Las Mesas, un caserío del cantón El Cimarrón en el municipio de La Libertad, es una de esas comunidades del interior de El Salvador, cercanas a la costa del Océano Pacífico, que históricamente han sido privadas del derecho al agua. Las 30 familias que conforman la comunidad fueron desplazadas durante el conflicto armado y, luego de asentarse en el lugar, se han dedicado a la agricultura.
Desde 1996, cuando se creó el comité de mujeres Fe y Esperanza, las mujeres de la comunidad iniciaron una lucha por tener agua potable: "Tenemos muchos años de andar tocando puertas, en la búsqueda de cómo poder implementar un sistema de agua comunitario. Durante el gobierno de (el expresidente Salvador) Sánchez Cerén se buscó, a través de la iglesia, introducir el pequeño proyecto elaborado por nosotras, donde no pedíamos más que $3,000, pero no nos dieron respuesta", explicó Juana Hernández, una de las lideresas.
En 2020, según contaron a GatoEncerrado, buscaron nuevamente ayuda de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA). En respuesta, solo recibieron unos tanques plásticos: "Nosotros les dijimos que no pedíamos un tanque, sino la construcción de un pozo, porque solo eso solucionaba el problema", detalló Juana.
Años atrás, la comunidad tenía tres tanques que se abastecían de agua lluvia. Sin embargo, el paso del tiempo deterioró el sistema y las mujeres tuvieron que buscar otras alternativas, como comprar agua, hacer pozos artesanales o acarrear agua desde el río Amayo por 30 minutos hasta el caserío. Algunas de las familias abrieron sus propios pozos; sin embargo, el agua es escasa y apenas cubre las necesidades de estas familias que dependen de la agricultura.
La comunidad posee dos pozos artesanales que no logra abastecer todas las necesidades de las familias: uno para uso doméstico y otro para el consumo. Para abastecerse tienen que esperar turno y almacenan el agua en cántaros, tanques de plástico y barriles.
Las 13 mujeres que integran el comité Fe y Esperanza han liderado la lucha y han expuesto la situación a diferentes instituciones públicas y organizaciones. Este año, con el apoyo de organizaciones como Fecoracen y Acua, esperan iniciar la creación de un pozo este año, con el que buscan beneficiar a 54 familias de Las Mesas y la vecina comunidad El Salamo.
El Ministerio de Medio Ambiente (MARN) reflejó en su estudio "Calidad de agua de los ríos de El Salvador 2020" que el país tiene una baja calidad de agua para fines recreativos con contacto humano y solo el 2 % de 121 cuencas estudiadas cumplía con los estándares de calidad. Este porcentaje es inferior al porcentaje de la calidad de agua destinada para el consumo de especies de producción animal.
Según el mismo estudio, para el año 2020, el 71.3 % de los sitios evaluados presentó una calidad de agua “mala", el 21.3 % de los sitios presentó una calidad de agua “regular” y un 7.4 % presentó una calidad de agua “pésima”.