Foto/Emerson Flores

Incendios afectaron un 13% del bosque de La Montañona

Los dos incendios en la microregión de La Montañona, Chalatenango, consumieron 350 manzanas del bosque, que tiene 2,700 manzanas. En otras palabras, consumió un 12.96 %, según datos de la Mancomunidad. El fuego no solo impactó en la vegetación y los animales de la zona, también lo hizo en el proceso de infiltración de agua. Esto significa que, a largo plazo, habrá una disminución de las fuentes de agua en La Montañona. 

Óscar González

Óscar González

El paisaje boscoso de La Montañona, en Chalatenango, se transformó rápidamente tras los incendios forestales de hace un mes. Por un lado, destacan las manchas de ceniza, con árboles tumbados y otros que no cayeron pero que tienen la corteza quemada. Ese panorama de ramas envejecidas por las llamas se mezcla con las zonas donde hay árboles intactos que se salvaron y siguen cargados de hojas verdes.

Fueron, para ser exactos, dos incendios. El primero inició el 27 de febrero, en el cantón el Sicahuite, en el municipio de Las Vueltas, y se controló el 2 de marzo. Aunque, posteriormente, hubo rebrotes que se extendieron por más de 10 días.

“Controlar no es liquidar. La composición de los suelos, la topografía, los vientos hacen que se genere nuevos brotes. Los mismos árboles secos de repente agarran fuego en las raíces”, explicó Salomón Martínez a GatoEncerrado. Martínez es técnico de Protección de Recursos Naturales de la Mancomunidad La Montañona.

La Mancomunidad La Montañona es una organización para la conservación del medio ambiente, integrada por siete municipios: Chalatenango, Concepción Quezaltepeque, Comalapa, La Laguna, El Carrizal, Ojos de Agua y Las Vueltas. 

El segundo incendio ocurrió el 4 de marzo. Su punto de origen fue ubicado en el caserío el Rosario del cantón Llano Grande, en el municipio de Concepción Quezaltepeque, y se controló un día después.

Área afectada por el incendio en La Montañona. La actualización es del 7 de marzo. Fuente: GeoKapti

A un mes del incendio, ni el Ministerio de Medio Ambiente (MARN) ni ninguna otra institución pública han dado públicamente un informe oficial de los daños y tampoco de las acciones para recuperar el bosque. Expertos en incendios forestales consultados por GatoEncerrado afirman que el problema no termina cuando se logra controlar el incendio, sino que es necesario implementar acciones para enfrentar el impacto ambiental que queda en la zona.

El área de La Montañona afectada por el primer incendio fue de 200 manzanas, mientras que por el segundo fue de 150. Es decir, entre ambos abarcaron un total de 350 manzanas de un total de 2,700 que tiene La Montañona; es decir, un 12.96 % de la extensión del bosque, según datos de la Mancomunidad La Montañona. 

A pesar de los datos que maneja la Mancomunidad, el área de afectación podría ser superior. Según Arnulfo Alberto, gerente de la Mancomunidad, existen puntos a los que, por la inclinación del terreno, ni la Mancomunidad ni el MARN han podido acceder para tomar la medición con el Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por sus siglas en inglés).

Napoléon Cornejo, de la empresa GeoKapti, quien se dedica a analizar datos satelitales, estimó que la extensión del área de afectación ronda los 2.6 y 2.7 kilómetros cuadrados; es decir, el cálculo aumentaría a 390-400 manzanas afectadas.

Tronco que agarró fuego repentinamente en un área ya quemada. Foto: Emerson Flores

La Montañona, que aún no tiene la declaratoria de Área Natural Protegida, es un bosque de pino-roble con un núcleo forestal que mide 1,439 manzanas del total de las 2,700 que tiene el bosque. La microregión es compartida por los siete municipios de Chalatenango que están en la Mancomunidad. Su altitud va desde los 1,000 a los 1,600 metros sobre el nivel del mar.

El inventario elaborado por la organización de investigaciones ambientales Prisma en 2005 sobre la flora de La Montañona, que es el único que esta revista encontró sobre la zona, deja constancia que para esa fecha había un total de 205 especies, de las que se lograron identificar 185 plantas pertenecientes a 67 familias botánicas.

En la investigación, Prisma también identificó los tipos de vegetación existente: bosque mixto (pino, encino, roble y otras especies), bosque de pino, bosque de Quercus (encino y roble), vegetación de quebrada y matorral.

En otro documento publicado en 2014, Prisma señala que en la parte más alta de La Montañona se conserva un bosque de pinos y robles que abarca un 12 % del territorio.

Según Martínez, técnico de la Mancomunidad, el incendio de Las Vueltas alcanzó el macizo montañoso. El de Concepción Quezaltepeque no lo hizo, pero “se corría ese riesgo de no ser atendido”, explicó. 

El dato exacto de cuántos árboles se perdieron no está determinado aún. Esto se debe, en parte, a que aunque un árbol haya sido alcanzado por el fuego, si este solo dañó su corteza, pero no el núcleo, se puede conversar, según Martínez.

Sin embargo, GeoKapti realizó un índice de vegetación de áreas quemadas en La Montañona en el que se aprecia cómo se ha reducido la vegetación.

El gráfico de GeoKapti presenta el índice de vegetación en La Montañona en áreas quemadas. La reducción de la vegetación que ocurre previo al incendio (las columnas del 3 al 25 de febrero), explicó Cornejo, se debe a la época seca; es decir, es parte del proceso natural. Pero, tras los incendios la pérdida de vegetación en áreas quemadas es "abrupta". El índice se obtiene de los datos satelitales sobre absorción de clorofila para luego estimar la concentración de vegetación. El índice utiliza parámetros que van desde 1, que significa "completa vegetación" a -1, que es "ausencia de vegetación". Los valores en 0 corresponden a una vegetación intermedia que es la que presenta La Montañona al menos en época seca. GeoKapti. Imagen de gráfico GeoKapti

Alondra García, estudiante de la licenciatura en Geofísica de la Universidad de El Salvador y pasante en GeoKapti, ha sido quien ha estado monitoreando junto a Cornejo los efectos, revisando datos satelitales previos y durante el incendio. García encontró que los valores del área del bosque disminuyeron, lo que “significa que ha perdido vegetación el área”.

En 2005, Prisma publicó un documento sobre las aves de La Montañona, en el que aparecen 133 especies. Una de ellas es la chara centroamericana. Foto: Emerson Flores

Los incendios no solo dañaron la vegetación, sino que también animales y hongos. La Fundación Zoológica de El Salvador (Funzel) compartió una publicación en Facebook en la que presenta especies afectadas por el incendio, tanto por el fuego como por el humo, en La Montañona: el venado cola blanca, el puma concolor, el oso hormiguero y el cusuco. 

Según el Listado Oficial de Especies de Vida Silvestre Amenazadas o en Peligro de Extinción de 2015 del MARN, el puma concolor está catalogado como “en peligro” de extinción y el oso hormiguero como especie “amenazada”.

Julio Aguilera-Ortega, biólogo que ha estudiado los efectos del fuego sobre todo en el parque Walter Thilo Deininger, explicó a GatoEncerrado que los incendios, en general, tienden a afectar a algunos mamíferos de paso corto, las serpientes, las aves de vuelo corto, las que no vuelan o las que tienen nidos o crías.

Prisma documentó, en un artículo publicado en 2005, que en la zona hay 133 especies de aves, aunque señalan que, durante un año, se presentan unas 150.  

Rafael Vela, responsable del programa de Biodiversidad y Bosques de Cesta, explicó a esta revista que el fuego también afecta a los animales al eliminar plantas u hongos comestibles. Es decir, pierden su fuente de alimentación.

Salomón Martínez, de La Mancomunidad, explica que en La Montañona fueron construidos 12 reservorios de agua que construyeron para recargar el agua de las bombas cuando hay incendios. Están ubicados en puntos críticos. Foto: Emerson Flores

Las fuentes de agua también son afectadas por los incendios. Vela indicó que “La Montañona es una zona importante de recarga acuífera que alimenta a cuatro ríos”. Además de los ríos, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) encontró que en la zona hay 82 nacimientos de agua.

El pino ha ido proporcionando una cobertura en el suelo que evita que se evapore la humedad y permite que se filtre. Lo principal es que se ha perdido esa capa de materia orgánica que mantenía humedad. Hoy no existe ese colchón”, señaló Vela y agregó que “eso traerá problemas en el acceso al agua de las personas y comunidades que dependen de esos ríos”.

Aguilera-Ortega señaló que, “si se elimina esa capa herbácea, no solo se afecta que el agua se asiente en el sustrato, sino que promueve los deslaves. Eso puede ocurrir, pero depende de qué tanto afecta el incendio”, apuntó.

El incendio en La Montañona también puede tener impactos a nivel de suelo. Aguilera-Ortega dijo que esto depende de la magnitud del incendio. “Si es de intensidad moderada a baja solo se significa un poco el pH en la superficie externa del suelo y se genera un poco más de carbón libre en el sustrato. Pero ya uno más grande, puede afectar la composición microbiana del suelo como tal y la química del suelo. Lo puede volver, prácticamente, infértil”, indicó.

Entre los datos que ha revisado GeoKapti está el de contenido de agua (cantidad de agua contenida en materiales), del cual hizo una comparación entre el 23 de febrero (antes del incendio) y el 5 de marzo (después del inicio del incendio). García explicó que el contenido de agua cambió en esas fechas: en el área afectada, disminuyó la cantidad de agua. Para determinar esta reducción, utilizó el programa SNAP (Sentinel Application Platform) que trabaja con imágenes satelitales, las cuales se descargan de la página Copernicus. Este programa permite ver características biofísicas de la zona.

Guerrillero de madera afuera de una casa en la comunidad La Montañona, donde habitan alrededor de 30 familias. Foto: Emerson Flores

El atractivo ecológico e histórico

La Montañona, además de su importancia ecológica, fue un escenario clave durante el conflicto armado, ocurrido en la década de 1980. En el centro de la comunidad La Montañona, habitada actualmente por 30 familias, hay un rótulo que reza: “La Montañona. La cuna del guerrillero”, también hay un guerrillero tallado en madera, un busto de Monseñor Óscar Arnulfo Romero y las banderas del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) aún ondean.

En el interior del bosque, todavía pueden encontrarse varios tatús (cuevas usadas por los guerrilleros durante el conflicto armado). Uno de los más importantes es el que funcionó como cabina de la Radio Farabundo Martí. También existen algunos puntos que se conservan por su relevancia histórica. Por ejemplo, está el mirador conocido como el de La Punto Cincuenta, sitio en donde estaba emplazada una ametralladora antiaérea utilizada por la guerrilla.

El incendio de La Montañona, según informa el técnico de la Mancomunidad, abarcó zonas donde se encuentran tatús y afectó otros elementos que componen los senderos turísticos, como la rotulación.

Los incendios de La Montañona dejaron árboles moribundos. Foto: Emerson Flores

Antes de que los incendios de este año afectarán unas 350 manzanas de La Montañona, el “peor”del que se tiene registro en la zona es de 2012, ya que consumió 840 hectáreas; es decir, más de 1,191 manzanas, según registros de la Mancomunidad.

Los incendios son un problema recurrente, aunque el área afectada ha sido menor. En 2018, la Mancomunidad registró unas 118 manzanas afectadas por tres incendios. En 2019 no se reportaron, y para 2020 fueron alrededor de 66 manzanas, con incendios en tres puntos. Esto significa que la extensión de La Montañona que fue afectada este año es cinco veces mayor a la del año pasado.

Las brechas miden seis metros. Estas zonas sin vegetación entre áreas son una medida de prevención para evitar que el fuego avance. En algunas, en medio, aún se encuentran árboles que pueden servir como puente para el fuego. Foto: Emerson Flores

Para prevenir los incendios en La Montañona, de las siete alcaldías que comparten el bosque, seis hacen brechas o caminos de unos seis metros para evitar que el fuego se extienda, mientras que la alcaldía de Las Vueltas pone dos puntos de vigilancia para controlar de forma inmediata los incendios: uno en el cerro el Chino, por el Sicahuite, y otro por el cantón Los Naranjos.

Las personas que se encargan de la vigilancia, en coordinación con la Policía Nacional Civil (PNC), reciben de parte de la alcaldía un paquete agrícola. “Le solicitamos a la gente (a quienes se les entrega el paquete) que hagan 14 horas de servicio social”, explicó el alcalde de Las Vueltas, Juan Carlos Nuñez. 

Uno de los problemas que tuvo la alcaldía este año, según dijo el alcalde a esta revista, fue el impago del Fondo para el Desarrollo Económico y Social de los Municipios (FODES). Esto limitó el trabajo de la municipalidad para mantener los puestos de vigilancia.

Nuñez agregó que el FODES no solo sirve para los paquetes, sino que para alimentación de las personas que hacen vigilancia, soldados y policías (a estos últimos les dan refrigerio y granos básicos), para transporte, construcción de champas en los puntos de cuido y equipo. “Cada vez que hay incendio, hay que reponer el equipo porque se daña. No hemos podido. Dependemos del FODES, no tenemos otro ingreso. Estamos al crédito y se nos complica”, dijo el alcalde.

Salomón Martínez apaga un tronco que empezó a quemarse mientras hacía un recorrido por la zona, con GatoEncerrado. Foto: Emerson Flores

Apagar el fuego

De acuerdo con la información proporcionada por Bomberos de El Salvador, el fuego en Las Vueltas provino de una quema agrícola que se salió de control. Este inició el 27 de febrero por la tarde y se extendió por la noche a La Montañona.

El domingo 28, día de las elecciones municipales y legislativas, la comunidad, la alcaldía de Las Vueltas y Bomberos de Chalatenango actuaron sobre el incendio en la zona baja. Mientras, dos guardarecursos y el gerente de la Mancomunidad subieron a la parte alta. Posteriormente, se sumaron otros técnicos de la Mancomunidad, así como habitantes de la comunidad La Montañona y voluntarios de Concepción Quezaltepeque para intentar apagar el fuego. En total, participaron unas 400 personas, entre jóvenes voluntarios y miembros de diferentes instituciones públicas como Fuerza Armada, Policía y Protección Civil.

El martes 2 de marzo, los Bomberos publicaron en sus redes sociales que el incendio fue controlado. El jueves 4 ocurrió un segundo incendio en el caserío el Rosario, cantón Llano Grande, municipio de Concepción Quezaltepeque, a causa de que una señora quemó un pastizal y no pudo controlar el fuego. Un día después, las comunidades e instituciones lo controlaron.

Hasta el 10 de marzo, hubo rebrotes. GatoEncerrado estuvo el 12 de marzo en La Montañona y pudo observar cómo un tronco talado se incendió, repentinamente. Martínez, el técnico de la Mancomunidad, quien estaba presente, explicó que lo que hacen es echarle tierra y saturarlo de agua, pero que por la ubicación de ese tipo de fuegos, al estar en una zona ya quemada, no son peligrosos, porque no tienen cómo expandirse. 

Helicópteros de la Fuerza Aérea sobrevolaron el 2 de marzo en La Montañona. Foto: Twitter Fuerza Armada

Para hacer frente al fuego, la  Fuerza Aérea brindó apoyo el martes 2 de marzo con tres helicópteros. Utilizaron el sistema Bambi Bucket y un helicóptero UH-1H. Aunque esto se sumó al esfuerzo en tierra con bombas de agua, creación y limpieza de brechas y uso de la técnica de contrafuego (incendio controlado que evita que el fuego sin control se propague), las primeras descargas de los helicópteros tuvieron poco impacto, porque el calor evaporaba el agua, según técnicos de la Mancomunidad.

El 10 de marzo, el director general del Cuerpo de Bomberos, Edwin Chavarría, dijo a medios locales (Teledos y Canal 33 entre ellos) que los incendios “han sido prácticamente en la falda de de La Montañona”. Agregó que “no tenía aún el reporte de la investigación ni la cantidad que ha sufrido daño del área de la falda de La Montañona ni la parte forestal”.

El 25 de marzo, en el programa Frente a Frente de TCS, Chavarría recalcó que el daño era en las zonas de las faldas. “Sí llegó a una parte que es reserva (forestal), pero fue mínimo el impacto. Creeríamos que andaríamos como en un promedio de dos a tres hectáreas (entre 2.84 y 4.25 manzanas) que dañó de la propia reserva”, dijo. 

El MARN intervino en los incendios. Posteriormente, técnicos y biólogos de la institución han continuado presentes levantando información. Foto: Twitter MARN

El 18 de marzo, GatoEncerrado contactó al director de Bomberos, Edwin Chavarría, para entender toda la actuación de Bomberos en el caso y tener más datos, pero Chavarrría expresó que toda entrevista se canaliza a través de Casa Presidencial (Capres). Ese día, esta revista llamó a Capres y también envió un correo electrónico para solicitar la autorización para hablar con el director de Bomberos, pero no hubo respuesta.

El 10 de marzo, el ministro de Medio Ambiente, Fernando López Larreynaga, explicó que no tenía el “conteo exacto de cuánta vida silvestre” se perdió tras el incendio. También dijo que no tenía el dato de la cantidad exacta de área afectada.

Técnicos del MARN realizaron una evaluación del daño ambiental. Esta información, según una nota del ministerio publicada el 17 de marzo, “permitirá evaluar los daños en los diferentes componentes del ecosistema y, más adelante, la judicialización de los casos en coordinación con las autoridades vinculadas como Policía Nacional Civil, Fiscalía General de la República y Juzgados Ambientales”.

Según Martínez,  técnico de la Mancomunidad, es necesario revisar el protocolo y que este culmine, finalmente, con una sentencia judicial. “El problema es que, hoy por hoy, avisamos que hay incendio. Vamos, lo apagamos y nos vamos. Si no llega a la sentencia, solo estamos apagando fuegos”, agregó.

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