Opinión

El conflicto entre Rusia - Ucrania

Guillermo Serrano

Guillermo Serrano

Escritor, comunicador social y teólogo por afición, lo cual le ocupó gran parte de su vida en tareas pastorales y de aconsejamiento. Diplomado en Teología y con estudios de Comunicaciones ha desarrollado una amplia tarea en el campo del entrenamiento para profesionales en el vasto campo de las comunicaciones. Es miembro de varias asociaciones profesionales. Vive en Chicago cerca de 4 hijos adultos de los que aprende todos los días cómo ser una mejor persona. guillermo.serrano@ideasyvoces.com

¿En cuántas guerras se ha visto envuelta Rusia a través de su historia moderna (que comienza en el siglo 16 con el Renacimiento)? ¿30-40? Y ¿cuáles han sido sus causas?Mayormente causas económicas, como todas las guerras que afectan a todos los países. Sin embargo, existen también las razones estratégicas. Por ejemplo, en la amenaza rusa a Ucrania, está la cuestión de asegurarle a Rusia que Ucrania no será un asiento para los misiles y cohetes atómicos de la OTAN.

Por Guillermo Serrano* 

“Por aquí es donde podría comenzar una invasión”. Este es el titular de una nota de CNN cuando informó sobre la crisis de la frontera entre Rusia y Ucrania. Es un frío encabezado. No agrega emoción ante el hecho que una guerra significa víctimas.

¿En cuántas guerras se ha visto envuelta Rusia a través de su historia moderna (que comienza en el siglo 16 con el Renacimiento)? ¿30-40? Y ¿cuáles han sido sus causas?

Mayormente causas económicas, como todas las guerras que afectan a todos los países. Sin embargo, existen también las razones estratégicas. Por ejemplo, en la amenaza rusa a Ucrania, está la cuestión de asegurarle a Rusia que Ucrania no será un asiento para los misiles y cohetes atómicos de la OTAN.

¿Es poco creíble la actitud decidida de Putin de exigir una zona de interés privilegiada a lo largo de su frontera occidental? Por razones de seguridad y de prestigio, Rusia exige en esta área una combinación de influencia y respeto, y Rusia está dispuesta a emplear la fuerza militar donde se ve frustrada en esta zona privilegiada.

Ucrania se encuentra justo en el medio de esta contienda y, desde 2014, tanto Moscú como Washington han llegado a ver a Ucrania como un barómetro del futuro de Europa.

Cuando escribo este artículo, es posible que la guerra ya haya comenzado. Y sin embargo, no existe persona alguna que pueda vislumbrar el fin de todo esto.

La invasión de Napoleón a Rusia en 1812 dejó un millón de muertos:  pérdidas militares de 300.000 franceses, 70.000 polacos, 50.000 italianos, 80.000 alemanes y unos 450.000 rusos. No hay registros de las pérdidas civiles, que las hubo, pero que no cuentan, ya que los ciudadanos de a pie no cargan medallas ni entorchados.

El ser humano de todos los tiempos no puede vivir en paz. Algunos la atribuyen a la testosterona, la idea del conflicto y a la agresividad, que contribuye a los conflictos nacionales y a las guerras.

Lo anterior es posible, por qué no, pero puede existir otra razón. Y sobre este síndrome de la agresividad mostrada por muchos de los habitantes de este planeta se ha escrito también mucho. Uno de los personajes favoritos para escribir es Caín. A quien se le atribuye el primer crimen de la humanidad, cuando se levanta -por envidia- contra su hermano lo mata.

Y la lista de esas novelas -algunas llevadas al cine- suma y sigue, con argumentos sórdidos y a veces escandalosos, pero que no resuelven el hecho de esa marca que Caín lleva sobre sí. Que puede ser una cuestión moral ¿por qué no?, es decir, una falta de capacidad de analizar y de encontrarse impotente para dejar a un lado la maldad y poder “ser bueno”. 

Pero eso no es posible para presidentes, tiranos, monarcas, ciudadanos de la ciudad o campesinos. Porque todos nos reconocemos faltos de deseo y lo peor de la posibilidad de un cambio moral, a menos que intervenga una fuerza que está más allá de esta existencia que conocemos.

El problema de Putin, Zelensky, de Biden, o, para el caso -de los demás líderes envueltos en este conflicto- es que no pueden despegar sus ojos del nivel horizontal y no pueden elevarlos hacia lo alto, para recibir una inspiración que resuelva sus conflictos. 

 

Guillermo Serrano

Guillermo Serrano

Escritor, comunicador social y teólogo por afición, lo cual le ocupó gran parte de su vida en tareas pastorales y de aconsejamiento. Diplomado en Teología y con estudios de Comunicaciones ha desarrollado una amplia tarea en el campo del entrenamiento para profesionales en el vasto campo de las comunicaciones. Es miembro de varias asociaciones profesionales. Vive en Chicago cerca de 4 hijos adultos de los que aprende todos los días cómo ser una mejor persona. guillermo.serrano@ideasyvoces.com

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