir nuevamente los casos que habían sido archivados en todos los juzgados a nivel nacional sobre el conflicto armado.

Asimismo, es necesario recordar a las 113 trabajadoras de la maquila Florenzi, que fueron despedidas sin justificación alguna y sin su debida indemnización y que actualmente están realizando huelga de hambre para exigir sus derechos, muchas de ellas con graves problemas de salud, sin que el Ministro de Trabajo atienda sus demandas ni brinde acompañamiento en su proceso judicial.

Los derechos que ahora damos por descontado son fruto de la lucha de tantas como ellas, que perdieron el miedo y se atrevieron a soñar con un sistema justo, equitativo y respetuoso de los derechos de todas y todos.

El Día Internacional de la Mujer no se celebra, se conmemora el legado de aquellas que han dado su vida por nuestros derechos y las que siguen caminando, abriendo brecha en nuestra sociedad para todas las mujeres en el país, las reconocidas y las desconocidas principalmente, porque sin su aporte, el mundo seguiría pensando que nuestro lugar es el rincón más oscuro de la historia.

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Irene Gómez

Abogada y Maestra en Derechos Humanos y Educación para la Paz.

Experta en temas de desplazamiento forzado, justicia transicional, impunidad y derechos de la mujer.

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