Habitantes de las comunidades de Barra de Santiago, Ahuachapán, se han organizado para propiciar un manejo sustentable de los manglares, así fue como surgió ProBosque, una asociación con 150 integrantes que colaboran activamente para restaurar y preservar el manglar que es hábitat del cangrejo, proporciona madera y leña y es el hogar de decenas de especies que se encuentran en peligro de extinción o son vulnerables.
El cuidado del ecosistema les ha permitido, además de enfrentar los efectos de la crisis climática, mejorar sus condiciones de vida. Juan Campos, encargado de comunicaciones de ProBosque, afirmó: “Si extraemos con medida, la especie sobrevive”.