Mujeres de El Paisnal cultivan soberanía alimentaria en sus comunidades

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Emerson Flores

Las mujeres rurales enfrentan muchas dificultades para ser reconocidas como productoras agrícolas por el Estado salvadoreño. Una investigación de LATFEM y We Effect sobre la situación de las mujeres rurales en Latinoamerica que está por publicarse tiene entre sus hallazgos que solo tres de cada diez mujeres tienen tierra a su nombre. Es decir, la mayoría de mujeres rurales cultiva una tierra que no le pertenece.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la agricultura familiar produce más del 70 % de los alimentos de Centroamérica, pero la mayoría de personas de la región que producen granos básicos vive en situación de pobreza. Asimismo, seis de cada diez de los hogares rurales sufren inseguridad alimentaria. De acuerdo al Boletín de Agricultura Familiar de la FAO de 2012, los agricultores familiares de Centroamérica representan el 80 y 90 % de los productores de maíz y frijol.  

Las mujeres de la comunidad “Comandante Dimas Rodríguez”, en El Paisnal, en el departamento de San Salvador, utilizan un espacio de tierra comunitaria para cultivar sus alimentos. Algunas también cultivan en los patios de sus hogares o en macetas. Foto/Emerson Flores.

María Dolores Gómez, Marina Durán y Santana Landaverde empezaron a cultivar en marzo del año pasado. Las mujeres consideran que la agricultura solidaria que practican ha sido un gran apoyo para ellas, sus familias y miembros de la comunidad, porque así evitan gastar dinero en el mercado con la compra de algunos productos. Cuando les sobra el cultivo, pueden venderlo o compartir con familiares y vecinas. Datos de LATFEM y We Effect afirman que el 57 % produce alimentos para consumo familiar, mientras que un 36 % produce también para la venta. Foto/Emerson Flores

Para Mhaydeé Recinos, presidenta del Instituto de Investigación, Capacitación y Desarrollo de la Mujer (IMU) y coordinadora política de la Alianza de Mujeres Rurales, el primer obstáculo para las mujeres agricultoras es que no se autoreconocen como productoras. Sin embargo, las mujeres de la comunidad “Dimas Rodríguez” consideran que son productoras, porque ellas tienen el control sobre el tipo de alimentos que consumen sus familias. Para ellas, este es un primer paso para lograr la soberanía alimentaria. Hasta la fecha, El Salvador no posee una Ley de Soberanía Alimentaria que garantice comida de calidad para las familias salvadoreñas. Foto/Emerson Flores.

Las mujeres rurales no son reconocidas como agricultoras por el Estado salvadoreño, por lo que no pueden acceder a los paquetes de semillas otorgadas por el gobierno. Organizaciones como CRIPDES y FECORACEN apoyan a las mujeres de la comunidad con formación en el tema de la agroecología, la entrega de recursos como semillas y empoderamiento. Foto/Emerson Flores.

Santana Landaverde es una de las mujeres de la comunidad “Dimas Rodríguez” que cultiva sus propios alimentos. Ella comenzó a plantar semillas el año pasado, al inicio de la pandemia por la COVID-19. Foto/Emerson Flores

“La formación que recibimos tiene que ver con todos esos cambios alimenticios, cómo proteger la tierra, no usar agroquímicos y elaborar abonos orgánicos, como el bocashi con todo lo que tenemos a nuestro alrededor”, explicó María Dolores Gómez. Ella considera que esta práctica puede ayudar a mejorar la salud de la gente de la comunidad y del municipio. Además, les da independencia para llevar alimento a sus familias. Foto/Emerson Flores

Mujeres de la comunidad como María Durán fueron capacitadas y concientizadas acerca de la importancia de producir sus propios alimentos y usar métodos que no dañen el ecosistema. Foto/Emerson Flores

Doscientas personas viven en la comunidad “Dimas Rodríguez”. Tiene diferentes estructuras que permiten su funcionamiento, como una junta directiva comunal, un comité de jóvenes, un comité de cultura, entre otros. La asociación de mujeres se ha hecho cargo del huerto. Fotos/Emerson Flores

También en la comunidad El Chaparral, El Paisnal, departamento de San Salvador, las mujeres cultivan sus propios alimentos. Foto/Emerson Flores.

Las mujeres de la comunidad empezaron a cultivar el huerto comunitario en julio de 2020. También sus hijos colaboran en el cultivo de semillas y recolección. La investigación de LATFEM y We Effect indica que el 57 % de las mujeres encuestadas tuvo problemas para acceder a alimentos, como consecuencia de la pandemia. Foto/Emerson Flores.

Elvira Andasol es una de las mujeres que se dedican a la agricultura familiar en la zona. Ella menciona que han recibido el apoyo de diferentes instituciones para mantenerlo. Foto/Emerson Flores

Veinte personas contribuyen para cultivar semilla en El Chaparral. Al cosechar el alimento lo reparten de manera igualitaria: “Si salen 15 tomates y somos 3, nos repartimos 5 cada una”, explicó. Foto/Emerson Flores

Durante la cuarentena obligatoria del gobierno los niños permanecían en casa, no habían actividades en las que pudieran participar, por eso se echó a andar la idea de poner en práctica los conocimientos de la agricultura familiar. Foto/Emerson Flores.

Las mujeres cultivan pipianes, lechuga, repollo, berenjenas, entre otros productos. Foto/Emerson Flores

Teresa de Jesús Romero es una de las agriculturas de la comunidad. Ella dice sentirse beneficiada porque ahorra el dinero que podría gastar en el mercado, para cubrirlo en otras necesidades. Foto/Emerson Flores

Ella es Yesenia Torres, quien a los 8 años vino al Chaparral, luego de ser retornada de Honduras. Trabaja en su milpa desde pequeña y ha sido el único trabajo que ha conocido: “En la pandemia nos ayudó mucho porque no se podía salir a comprar, entonces tener nuestro propio huerto nos ayudó bastante”, mencionó. Foto/Emerson Flores

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